La Tercera Es La Vencida

Narra Sonia.

Estoy entrenando demasiado, pero lo prefiero así, porque no todos los días tienes la oportunidad de competir por el campeonato nacional, ahora que Raúl se ha ido a trabajar lejos lo he estado extrañando, yo sé que no se lo merece porque ni siquiera se molestó en buscarme para despedirse, solo me mando un adiós con sus hermanas. Pero saco la frustración con el entrenamiento, y termino muy cansada. Tanto que el pobre de Julián cada tarde quiere llevarme a tomar algo después del entrenamiento, pero yo solo quiero irme a descansar, pero ya le prometí que terminando esta locura, sea cual sea el resultado, me daré tiempo para salir con él, realmente es tan lindo, muy diferente a Raúl, hasta siento que vale la pena intentarlo con él, pero quisiera ir poco a poco, porque aun no dejo de sentir que Raúl es el indicado, además si es que llego a ganar la competencia, vendrá más trabajo, pero no me pesaría.

En estos días las chicas del equipo de nado sincronizado no están entrenando, se tomaron un receso para dejar las instalaciones libres para las prácticas de los que iremos a las nacionales. Por tanto, no veía a las gemelas, porque en la universidad no coincidimos tampoco.

Invertí todo mi esfuerzo en mi preparación y cada, vez estaba más confiada en lograr mi objetivo, pero como dicen por ahí, uno pone, Dios dispone, llega el diablo y todo lo descompone, tuve un accidente que cambió radicalmente las cosas.

Resulta que subiendo a la plataforma por la escalera, no me fijé que estaba muy resbalosa y sin querer pise mal, el resultado fue que me caí, tal vez porque como ya estaba por terminar, estaba cansada y tenía otras cosas en la cabeza, no estaba a una gran altura, pero lo suficiente para hacerme mucho daño, me rompí la pierna en ese descuido y la alarma cundió entre todos los presentes, corrieron los paramédicos a atenderme, no tenía idea de la magnitud de mi lesión, pero no podía moverme, y al revisarme me dijeron que lo más probable es que tuviera una doble fractura de tibia y peroné, me inmovilizaron mientras mi entrenadora pedía una ambulancia y avisaba a mi familia, los minutos pasaron y yo lloraba inconsolablemente, caldo al fin llegó la ambulancia para trasladarme, aún no llegaban mis papás, por lo que la entrenadora se fue conmigo, en el trayecto me comunique con mi mamá, intenté tranquilizarla y le informe hacia que hospital me llevaban, ella acababa de llegar a la alberca y me aseguró que salía de inmediato a alcanzarme, pero al salir se topó de frente con Julián, quien al verla tan alterada, le preguntó qué pasaba, mi mamá llorando le explicó la situación y él se ofreció a llevarla como chófer, porque en ese estado era peligroso que ella manejara, así que se dirigieron al hospital universitario, que estaba cerca y por ser yo parte de la comunidad tenía servicio prioritario y gratuito, me recibieron y me llevaron a sacarme las radiografías, mientras mi entrenadora se hacía cargo del registro. Entonces llego mi madre acompañada de Julián y les pidieron esperar, poco a poco llegaron mis hermanos con mi papá y mis amigas con sus padres, cuando salí de los exámenes, me llevaron a un consultorio y me acomodaron la pierna, ese si fue un dolor terrible, más que el de la caída, me enyesaron y ya pude ver a mis padres, no hacía falta estar internada, ya que me habían hecho lo procedente, así que luego del susto, todos quedaron muy consternados, me había quedado fuera de las competencias para las que me había preparado por años, y todo por un estúpido resbalón, traté de ser fuerte y les dije que al sanar, recuperará el tiempo perdido, la mirada de mi entrenadora lo dijo todo, me miró con lástima, si bien las fracturas sanarían en unas 6 semanas, perdería fuerza y condición, por no decir la confianza. Todos me desearon una pronta recuperación y se despidieron pidiéndole a mis papás que les mantuviera informados, Julián qué se quedó al último me dijo que me visitaría todos los días para que no me sintiera tan sola, mi mamá le agradeció y le dijo que sería bienvenido en la casa y después nos fuimos a descansar, yo no pude casi ni dormir, mis sueños se habían roto junto con mis huesos, y aunque esperaba que fuera solo un contratiempo, sabía que había la posibilidad de no poder regresar al deporte que tanto me apasionaba. Lloré mucho y al final en cansancio me venció, tuve un sueño extraño con el accidente, soñaba que la caída era de más alto y sentía el vacío, pero una mano grande y fuerte me sujetaba en el momento antes de tocar el piso, era de un hombre que me decía que no me soltaría jamás, pero yo no veía nada más de mi misterioso salvador, únicamente su mano, una mano blanca, sin una sola marca. Y ese sueño se me quedó muy grabado en la mente.

Al otro día me sentí aún más adolorida qué antes, me dolía todo el cuerpo y la cabeza, mi mamá me tuvo que ayudar a bañarme, me dieron fuertes calmantes y casi dormí todo el día, solo me despertaron para que comiera y tomara los medicamentos, y también cuando llegó mi visitante, que me llevó un ramo de rosas y un pequeño oso de peluche. Un poco después llegaron mis amigas, como me iban a dejar sola en estos momentos si somos inseparables, me bromearon un poco por los detalles de Julián, y yo me puse muy roja, también él se notó un poco apenado pero al final como ellas pensaron que hacíamos una bonita pareja sonrió más aliviado. A mi madre le agrada a mucho aque chico tan detallista, a mi papá no le hacia mucha gracia, pero mi mi mamá le dice a que eran los celos porque su princesa estaba a punto de darle un yerno, a mi me conmovió su gesto, aunque me hubiera encantado que fuera otro el que estuviera interesado en mi, pero es lo que es, y no me pasaría la vida pensando en él.