Una novela ligera, con una narrativa fluida para ser comoda para el lector, Esta historia es de ciencias ficción y horror cosmico. Se forja en la vida de un joven que se tendrá que enfrentar a criaturas que sólo existen en viejos libros de demonología, en un mundo de ficción creado por el autor (yo), lleno de misterios y emociones. disfrútalo.
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"Parte 3 Cap.4"
Ya en el orfanato, la quietud de la noche rodeaba el edificio antiguo.
Temerio cuidadosamente acomodó a Alex en una de las camas del segundo piso. Eleonora se acercó a una mesa de trabajo y comenzó a preparar una mezcla de hierbas y especias dentro de un cuenco, mientras recitaba un antiguo conjuro en voz baja. Chispas amarillas salían de sus labios con cada palabra, iluminando su rostro con un brillo sobrenatural.
—Temerio —dijo Eleonora finalmente—, has hecho más que suficiente por hoy. Ve a descansar. Yo me encargaré de este muchacho.
Temerio, agotado por el peso del día, caminó hacia su cuarto, el cual se encontraba justo al lado del cuarto donde descansaba Alex. Kuro, que esperaba fuera de la puerta, se acercó a él mientras se limpiaba las patas.
—No te preocupes, Temerio —dijo Kuro con una voz suave y reconfortante—. Mañana, descansado, podrás ir a la zona sur y ayudar con lo que se necesite para reconstruir el reino. Lo que más importa ahora es que te recuperes.
Temerio soltó un suspiro pesado y sus ojos se llenaron de lágrimas de tristeza.
—Si Marlon no hubiera muerto… si hubiera estado aquí… esto nunca habría sucedido. Más vidas estarían todavía respirando.
Kuro se acercó a él y lo miró con una sonrisa cálida.
—No te culpes, Temerio. Marlon vivió una vida larga y feliz, y tú sigues adelante con su legado. Esta tragedia es culpa de Mamon… y de su padre, Lucifer. Lo que importa es lo que haces ahora.
Temerio se inclinó hacia adelante y, entre sollozos, se retiró hacia su cuarto, sabiendo que mañana sería otro día de lucha, pero también un día más para entrenar a Alex y devolverle al reino lo que aún quedaba por salvar.
Con esos pensamientos en su mente, el orfanato quedó en silencio, y la luna siguió brillando en el cielo. La historia de Alex, el joven que desafió la oscuridad, apenas comenzaba.
La luna llena se alza sobre el cielo despejado, proyectando su luz plateada sobre las ruinas de ReindHart.
La ciudad, antes llena de vida y risas, ahora yacía en un profundo silencio, solo roto por el eco de los soldados que aún derribaban muros quemados, buscando sobrevivientes o, más bien, los cuerpos de aquellos que aún no habían sido encontrados. La plaza central estaba llena de cuerpos, alineados como una triste muestra del costo de la masacre que había asolado su pacífico reino unas horas antes.
Un grupo de seis jóvenes vestidos con trajes negros tipo sacerdotales guiaban a los soldados a través de los escombros, buscando más sobrevivientes. Eran parte de los Exorcistas, la élite del consejo estudiantil del Instituto de Exorcistas y Caballeros del reino. A la zona llega Sakura, la presidenta del consejo estudiantil, quien tras haber estado en el muro oeste donde se había librado la batalla en la que Alex participó, regresa a la zona sur con una expresión seria y algo abatida.
— Sakura, ¿qué haremos? —le pregunta Emet, su vicepresidente y segundo al mando, mientras se acerca a ella.
— Divídanse en grupos para cubrir más área —ordena Sakura, apretando los puños.
Emet, con tono firme y serio, comienza a informarle sobre los avances del rescate de los sobrevivientes:
— Hemos encontrado a 200 sobrevivientes heridos... 400 cadáveres entre escombros, tanto de niños como de adultos. 800 cuerpos aún no se han identificado, pues fueron los que estallaron cuando todo comenzó... Otros 200 ciudadanos no se han encontrado, y más de 400 ciudadanos muertos en la batalla, además de 1200 soldados que perecieron defendiendo la ciudad y los muros del sur...
Sakura se queda en silencio, con los ojos vidriosos, mientras las palabras de Emet se clavan en su pecho. De repente, siente un nudo en la garganta y aprieta con fuerza sus puños, luchando por contener las lágrimas.
— ¿Todo esto... todo esto sucedió en solo unas horas...? —pregunta Sakura en voz baja, su mirada perdida.
— nosotros debimos haber estado aquí antes... Si el rey nos hubiera permitido luchar desde el principio... —dice, con una frustración palpable.
Emet la mira con compasión, sabiendo lo difícil que es para ella cargar con todo el peso de la responsabilidad.
— Sakura, no es culpa tuya... no es culpa de ninguno de nosotros... —responde Emet, tratando de consolarla.
Continuará...
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