Eileen, una joven de 22 años estudiante de medicina, es secuestrada por el mafioso más buscado de toda Europa, Nada más ni nada menos que Lorenzo martini, para cobrar una venganza que tiene pendiente con el padre de ella.
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Unos ojos negros y Fríos
Eileen.
Después de ver a la persona que me tiene atrapada en este lugar, me doy cuenta de que no se ve tan aterrador como yo pensaba. Hasta podría decir que se ve bastante Lindo.
Creo que estar encerrada tanto tiempo me está afectando la mente, y solo estoy creyendo estupideces. Como sea, necesito encontrar una maldita manera para poder huir de este sitio, No puedo estar Aquí a esperar el día de mi muerte, pero está casa es una fortaleza, por donde quiera que mire hay hombres, cámaras de seguridad y también sensores de movimientos.
Estoy Metida en un gran lío por culpa del idiota de mi papá. No encuentro manera de salir de este lugar, esa era la única razón por la cual estuve caminando todo un día en este enorme jardín, pero no encontré absolutamente nada, tal vez si sigo investigando y buscando pueda encontrar una solución a este enorme problema.
Luego de martirizar mi cabeza buscando una solución, me recuesto al pasto y miro al cielo pensando en mi madre. La extraño tanto, me dejó tan temprano. Aunque hayan pasado 6 años desde su partida, para mí tan solo fue ayer que pasó todo eso, es que el dolor en mi pecho sigue tan presente... La herida sigue Tan fresca que no me logro acostumbrar a su ausencia. Aunque... quien se puede acostumbrar a algo como esto, supongo que tendré que vivir con el dolor toda la vida.
Muchos dicen que el tiempo cura las heridas... pero eso no es verdad... uno aprende a vivir con ellas... pero el tiempo no las cura... uno sigue adelante a pesar de que tu alma y corazón estén desgarrados y sangrando por dentro... pero eso es cosa de todos los días, porque cuando uno sale a algún lado y ve algo, lo primero que hace es pensar en esa persona que se fue de tu lado... en cuanto le gustaba esa Flor... Esa fruta... esa comida... Esa película... Ese Actor... Esa Actriz... o esa plaza en donde uno solía ir con él o ella... Las personas que quedan aquí... En este mundo tenemos que tratar que aprender a vivir con la ausencia de un ser querido... aunque uno no lo quiera aceptar, es la triste realidad.
Yo tengo que aprender y hacerme la idea de que mi madre ya no está conmigo... Que ya no está cuando estoy triste para acariciarme la cabeza... para levantarme por las mañanas y hacerme mi desayuno favorito... para prepararme mi comida favorita, o peinar mi cabello frente al espejo y hacerme un bonito peinado antes de ir al colegio.
Lágrimas de tristeza salen de mis ojos al recordar a mi madre. Me levanto del pasto y quedo sentada como indio, luego me limpio con rapidez mis lágrimas con la Palma de mi mano al escuchar unos pasos de alguien acercándose.
Esmeralda- Aquí estabas.
Eileen- sí, estaba apreciando lo hermoso que es el jardín.
Esmeralda- si, lo es, pero porque estabas llorando.
Eileen- No, no es eso, es que se me metió un poco de tierra en los ojos es por eso que los tengo así.
Esmeralda- Bien, haré de cuenta que te creo, y que no lloras por estar en este lugar en contra de tu voluntad.
Eileen- Antes si lo hice Esme, pero eso ya terminó, si tengo que esperar mi muerte pues no lloraré por ello, y esperaré a que el día llegue.
Esmeralda- No digas tonterías Eileen, El señor Lorenzo jamás haría algo como eso.
Eileen- sí, es lo mismo que me dijo Rosa, pero que puedo esperar de alguien a quien no conozco. Como sea, creo que me iré a la habitación a encerrarme de nuevo a esperar mi juicio final.
Esmeralda- sí, está bien. Vamos te acompaño así no y pierdes en esta enorme casa.
Me levanto del suelo con ayuda de Esme y nos dirigimos hacia la casa.
Esme es una muy buena muchacha, es alegre, divertida y muy amable. Estoy segura de que a Sara le hubiese encantado conocerla, seguramemte se hubiesen llevado bastante bien. Ojalá nos hubiésemos conocido en otras sircunstancias y no así como ahora.
Llego a la puerta de la habitación y me despido de Esme, luego ingreso y me dirijo hacia el baño. Me despojo de toda mi ropa y me meto a la tina a relajar mi cuerpo y mente. Me quedo 1 hora aproximadamente en la tina. Regreso a la habitación con una toalla enredada mi cuerpo y me pongo un pijama y me acuesto a dormir un rato.
Después de dormir un rato escucho que alguien ti a la puerta e ingresa Rosa.
Rosa- Mira, te traje la cena.
Eileen- La cena? Tanto tiempo dormí?
Rosa- Así es, ya son las 10 de la noche, Tranquila, igual es normal, ya que caminaste todo un día completo. Veo que te quedo bien el pijama.
Eileen- Si, así es.
Rosa- Bien, yo me retiro. Termina tu cena que en la mañana recojo la bandeja.(Da media vuelta y se dirige hacia la salida)
Eileen- Rosa...
Rosa- Dime, necesitas algo más.
Eileen- Gracias, Gracias por hacer que este lugar no se sienta tan horrible después de todo.
Rosa- No te preocupes, Ojalá pudiese hacer más por ti mi niña. Ahora come tu cena y descansa.
Sin más se dirige a la salida y yo me como todo lo que había en la bandeja, por el hecho de que todo estaba delicioso. Luego de terminar la cena me dirijo hacia la puerta con la bandeja en mano, puesto que la puerta no estaba con seguro.
Salgo al pasillo y me dirijo hacia las escaleras para luego ir ir la cocina. Dejo la bandeja en el lava platos. Miro hacia la puerta y me doy cuenta de que la noche estaba hermosa. Abro la puerta y salgo hacia el jardín, que se veía más hermoso ahora que llegó la noche. Camino por un rato y me quito en calzado para sentir el pasto frío entre los dedos de mis pies. Luego de un rato siento una mirada sobre mí y recuerdo que el lugar estaba lleno de guardias y había olvidado de que yo estaba tan solo en pijama. Algo apresurada, camino buscando la entrada hacia la cocina para volver a la habitación. Iba tan distraída que no me Di cuenta de que había un pequeño hueco en el suelo, y lo piso y casi caigo al suelo hasta que siento unos brazos rodear mi cintura deteniendo mi caída.
Eileen- Gra...Gracias. Digo algo apenada poco a poco levanto la vista para ver a la persona que me ayudó de no darme tremendo golpe contra el suelo, hasta que mi vista conecta con unos ojos negros y fríos mirándome fijamente cada parte de mi cuerpo, como si quisiera comerme con la mirada.
Eileen- No de nuevo. No tú.
al que no le guste que no lo lea..lo que lamento es que esa minoria que denuncia este tipo de escenas priva a la gran mayoria de leer la obra tal cual la expresa el escritor..