Dos vidas marcadas por cincunstancias dificiles, dos personas que se enfrentan a una realidad triste y dolorosa, marcada por la traicion, la enfermedad y la muerte, sacaran fuerzas de donde no tienen ninguna y renaceran de sus propias cenizas, esta es la historia de Aurelio Martinez y Saray Salazar.
NovelToon tiene autorización de Betzabeth Adriana Calderón Barrios para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
cap 17: Hasta pronto
Esa noche Saray se miraba al espejo, sus dedos rozaban el lugar preciso donde Aurelio retiro horas antes la mermelada, a su mente llegaba el recuerdo de él saboreando la mermelada, sus sonidos de gemidos mientras comía no los podía sacar de su mente.
Que me pasa contigo susurro para luego suspirar.
Se levantó del cómodo asiento, tomo un poco de agua y se dirigió a su cama.
.
.
En el hotel, Aurelio sonreía frente a su portátil mientras hablaba con su jefe, quien ahora era su amigo y le contaba que el contrato era un hecho.
Aunque sintió el impulso de hablarle de lo que Saray provocaba en él, se lo guardo.
Era bien sabido que tanto padre e hijo eran unos casanovas y no quería buitres cerca, aunque con lo poco que conocía de Saray estaba seguro no tendrían ni la más mínima oportunidad.
Coordina todo hoy, necesito que regreses y te encargues del otro contrato.
Mi hijo enfermo, algo que comió su nana dice que no para de vomitar, hablo su jefe preocupado.
Ese muchacho come porquerías y bien que se lo dije respondió Aurelio.
Mañana dejo todo listo y regreso, te informo como sigue tu pupilo haciendo referencia a la forma cariñosa que su amigo usaba con su hijo.
Gracias Aurelio tendrás una muy buena comisión dijo antes de cortar la comunicación.
Aurelio cerro su portátil y la dejo a un lado, luego tomo una ducha.
En la cómoda cama recordó a Saray y su hermosa risa.
Gracias Dios por el viaje de mi jefe susurro antes de girarse para dormir.
.
.
A la mañana siguiente se encontraron en la fábrica para coordinar todo para el primer cargamento.
Los camiones vendrán en tres días dijo Aurelio supervisando con ojo crítico el embalaje de los delicados frascos.
Cuando le comunico su partida el semblante de Saray decallo, pero lo disimulo.
Pensé que estarías hasta que el primer pedido saliera, pregunto controlando su decepción.
Ese era el plan inicial, pero el hijo de mi jefe se enfermó y debo hacerme cargo de otro contrato importante.
Enviaré a alguien calificado para que todo este en orden, dijo para tranquilizarla.
Saray asintió.
Aurelio gestionó todo en la importadora los camiones eran revisados meticulosamente para recibir la mercancía y el encargado estaba preparando su equipaje para volar a Canadá.
Saray en otra oficina revisaba documentos de la empresa de calzados y hablaba en videoconferencia con sus socios.
Para la hora del almuerzo lo busco encontrándolo en la zona de transportes observando como eran cargados los camiones que llevarían el cargamento de salsa y mermeladas al aeropuerto donde el avión de la empresa recogería dicho pedido y lo llevaría a Estados Unidos.
Se podía hacer vía terrestre, pero eso demoraría y los frascos podían romperse.
Sin mencionar que la competencia podría sabotearlos.
En un mercado competitivo esa suposición no era del todo descabellada.
Almorzamos pregunto con una sonrisa.
Ya es hora pregunto observando su reloj, estaba tan concentrado que no lo note dijo al darse cuenta de la hora.
Vamos respondió ofreciéndole el brazo.
Saray lo tomo gustosa y caminaron hasta el auto.
El chofer los llevo a un restaurante cercano, el lugar menos elegante que el anterior, pero la comida una maravilla.
La conversación fue amena y prometieron mantenerse en contacto.
Aurelio subió al avión esa tarde, agradecido de toda la experiencia vivida, pero principalmente de haber conocido a tan maravillosa mujer.
Hasta pronto Saray dijo para sí mismo sentado en el asiento en primera clase.
El vuelo fue tranquilo y en un par de horas aterrizaba en destino.
Su auto estaba en el aeropuerto, condujo hasta la casa de su jefe.
Al llegar la nana lo recibió con alivio.
El niño insistía en ir a trabajar, aún no está bien dijo conduciéndolo hasta la planta alta.
El aspecto del joven no era bueno, su rostro pálido, ojeras marcadas lo demostraba y una sensación de escalofríos recorrió la espalda de Aurelio.
Se vio en ese joven de 22 años.
Suspiro y se sentó en el sofá junto a la cama.
Verás Junior te voy a contar parte de mi historia, no para que me tengas lástima, sino porque no quiero que pases por lo que yo pase.
El joven trigueño lo miro con atención.
Aurelio suspiró recordar todo el proceso que vivió no era fácil, abrir su corazón para compartir era como abrir una herida que no termina de cicatrizar.
Todo comenzó en mi carrera universitaria, anterior a eso mi alimentación era muy buena, por no decir la mejor, suspiro al recordar a su familia, las comidas de su madre.
El dinero para mí fue un desafío, trabaja para costear mis gastos básicos y ayudar a mis padres, tenía beca completa, pero no cubría mis libros.
Estudiaba de día, trabajaba de noche en un bar, para ahorrar comía mucha chatarra, cosas rápidas y económicas, así comenzó mi mal hábito alimenticio.
Conocí a una mujer quien después se convirtió en mi esposa, para darle obsequios escatimaba más en mis gastos, hasta el punto de saltarme comidas o simplemente alimentarme a base de sopas instantáneas.
Nos casamos y mi alimentación mejoro un poco, pero no demasiado.
Coral odiaba cocinar, todo empeoro con su embarazo, todo le provocaba náuseas, por lo que ni entraba a la cocina, luego del nacimiento de nuestro hijo fue peor, viví un infierno en ese tiempo, parecía un zombi literalmente y en la oficina me mantenía a fuerza de café para no dormirme, eso afecto mucho mi estómago.
Las cosas mejoraron un poco cuando mi ex suegra contrato una niñera, cosa que liviano mi carga, pero estaba tan acostumbrado a comer poco o solo un emparedado que no preste atención al mal que me causaba.
Me sacrifiqué mucho por darle lo mejor a mi familia y que obtuve una enfermedad y no cualquier enfermedad cáncer, todo producto de mi mala alimentación.
Al final mi esposa e hijo me abandonaron en mi peor momento, no les era sutil, no producía dinero y no podía costear sus gustos.
Termine solo postrado en cama, confinado a una habitación, casi muero; de no haber sido por Isabel no lo estuviese hoy contando.
Sé que te molesta cuando te digo que no comas esa basura, pero créeme no lo hago por mal, eres joven y tienes un futuro prometedor.
Evita la comida rápida, o solo consúmela de vez en cuando, práctica algún deporte o simplemente sal a correr, has subido de peso estos meses y aunque otros no te lo digan no te ves bien.
Ante el último comentario ambos rieron.
Junior abrazó a Aurelio.
No te miraría con lástima, ahora entiendo lo de fénix, eres un gran ejemplo para mí, gracias por compartir tu historia conmigo.
Aurelio condujo a su hogar con una sensación diferente en su pecho, hablar de su historia fue liberador y saber que puede ayudar a otro lo hacía mucho mejor.
Vamos niña, tu eres grandiosa.