Alana una chica de 18 años, ha vivido sola con su madre desde que tenía 2 años de edad, yabque su padre las abandono, pero no fue empedimento para ellas, juntas salieron adelante y eran muy felices hasta que un día de pronto apareció su padre y la entregó para saldar una deuda que tenía.
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capítulo. 17
Al día siguiente, Alana se despertó a las 8 de la mañana, ya que Martín no se encontraba en casa y ella decidió dormir un poco más.
Martín se encontraba en México, donde iba a reunirse con unos nuevos empresarios, acompañado por sus amigos Alex y Santiago. Entraron a una reunión a las 9 de la mañana.
Mientras tanto, Alana estaba en casa y a eso de las 12 de medio día, disfrutaba de la piscina, De repente, sonó el timbre y Luna abrió la puerta. Sara entró gritando: ¡Martín, Martín! ¿Por qué no me has llamado? ¿Dónde estás?. Luna la detuvo, explicándole que el señor no estaba presente.
Sara se encontraba bastante perturbada, dado que Santiago, antes de partir, le había dejado un mensaje informándole que su querido Martín estaba conviviendo con otra mujer. Ante esto, Sara le respondió a Luna: No seas mentirosa, por favor. Indícame dónde está, lo buscaré.
Luna, por su parte, le dijo: El señor salió de viaje anoche, ¿por qué no lo llamas?
Sara replicó: Lo estoy llamando y no responde.
A lo que Luna añadió: Quizás esté ocupado.
Luna se sentía nerviosa; Martín le había indicado que no permitiera que Sara viera a Alana.
Sara: ¿A dónde viajó? No me notificó.
Luna: No lo sé, señorita; intenté llamarlo.
Sara: ¿Por qué estás tan nerviosa? ¿Acaso Martín está con alguien más aquí?
Luna: No, señorita, no estoy nerviosa en absoluto; simplemente no entiendo por qué el señor no me avisó.
Sara se acerca un poco más a Luna y le dice: Martín, está cambiando conmigo, y ahora Santi me dice que hay alguien aquí. ¡Gritando! Dime quién está aquí, ¿es Martín?
Luna se muestra visiblemente nerviosa.
Alana, al escuchar los gritos, se asoma. Sin ser detectado, al ver a Sara se asustó y optó por ocultarse, preguntándose qué hacía allí, suponiendo que no sabía que Martín se encontraba de viaje. No hizo ruido en absoluto. Sara empujó a Luna y comenzó a inspeccionar toda la casa, pero no halló nada. Intentó comunicarse con Martín, pero no obtuvo respuesta. Posteriormente, llamó a Santiago, quien también ignoró su llamada. Entonces le dijo a Luna: Mira, esta niña; por ahora me quedaré aquí hasta que Martín me responda, así que prepárame algo de comer.
Señorita, eso no es posible; el señor podría molestarse conmigo, ya que no me dejó instrucciones para su atención, dijo Luna.
Sara, muy enfadada, la empujó nuevamente, exclamando: ¿Quién crees que soy? ¿Acaso eres tan ingenua como para no saber que soy la mujer de tu amo?
A Luna no le agradaba en absoluto Sara y no deseaba atenderla. Además, le preocupaba qué hacer con Alana si esta mujer decidía quedarse todo el fin de semana. Por lo tanto, decidió decirle: Voy a llamar al señor para ver si él me responde.
Sara la miró de manera despectiva.
Luna se dirigió a la cocina y llamó a Martín, pero él no respondió. Entonces decidió dejarle un mensaje: Estimado Señor, su novia se encuentra en casa. ¿Por qué no le avisó que tenía que viajar? Ahora, ¿qué haremos si decide quedarse durante el fin de semana?
Luego, regresó a la sala y notó que Sara no estaba presente. Comenzó a buscarla abajo, pero no la encontró. En su búsqueda, se encontró con Alana y le dijo: Aquí está la novia del Señor, por favor escóndete en mi habitación, vamos. Luna llevó a Alana a su habitación y luego salió nuevamente para buscar a Sara.
Subió a la habitación y allí se encontró a Sara acostada en la cama de Martín. Al ver a Luna, le preguntó: ¿Ya has preparado mi comida?.
Luna respondió: No, no he preparado nada. Estaba intentando comunicarme con el señor, pero está ocupado.
Sara insistió: Entonces ve y prepárame algo.
Luna salió visiblemente molesta y descendió a la cocina para preparar algo. Alana se quedó sentada, reflexionando que ahora tendría que encerrarse todo el fin de semana. Pensó que podría ser un buen fin de semana, pero la aparición de esa mujer complicó sus planes.
Cuando la comida estuvo lista, lo primero que hizo Luna fue llevarle un plato a Alana, ya que no podía dejarla sin comer. Posteriormente, le notificó a Sara que la comida estaba servida. Sara descendió y comió, luego se quedó en la sala intentando comunicarse.
Eran las 4 de la tarde cuando Martín revisó su teléfono y vio que tenía varias llamadas perdidas de Sara y de su hogar. Abrió el mensaje que Luna le había dejado y se dio cuenta de que había olvidado informarle a Sara.
En ese momento, decidió llamar a Luna.
Martín 📲 Rin, rin.
Luna:📲 Buenas tardes, señor.
Martín:📲 Buenas tardes, Luna. ¿Sara sigue ahí?
Luna: 📲Sí, señor, en este momento se encuentra en la sala.
Martín:📲 ¿Y Alana?
Luna:📲 Ella está en mi habitación, escondida desde esta mañana.
Martín:📲 Está bien, llamaré a Sara para que salga de allí de inmediato.
En ese momento, Luna iba a hablar cuando escuchó un grito. Sara, supuestamente buscándola, entró en su habitación, vio a Alana y exclamó: ¿Quién eres tú? ¡Luna, hay alguien aquí!
Martín preguntó:📲 ¿Qué ocurrió, Luna?
Luna:📲 creó que acaba de ver a...
Cuando Alana levantó la cabeza y Sara la vio, se dio cuenta de que era la mesera del restaurante y exclamó: ¿Qué haces aquí?. Alana, sorprendida, respondió: Tranquila, señorita, solo estoy visitando a mi amiga Luna. Sara recordó lo que Santiago le había comentado y, por ello, comenzó a tratarla mal: Tú estabas escondida aquí, eres la mujer que está con Martín. En ese momento.
Luna dijo:📲 voy a ver señor, y Martín respondió:📲 No cuelgues. Luna se dirigió a su habitación, mientras Alana permanecía en silencio y Sara continuaba dirigiéndole comentarios despectivos.
Usted es una perra de poco valor, sabía que estaba intentando acercarse a mi pareja. Sujetándola del brazo, le dijo que la llevaría de aquí.
Alana, soltándose, respondió: Está confundida, señorita, solo vine a ver a mi amiga.
Sara replicó: Entonces, ¿por qué estabas aquí en la habitación y no con ella en la cocina?
Alana contestó: La estaba esperando.
Luna interrumpió: Disculpe, señorita, ¿qué está sucediendo aquí? ¿Por qué trata así a mi amiga?
Sara se rio y dijo: Ja, ja, ja, otra idiota más que no tiene ni idea. Crees que soy tonta, sé perfectamente que están mintiendo; Santia me lo dijo.
Él sabía que Martín había introducido a esta perra aquí.
Cuando Martín escuchó que seguía en la línea, oyó a Sara decir que Santi le había comentado; supuso que se refería a su amigo Santiago, y lo miró con una expresión no muy amable. Santiago se sorprendió, pero continuó hablando con Alex.
Alana comentó: No sé de qué habla, señorita.
Sara intentó golpearla, pero Luna se interpuso entre ellas. Luego, Luna manifestó: Basta, señorita. Ella es mi amiga y no permitiré que le hagas daño.
se de cuenta del erro que cometio dejar a su hija y la madre de su hija