Cuando el Odio Encuentra la Nostalgia

Nadie podía prohibirle nada a Arlen si ya había tomado una decisión, y mucho menos Noe, que solo era su asistente. Por supuesto, lo que Noe podía hacer ahora era llevar a su amo a casa de Miska. Se detuvieron justo en frente de la casa que ya estaba oscura porque era muy tarde.

¿Qué loco iría de visita y recibiría visitas a las once y diecisiete de la noche?

"Amo," Noe detuvo a Arlen antes de que saliera. "Sería mejor que el Amo llamara a la Señorita Miska, en lugar de bajar y tocar la puerta, ya que es muy tarde, y podría molestar a los vecinos."

"¡Bien! Si puedo molestar, Miska no tendrá ninguna razón para no dejarme entrar," respondió Arlen testarudo. De todos modos se bajó, dejando a Noe suspirando con exasperación.

Arlen golpeó la puerta de la casa de Miska sin importarle en absoluto el consejo de Noe. Mientras tanto, Noe estaba preocupado de que algún vecino llamara a seguridad y se llevaran a su Amo.

Finalmente, no pasó mucho tiempo antes de que Miska abriera la puerta, pero solo lo suficiente para que cupiera su cuerpo.

"¿Qué quieres?" preguntó Miska con tono hosco. "¿No sabes modales para visitar? ¿Qué hora es? ¡Estás loco!" Reprendió Miska con fiereza.

"Dile a Kalila que la recojo para llevarla a casa."

Al escuchar las palabras de Arlen, Miska se echó a reír. Reír con un tono burlón que irritaba los oídos de Arlen.

"¿A casa? ¿Estás borracho otra vez? ¡No digas tonterías!" respondió Miska. "Vete de aquí, tu llegada es muy molesta." Miska estaba a punto de cerrar la puerta, pero el pie de Arlen la bloqueó rápidamente.

"Entonces, dile a Kalila que he venido."

"Kalila ya está dormida después de pasar todo el día derramando sus preciosas lágrimas por un hombre ruin como tú." La respuesta de Miska fue a la vez punzante y una bofetada al arrepentimiento de Arlen. "Así que, vete de aquí. No la molestes más. Ocúpate del divorcio lo antes posible."

¡PUM! Miska, conscientemente, pateó la espinilla de Arlen con mucha fuerza, hasta el punto de que Arlen sintió dolor y retiró el pie.

"¡Esperaré a Kalila aquí! ¡No me iré a ninguna parte!" Gritó Arlen.

Mientras Arlen seguía esperando a Kalila, dentro de la casa, Kalila esperaba a Miska en el sofá con las rodillas dobladas.

"Déjalo que se quede tirado afuera," dijo Miska mientras volvía a sentarse en un sofá diferente al de Kalila. "Además, vino con Noe, su asistente no dejará que le pase nada a su Amo," dijo Miska como si entendiera lo que pensaba Kalila, que tenía un espíritu de preocupación superior a lo normal.

"¿Ya comió? ¿Se tomó su medicina? ¿Todavía le duele la cabeza por la borrachera de ayer?"

"Quién sabe," respondió Miska. "Además, ¿por qué sigues preocupándote por él? Él te ha lastimado, ha herido tu corazón y tu cuerpo, ¿para qué seguir preocupándote por ese hombre?"

Las lágrimas volvieron a brotar de los ojos de Kalila, que todavía estaban hinchados e inflamados por haber llorado mucho durante el día. "No lo sé, tal vez sea por costumbre."

"Cambia tu costumbre. Él no merece recibir tu preocupación nunca más."

Pero las lágrimas de Kalila se hicieron más abundantes. Cubrirse la cara con ambas manos era inútil.

"Escucha, ahora te pregunto, ¿qué sientes en realidad durante todo este día? ¿Qué sentimiento te impulsa a seguir llorando? ¿Estás triste porque te echó? ¿Triste porque se ocupará del divorcio antes de que termine su contrato? ¿Dolida por lo que hizo pero ni siquiera recuerda lo que te hizo? ¿O qué?"

Kalila negó con la cabeza. Honestamente, ella misma tampoco sabía qué sentimiento la impulsaba a seguir derramando lágrimas. Solo sentía que su corazón estaba herido, y la opresión en su pecho le dificultaba mucho la respiración. Hasta que la única salida era llorar. Pero, al parecer, su llanto tampoco aliviaba la opresión en su pecho.

Estaba herida y muy triste por lo que hizo Arlen la noche anterior. Su trato fue muy grosero, incluso mientras lo hacía, Arlen seguía llamando a Kalila por el nombre de Miranda. Y cuando llegó la mañana, Arlen actuó como si no le hubiera hecho nada a Kalila. No hubo disculpas, no hubo explicaciones. Todo eso fue suficiente para herir a Kalila.

Aunque sabía que Arlen hizo eso por la influencia del alcohol. Pero, todavía había una pequeña esperanza que quería una explicación o una disculpa de ese hombre. Pero lo que salió de los labios de Arlen fue el divorcio y que la echó.

Tal vez también estaba triste porque la corona que había cuidado todo este tiempo fue tomada por la fuerza aunque con el hombre que era su esposo.

"No lo sé. Solo siento mi pecho muy oprimido," respondió Kalila con voz suave.

Miska suspiró llena de paciencia al enfrentar a su amiga que tenía el alma más gentil.

"Después de todos los malentendidos, todas las palabras hirientes y el trato doloroso, ¿lo perdonarás?" preguntó Miska.

"¿Soy estúpida si lo perdono?"

"¡Sí! ¡Mucho!" respondió Miska con exasperación. Incluso se peinó con los dedos de lo exasperada que estaba. "Sé que tu carácter y tu personalidad son así. Demasiado suave. Tu espíritu de preocupación es demasiado antinatural. Tu naturaleza perdonadora es muy inhumana. Pero, a veces tienes que enojarte, tienes que odiar a la persona que te ha lastimado."

"¿Enfadarme y odiar mejorará mi corazón y mis sentimientos?" preguntó Kalila con inocencia. "Porque lo he intentado antes, pero, lo que siento cuando me enojo y odio es que mis pensamientos se vuelven más confusos, mi corazón se estrecha, mis sentimientos son incómodos."

"No deberías haber nacido en este mundo cruel, La. Eres demasiado pura como ser humano común." Miska se frotó la cara y miró a Kalila con una mirada desesperada.

De repente, se escuchó un trueno que hizo que Kalila enderezara la espalda de inmediato.

"¡No salgas!" Miska le dio una advertencia directa a Kalila como una hermana mayor a su hermana menor a la que su amiga llamaba para jugar durante la siesta.

"Pero hay truenos. ¿Qué pasa si llueve?"

"Kalila, él está con Noe y hay un coche. Si yo fuera Noe, lo arrastraría y lo encerraría en el coche para que no haga un drama de mojarse bajo la lluvia frente a mi casa."

"Pero ¿qué pasa si le da un ataque de GERD?"

"El hospital está a solo diez minutos de aquí."

Pero Kalila no parecía tranquila, parecía cada vez más inquieta, sobre todo cuando empezó a oírse el sonido de la llovizna.

"Déjalo que reciba una pequeña lección por todo lo que te ha hecho," dijo Miska recordando. "No todo el mundo tiene que ser perdonado de inmediato. Déjalo que aprenda a lamentar lo que ha hecho para que no tome a la ligera los sentimientos de los demás."

Kalila se mordió los labios, su corazón estaba realmente ansioso e inquieto. Sabía que Noe no podría obligar a Arlen a entrar en el coche si Arlen decidía seguir esperando a Kalila frente a la casa.

Espero que Arlen priorice su salud. Pensó Kalila con esperanza.

Miska incluso prohibió estrictamente a Kalila que se asomara para ver cómo estaba Arlen afuera. Hasta que amaneció, los restos de la llovizna de la noche anterior seguían goteando desde el borde del tejado y cayendo sobre las ramas de los árboles.

Kalila, que no había podido dormir en toda la noche, salió corriendo de la habitación para encontrarse con Arlen, cuyo coche todavía estaba aparcado frente a la casa de Miska.

Kalila pasó junto a Miska, que estaba sentada levantando una pierna sobre una silla en la mesa del comedor mientras disfrutaba de una tostada y un vaso de café con leche.

Kalila se tomó un momento para respirar hondo antes de girar la llave y abrir la puerta. Su aliento se detuvo de inmediato.

"¡Arlen!"

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Continuará