El Corazón Del Rey

Avery estaba algo molesta pues dio órdenes a Giovanni de buscar al mesero con el que según ella paso la mejor noche de su vida, llevándose con la sorpresa de que dicho mesero estaba en el hospital desde anoche por lesiones graves.

- Imposible jefecita que ese mesero le haya dado con ganas anoche, según los informes, el meserito ingreso al hospital alrededor de las diez de la noche- Le entregó el informe detallado, había imágenes del pobre mesero había quedado irreconocible.

- ¿Entonces quien carajos me follo anoche? – Preguntó molesta- ¿Revisaste las cámaras? – Volvió a preguntar.

- Si, pero todo fue eliminado- Respondió despreocupado, Avery soltó una que otra maldición. – Ay jefecita, justo cuando crees que encontraste al reemplazo perfecto de tu esposito, desaparece como por arte de magia- Giovanni casi se ríe, pero se contuvo al ver la mirada furiosa de Avery.

- Bien, pasemos a lo otro, ¿Qué averiguaste de Sol negro? – Preguntó, dado a lo que hizo su hermano sabía que pronto Sol negro atacaría.

- En los últimos meses se ha involucrado en el tráfico de mujeres- Comenzó a hablar Giovanni, mientras mostraba su laptop a Avery, estaban en la recamara de ella, recostados en la cama- Buscan mujeres rubias, hermosas, algunas vírgenes otras no – Decía mientras pasaba de una imagen a otra, Avery frunció el ceño, no le gustaba para nada el tráfico de personas, no es que su organización fuera santa, pero ella siempre prohibió el tráfico de personas.

- Envíale toda la información a Axel, también encárgate de remodelar su oficina, se va a incorporar en los próximos días- Dijo sin dejar de ver las imágenes.

- Se parece a ti- Dijo Giovanni señalando una de las imágenes, era una mujer rubia de ojos azules, con un rostro de carácter fuerte.

- Nada que ver- Soltó Avery mirando la imagen, pero ni ella se veía el parecido.

- Tiene un rostro de mandona como tú- Agregó Giovanni, Avery puso los ojos en blanco.

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Mila estaba terminando sus clases en la universidad, se sentía un poco incómoda al saber que ahora había hombres custodiándola y eso llamo la atención de algunos estudiantes e incluso profesores, decidió ignorar y tampoco decir algo al respecto.

- Mila – Llego Selene con sus ropas provocativas- ¿Has pensado sobre la propuesta de trabajo que te hice? – Preguntó, Mila recordó aquella conversación, ni siquiera lo tuvo como opción, ella no se dejaría ver semi desnuda por tantos hombres.

- Lo siento, Selene, pero no es lo mío- Sonrió, no quería verse grosera ante su respuesta.

- Ay que mal, ganarías mucho dinero, últimamente los hombres llegan a buscar mujeres rubias y con rostros de inocencia como el tuyo- Murmuro Selene, Mila arqueo las cejas- Bueno, nos vemos- Se marchó sin más.

Mila solo miró a Selene marcharse, era muy bonita era triste que se dedicara a ese tipo de trabajos, sabía poco de ella, solo que vivía con su madre en una pequeña pensión cerca de donde ella vivía, no era una mala chica, pero dado a la vida que ha tenido tuvo que trabajar desde muy pequeña si quería estudiar y no cargar a su madre con tantos gastos.

- Señorita Haro, el Señor Carter aviso que él personalmente iría por la niña Evelyn – Dijo el chofer, Mila asintió, uno de los guardaespaldas abrió la puerta trasera para que ella entrara.

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Axel llego al colegio donde asistía su pequeña hija, a pesar de que le dijo que no asistiera ella se negó, ella era demasiado responsable con sus estudios, bajo del coche para esperar que ella saliera, las madres que iban por sus hijos lo devoraban con la mirada, eso no le tomaba importancia a Axel, pues solo tenía en mente las palabras de ese pandillero, el león estaba furioso, quería tomar el control y buscar más a su amada celestial.

- ¡Papi! – Grito Evelyn al ver a su padre, corrió a él y Axel la cargo en brazos, era emocionante que él fuera por ella al colegio.

- Mi princesa linda, ¿Cómo te fue? – Preguntó dándole un beso en la mejilla.

- Muy bien, me divertí mucho… ¿Mila? – Preguntó al no ver a su niñera por ninguna parte.

- Avise que vendría por ti, ya debe haberse ido a la mansión- Respondió – Vamos ¿Quieres ir por un helado? – Preguntó mientras subían al vehículo.

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Mila regreso a la mansión Carter más temprano de lo normal, sus prácticas seguían pospuestas así que tenía mucho tiempo libre, tal vez debía arreglar la habitación que ahora ocuparía, aunque aún se sentía incomoda de usar una de las recamarás principales de la mansión, pero bueno, subió las escaleras ya sabía que cual elegir, estaba a un lado de la de Evelyn y justo enfrente de la de Axel Carter, suspiro, ese hombre era demasiado sexy y tentador para ella, debería no dejarse llevar por sus deseos carnales, pero era imposible negarse al tenerlo cerca.

- Bienvenida, señorita Haro – Dijo una de las empleadas al ver a Mila entrar a la recamará, había más empleadas encargándose de la limpieza y ordenar todo lo de la recamará. – La señorita Carter ordeno que se arreglara esta habitación para usted, si hay algo que no le agrade no dude en decirnos- Terminó, las tres empleadas hicieron una reverencia y salieron, dejando a Mila en shock nunca antes había sido tratada con tanta formalidad.

- ¡Mila! - Escuchó el grito de Evelyn, llegó corriendo emocionada.

- Hola, Evelyn ¿Cómo te fue en clases? – Preguntó colocándose a la altura de la niña y acaricio su cabello.

- Muy bien, tuvimos examen sorpresa y sé que saque un diez – Sonrió – Papi nos llevara al parque de diversiones, solo iré a cambiarme – Señalo a Axel quien desde que llegó no dejaba de verlas, Evelyn se había encariñado mucho con Mila, que le pidió ir al parque de diversiones y que Mila fuera, por eso habían regresado a la mansión.

- Señor Carter- Susurro Mila al verlo.

- Vuelvo enseguida – Evelyn no se percató de las miradas entre su padre y su niñera, se encerró en su recamará para cambiarse de ropa.

Axel dirigió la mirada a la recamara de donde salió Mila y luego dirigió su mirada a la suya, estaba justo enfrente.

- La señorita Avery me dijo que eligiera una cerca de Evelyn por si necesita algo en las noches – Comentó al ver como Axel miraba cada recamará.

- Bien, yo también puedo necesitarte por las noches – Dio un paso a ella, Mila se sonrojo y miro a los lados, no había nadie, Evelyn se había encerrado en su recamara y sabía que tardaría en cambiarse de ropa.

- Señor Carter ¿Qué paso con Imanol? – Preguntó, todo el día había tenido esa duda después de la conversación con Avery. - ¿Lo mató? – Preguntó con cierto miedo en su rostro.

- Si – Respondió Axel sin rodeos, no tenía caso mentirle, Mila trago saliva ante esa seca respuesta y bajo la mirada.

Axel suspiró, aún tenía algunos minutos antes de que su pequeña hija terminara de arreglarse, la arrincono a la pared y beso sus labios con tanta pasión, ella respondió sin siquiera contenerse, no podía hacerlo, Axel le gustaba y quería sentir más sus caricias, sus besos.

Las manos de Axel recorrían su pequeña cintura, fue metiéndolo debajo de la blusa sintiendo su suave piel, hasta llegar a sus pequeños y redondos senos, Mila soltó un gemido al sentir los dedos de él jugar con sus rosados pezones ya sensibles a su tacto.

- Por favor…deténganse señor Carter- Susurró Mila, en cualquier momento Evelyn saldría de su recamará y no quería que los viera en ese estado.

- Lo haré, con una condición- Dijo y mordió su labio – Está noche duerme conmigo – Una media sonrisa se deslizó por sus labios, mientras mantenía la mirada fija en ella.

- No…puedo- Apenas logró decir. Axel deslizo su lengua sobre sus rosados labios haciendo que el rostro de Mila se pusiera más rojo que un jitomate.

- No te follare, lo prometo- Susurró y beso sus labios de manera corta, jalo con fuerza sus botoncitos rosados provocando que Mila gimiera con fuerza rápidamente se colocó las manos en la boca y miro hacía la recamara de Evelyn.

- Bien – Dijo resignada, solo con ver a Axel sabía que no se detendría, aunque Axel por supuesto que se alejaría en el momento que su pequeña estuviera abriendo esa puerta, tampoco quería que lo encontrara en una situación así, no estaba bien para una niña de diez años.

- Que linda – Saco sus manos de ella, Mila bajo sus manos descubriendo su boca, Axel aprovechó para darle otro beso y lo terminó con una dulce mordida.