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El Reino De Los Engaños

El Reino De Los Engaños

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Secretos de la alta sociedad / Pretendiendo ser otra persona / Romance
Popularitas:716
Nilai: 5
nombre de autor: Gianna Viteri (gilover28)

El Rey Arturo y su hermana de sangre, Neferet, compartieron un amor prohibido que dio origen a dos gemelas. Para ocultar su romance ilícito y evitar el castigo de sus padres, idearon un plan desesperado: Neferet se llevó a una de las niñas, mientras Arturo confió la otra a una madre adoptiva, una princesa de un reino lejano. Dieciocho años después, las gemelas han crecido en mundos separados, ignorando la existencia de la otra. Pero cuando el destino las cruza, una cadena de secretos, mentiras y traiciones sale a la luz. En El Reino de los Engaños, nada es lo que parece...

NovelToon tiene autorización de Gianna Viteri (gilover28) para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 13

Sade

Muy temprano en la mañana salí a mi balcón y al darme cuenta que el clima prometía ser bueno por el resto del día decidí que hoy tendría la oportunidad de volver al pueblo.  Después de hacerles una propuesta y que aceptaran sin tantos rodeos, junto a Milos, James, Eros y Kilian salimos a dar una vuelta en caballo al precioso y verde bosque que teníamos cerca al castillo. Hace dos días que los teníamos de visita en el reino y mañana sería el gran festejo por el cumpleaños del rey. Dentro de tres semanas haríamos un gran baile para todo el pueblo, celebrando nuestros cincuenta años de independencia.

—Es increíble que sea la única chica entre tantos —Sonreí fijando mi vista hacia al frente. Si algo me gustaba en el mundo es mirar hacia el cielo azul y sonreír por la maravillosa vista— Al menos no soy la menor porque Milos ya ocupa ese lugar.

Todos rieron levemente gracias a mi comentario. Me bajé de mi hermoso caballo con una pequeña sonrisa y me senté bajo el mismo árbol de siempre. Cerré mis ojos y me concentré en tener un momento muy pacífico. Sentí una mano suave acariciar la mía y abrí los ojos por ello, me tranquilicé al ver que se trataba de mi hermano menor.

—Se me haría muy lindo que todos juntos vayamos al pueblo hoy—Comenté con una sonrisa de oreja a oreja— Por favor, hagámoslo.

—¿Ahora? —Kilian cuestionó con sorpresa— Creí que querías quedarte en el bosque y por eso veníamos hasta aquí.

—Necesito hacer algo para ser sincera, iré sola para no causarles alguna molestia—Me puse de pie al minuto— Cuiden de mi preciado caballo por favor, y Milos no se te ocurra seguirme.

Empecé a caminar rápidamente. Di media vuelta para continuar hacia el pueblo. De verdad deseaba encontrarme con la misteriosa chica, hay demasiadas cosas que me gustaría decir o cuestionar. Llegué al pueblo pocos minutos después y me sentí feliz, lamentablemente no tenía idea por dónde empezar por lo que recorrí el mismo camino de mi primera visita al pueblo. Llevaba tiempo haciendo eso, y no veía nada fuera de lo normal.

—Rania, no recuerdo que otras cosas necesitábamos para llevar a casa —Escuché la voz de una mujer y al llamar mi atención, di la vuelta por simple curiosidad. Maldita sea la decisión que acabo de tomar pues la mujer es exactamente igual a una de las pinturas del castillo. No podía quitar mi vista de ella, y lo notó de inmediato. Ella se acercó a mí y dijo:

— ¿Sade? —Se acercó a mí y acarició mi rostro con lágrimas en sus ojos— ¿Eres mi preciosa Sade?

—¿Sade? —La otra mujer vino hacia mí— Vamos a otro lugar muy tranquilo en el que las personas no se fijen en nosotras. Irina no está en casa por lo que podríamos ir allí.

— ¿Debo confiar en usted? Es que no las conozco, entiéndame —Asentí y ella me sonrió con confianza.

— Puedes confiar en mí plenamente, te lo aseguro Sade. Tú y yo tenemos una historia y es una terrible lástima que no seas consciente de ello —Me dio un abrazo y decidí seguirla hasta su vivienda.

Últimamente mi comportamiento se convirtió en uno estúpido y sin sentido ¿Antes habría dejado que dos desconocidas me llevaron a otro lado para "hablar" con tranquilidad? La respuestas es sumamente simple: no, y mil veces no. Pero ya estaba aquí, no hay vuelta atrás.

—He estado esperando durante toda tu vida para verte y abrazarte como necesito —La mujer me dijo—Mi nombre es Neferet, qué gusto que nos podamos encontrarnos.

Le sonreí con gentileza y no retiré mi mirada de la mujer que la acompañada, parece que esta entendió mi indirecta se presentó al instante:

—Soy Rania, un placer —Me estrechó la mano y lo acepté. Pretendo presentarme ante ellas sin tomar en cuenta que ya conocían quién era. Estábamos próximas a entrar a su linda casa.

— ¡Sade! ¿Cómo se te ocurre irte así? —Los chicos llegaron junto a los caballos —Hiciste que me preocupara.

—¿Milos? ¿Me han seguido hasta acá?

Fruncí el ceño y me crucé de brazos.

—Ojalá me disculpes hermanita, es que recordé que hoy se iba a anunciar algo importante al medio día, para lo que falta muy poco. Si no estamos a esa hora en el castillo, papá me cortará la cabeza por no recordarlo.

—Evidentemente necesito irme ahora mismo si lo que quiero es llegar a tiempo a casa —Me dirigí hacia Neferet, quién lucía un tanto desanimada— Vendré al pueblo dentro de unos días si me es posible y tendremos la oportunidad de conversar con más tranquilidad ¿Le parece bien?

—No te preocupes por mí, Sade —Tocó mi hombro para que me sintiera mejor— Siempre solemos permanecer en el mismo lugar, y ahora ya conoces mi hogar y eres bienvenida a él cuando desees.

—Ha sido muy amable conmigo hoy, gracias por ello —Hice una pequeña reverencia— Adiós Neferet, adiós Rania —Me despedí y sin dejar que alguno de ellos me llenaba de preguntas, me subí en mi caballo y me encaminé hacia el castillo con rapidez. Al estar allí, reí sin sentido y me adentré luego de dejar a mi fiel compañero en el establo.

—Señorita Sade, imaginé que no llegaría ante de las doce —Rosa me comentó— Falta poco para que sea la hora antes dicha, vaya a arreglarse para que el rey no se moleste con usted.

—A eso iba, mi querida Rosa —Le sonreí y besé su mejilla aunque no se me tenía permitido, pero más podía el cariño que le tenía a las reglas que debía seguir obligatoriamente.

Hice una reverencia al entrar al comedor y encontrarme con todos allí. Me senté en el asiento que me pertenecía y me obligué a mí misma a sonreír con amabilidad a pesar que no estaba nada contenta. Conocer a Neferet creó demasiadas dudas en mi cabeza que ahora no serían nada fáciles de resolver. Acomodé mi cabello y procuré prestar atención a lo que sucedía a mí alrededor.

—Sade, qué bueno que ya estás presente —Mi padre me sonrió y vio a James— Anunciaremos algo muy importante, por lo que espero que escuchen bien mis palabras.

—Cómo tú digas, padre —Respondí.

—El matrimonio de mi preciosa hija mayor, Sade, y el príncipe James se llevará a cabo dentro de cuatro meses. Todos están cordialmente invitados a la grandiosa boda. Será un día muy memorable sin duda.

Aplaudieron con entusiasmo a excepción de unos pocos: James que lucía nervioso y un tanto disgustado con la noticia, Milos que esbozó una enorme mueca y apretó mi mano para darme un poco de aliento, Eros que agachó la mirada e hizo que su linda sonrisa desapareciera, Kilian que abrió los ojos con sorpresa y bufó y yo. Mis hijos se cristalizaron al saber que la fecha del matrimonio ya fue acordada y que me casaría con un hombre al que no amaba ¿Cómo nuestros padres nos estaban haciendo algo como esto? ¿Por qué no se nos permite amar a quién queremos?  Lástima que este no es un cuento de hadas si no el mundo real.

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