Prisionera De Un Millonario

Narra Victoria

Ya ha amanecido, me encuentro frente al espejo peinando mi cabello. Decido dejarlo suelto.

Decido ponerme una playera gris de mangas largas con cuello, una pollera escocesa tableada y unas medias de cancán, coloco unos borcegos negros y bajo a desayunar con una sonrisa.

Me asomo al comedor y veo en la mesa a Emir sentado en la punta observando su móvil, Deníz que hablaba con Emré que estaba ubicado frente a ella. Oh, no puede ser. Mi sonrisa se borra cuando veo a Berna también sentada a la mesa en el lugar que me corresponde.

- Buenos Días - saludo a todos en general

- Buenos días - responden en coro.

Tomo asiento al lado de Deníz a la izquierda de Emir y quedo frente a Berna. Esta me mira con su estúpida sonrisa arrogante mientras eleva su ceja derecha.

- ¿Cómo has estado Vicky? - pregunta la insoportable de Berna.

- Soy Victoria - la fulmino con la mirada

- ¿Que tal la cena de los recién casados anoche? - bromea Emré tratando de cambiar de tema mientras pone mermelada de frutilla en su tostada.

- Bien, todo ha ido bien - asiento y sonrío en su dirección.

- Oh, así que han salido - Berna me lanza una mirada asesina y luego observa mi mano con la sortija.

- Ellos merecían pasar un tiempo a solas - agrega Deníz mientras toma mi mano .

- Que bien . No me contaste nada cuando hablamos esta madrugada Emir - dice Berna girando su rostro hacia él y luego me mira de reojo para ver mi reacción.

Emir se aclara la garganta, luce nervioso.

- Que disfruten de su desayuno, debo ir a trabajar - y se levanta de la mesa.

Al terminar mi desayuno me dirijo hacia el jardín a tomar un poco de aire. Oigo unos pasos tras de mí, me giro y ¡oh maldición! no puede ser.

- Cambia esa cara Victoria, vengo en son de paz - y sonríe mostrando sus dientes.

- ¿Qué se te ofrece? - digo cruzando mis brazos y observando a lo lejos.

- Quiero felicitarte, veo que haz recuperado tu alianza de compromiso. Oí entre los empleados que te han asaltado y te la han robado, pero tu esposo la ha recuperado para ti - dice mientras me observa de pies a cabeza .

- ¿Eso es todo? Pues gracias - le sonrío falsamente y cruzo a su lado para dirigirme a la casa dejándola a mis espaldas

- Esa joya luce muy bien en tu mano ¿No crees que yo también debería de tener una? - levanta la voz para llamar mi atención mientras se gira hacia mí. Me detengo en seco y me giro lentamente.

- ¿Qué dices? No oí bien - inclino mi cabeza hacia adelante.

- Lo que oíste. Yo también ocupo un lugar importante en la vida de Emir. Quiero decir, ante los ojos del mundo tú eres su legitima esposa, pero la que ocupa el lugar de su mujer soy yo - su sonrisa burlona ha vuelto.

- Si tratas de insinua algo sé clara por favor - digo mirando sus ojos fríamente.

- Tú eres la esposa de Emir, pero no su mujer. Sé que ustedes no han consumado su matrimonio aún y eso para un hombre como Emir es muy importante. Por lo tanto la que lo complace en la intimidad y se queda con sus besos y caricias, la que acaricia su cuerpo, soy yo querida - dice jugando con un mechón de su cabello. Al oír esas palabras mis entrañas se revuelven, le lanzo una mirada fulminante a Berna y aprieto mi mandíbula, me giro en seco y con largos pasos me dirijo hacia la casa .

Subo corriendo las escaleras y entro a mi habitación cerrando de un portazo.

Las palabras de Berna suenan una y otra vez en mi mente.

Luego comienzo a recordar el día en que Emir me dijo que no me preocupara, que él jamás me forzaría a cumplir mi rol como esposa. Claro ahora todo toma sentido, no me forzaría porque ya tenía quien pueda satisfacer sus necesidades de macho.

La rabia invade mi cuerpo y no lo puedo controlar. Si ya tenía a Berna ¿por qué se casó conmigo? ¿Por qué lo hizo?

Bajo a la cocina y allí está Susan.

- Susan hoy quiero que subas el almuerzo a mi habitación, comeré allí - le ordeno.

- Como ordene. Pero ¿Se encuentra bien señora? - pregunta preocupada

- Sí Susan no te preocupes - le sonrío forzada

- De acuerdo señora - dice mirándome asombrada

Procedo a retirarme de la cocina.

Subo nuevamente a mi habitación y para distraerme decido leer un libro.

Perdí la noción del tiempo.

- Señora Susan le manda su almuerzo - Asli entra con una bandeja.

- Gracias Asli, puedes retirarte - le digo.

- Que lo disfrute señora- Esta asiente y se va.

iLuego de devorar todo el almuerzo , decido darme una ducha.

Después de 15 minutos salgo del cuarto de baño una toalla envuelta en mi cuerpo, y otra envolviendo mi cabello.

- ¿Qué haces aquí ?- pregunto a Emir que está de pie junto al ventanal. Este me observa detenidamente.

- ¿Por que no haz ido a desayunar ? - pregunta serio.

- Porque preferí hacerlo aquí, es obvio ¿no? - respondo señalando la bandeja sobre la cómoda.

- ¿Qué te sucede eh?- pregunta confundido.

- ¿Qué tendría que sucederme?- retruco su pregunta.

- Como sea. Solo vine a avisarte que habrá una fiesta esta noche y tendrás que acompañarme - sus negros ojos recorren mi cuerpo. Y tiemblo por dentro.

- No voy a ir a ningún lado contigo - digo entrecerrando los ojos.

- No, no irás a ningún lado. La fiesta será aquí - dice antes de retirarse .

Me siento en la cama furiosa. Claro yo debo aparentar ser la esposa perfecta, cuando en realidad soy la perfecta esposa engañada.

Luego de unas horas, Deníz ha venido a mi habitación.

- ¿Ya te estás preparando ? - pregunta con una sonrisa.

- No bajaré Deníz - respondo cortante.

- ¿Por qué han discutido? - pregunta acariciando mi brazo.

- ¿Te dijo que discutimos ? - pregunto enfadada.

- Él no me ha dicho eso, solo dijo que subiría para hablar contigo y al verlo bajar, por su rostro de viejo insoportable supuse que ha habido una discusión- dice sentándose en la cama.

- En realidad no ha sido nada - respondo con un hilo de voz.

- Entonces ¿Bajarás a la fiesta o no? - pregunta dudosa

- ¿Bueno y a qué se debe la dichosa fiesta ? - pregunto poniéndome de pie y cruzando los brazos.

- Se celebra el aniversario de la fundación del imperio Öskan- dice haciendo un gesto de aburrimiento.

- Oh vaya, y habrá mucha gente ? - pregunto

- Estarán todos los empleados de la empresa, algunos socios e inversionistas también. Pura gente aburrida, ya sabes - dice Deníz.

- Berna estará? - suelto luego de tragar saliva .

- Claro que sí - responde Deníz girando los ojos hacia arriba

- Lo siento Deníz, pero no iré - digo sonriendo apenada.

- Está bien, no insistiré. Pero si cambias de opinión estaré cerca por si necesitas mi ayuda - dice guiñándome un ojo y sale de la habitación.

Ya ha llegado la noche y puedo oír la música que proviene del jardín, la fiesta será allí ya que es una cálida noche.

Cada tanto me asomo a la ventana para ver, he apagado las luces para que no puedan verme desde afuera.

Varios invitados han llegado, hay muchas personas. Todos lucen muy elegantes. Emir saluda a todos ellos y luego se aparta para contestar una llamada.

Yo lo observo, luce tan guapo y elegante, con una mano toma el teléfono y la otra en el bolsillo de sus pantalones entallados. Hoy viste un traje negro muy elegante, sus ojos brillan con la luz de la noche y su cabello resalta su piel morena.

Observo como Emir regresa junto a las demás personas y ahí aparece ella; la insufrible de Berna. Luce un vestido muy ajustado color plata que pareciera que su costura va a explotar en cualquier momento, unas sandalias con tacones que combinan con su vestido y trae un peinado recogido, sus labios rojos resaltan. Ella saluda a otras mujeres, luego se acerca a Emir y toma de su brazo sonriendo como si acabara de ganar una medalla de oro.

Luego de unas horas sigo observando allí, y en ningún momento la idiota de Berna ha soltado el brazo de Emir y a él parece agradarle. Molesta decido ir a dormir.