Alejandra ha sufrido mucho y el dolor más grande es haber perdido a su único hijo y con el la posibilidad de volver a quedar embarazada tras tener una vida desafortunada al lado de su esposo Antuan, ¿La vida se encargará de poner todo en su lugar?.... eso lo veremos, acompáñame a ver cómo se desarrolla la historia.
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CAPITULO DIECIOCHO
Nosotros pusimos películas y comimos palomitas, cuando el sueño nos estaba venciendo escuchamos un estruendo que provenía del segundo piso, yo subí a revisar de dónde provenía el ruido y les pedí a mis hermanos que se quedarán a vigilar la entrada, cuando llegué observé que de la habitación de mis padres salía humo, cogí la perilla de la puerta, pero de inmediato la tuve que soltar, estaba muy caliente.
Le grite a mis hermanos que había fuego, y uno de ellos me respondió que un tipo saltó del segundo piso, cayó en el césped y salió corriendo de la propiedad, en ese momento no podíamos salir a ver de quien se trataba, mi prioridad era abrir la puerta y ayudar a mis papás...... Pero fué imposible, el humo era cada vez más intenso y ya empezábamos a ver la iluminación que producía el fuego, ahí me di cuenta que habían producido un incendio, y que ese hombre que saltó del segundo piso era el que lo había provocado.
David continuo con su relato.
- desde afuera de la habitación escuchaba los lamentos de mi madre, a mi padre no logré escucharlo nunca, no sé si esa persona le hizo algo a él-- detuvo el relato y se mandó ambas manos a sus oídos como tratando de callar los lamentos que quedaron grabados en su memoria.
- ya David detente, ha sido suficiente, toma un descanso, necesitas estar tranquilo, ven acércate, déjame abrazarte - le dije mientras él hacía lo que le pedía.
Lo abracé fuertemente, mientras le acariciaba el cabello.
- ya, tranquilo, todo va a estar bien, pasaste por mucho junto a tus hermanos, les prometo que no estarán solos en esto, yo estoy aquí para ustedes y nunca los voy a abandonar, vamos a pedir por la salud de su madre para que vuelvan a estar juntos, tranquilo mi niño - le decía y notaba como se empezaba a tranquilizar.
Después de un rato lo persuadí de entrar nuevamente a la cabaña, ya el frío era más intenso y se podría enfermar.
Bajamos a la sala y lo dejé sentado en el sofá mientras fuí a la cocina por leche caliente.
- Toma, te hará sentir mejor - le dije mientras le ofrecía la taza con la bebida.
- gracias - me dijo en cuanto la recibió.
Dejé que se tomara su leche en total tranquilidad y silencio, cuando terminó puso la taza en la mesa de centro y luego giró su cuerpo hacia mi.
- Alejandra.... Lo siento, te debo una disculpa -
- ¿por qué? No digas eso- le respondí.
- si, es que...... Yo escuché tu conversación con Fernando, yo no quería hacerlo y mis padres me han enseñado que no debo escuchar conversaciones ajenas, Pero estaba desesperado, quería saber de ellos, lo siento-
- claro que no, yo te entiendo, no tienes por qué disculparte por eso, lo que tus padres te enseñaron es lo correcto, pero está es una situación muy diferente, al contrario yo te agradezco por decirme, y ven, vamos a tratar de descansar, mañana será un día muy largo y agotador, tu necesitas estar bien - lo tomé de la mano y lo dirigí a la habitación donde estaban sus hermanos.
El se acostó junto a ellos y yo los arrope muy bien, cerré las cortinas, apagué la lámpara y salí de la habitación, yo decidí dormir con la puerta abierta por si había algún ruido extraño, en los últimos minutos un nombre se vino a mi mente "Antuan", pero quería evitar pensar que se tratara de el, que el fuera el culpable de lo que pasó, y si es así tengo que enfrentar esta situación de una vez por todas y no seguir huyendo, si el fué no me imagino que más será capaz de hacer, no puedo arriesgarme a que lastime más personas...
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Nos levantamos muy temprano, yo había llamado al gerente del centro comercial para pedirle el favor de que me comprara ropa y zapatos para los niños y me enviara las compras a la cabaña y así lo hizo, cuando llegó el mensajero y yo recibí los paquetes fui de inmediato con los niños para que tuvieran que ponersen después del baño.
Yo me fui a alistar, dentro de poco vendría un auto por nosotros para llevarnos al crematorio.
Hablé con los niños, en cuanto se levantaron los puse al tanto de la situación, fue muy difícil, no esperaba menos, pero son muy valientes y aunque ya había hablado con David anteriormente incluso a el se le salieron las lágrimas como si fuese su primera vez escuchando mis palabras, pobres mis niños, mi corazón está hecho pedazos al verlos así.
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El auto llegó y nosotros salimos enseguida, el viaje al crematorio se sintió más largo de lo normal.
En cuanto llegamos los niños se veían indecisos sobre querer entrar, pero David les dijo algo que yo no alcance a escuchar y entonces bajaron rápidamente del auto, nos tomamos de las manos y entramos juntos, allí habían uno que otro compañero de el señor Juan, también estaba la mamá de Fernando, la señora Dina quien se acercó a pasos rápidos a abrazar a los niños, quienes le correspondieron de inmediato.
llegó la hora de la cremación, pero antes de eso ofrecimos un rosario en honor a su alma para que pudiera descansar en paz.
Después de que culminó todo, nos hicieron la entrega de las cenizas y nos indicaron el Columbario donde debíamos dejar la urna, el encargado nos indico el camino y nosotros lo seguimos.
Depositamos la urna en el lugar designado, allí le pusimos unas cuantas fotos con unas flores, cerramos bajo llave el cubículo y nos quedamos un rato observando lo que sería la nueva realidad para estos tres niños que me han enseñado lo que es la verdadera fortaleza.
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