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Mi Arrogante Secretaria

Mi Arrogante Secretaria

Status: Terminada
Genre:Embarazada fugitiva / Malentendidos / Reencuentro / Romance de oficina / Completas
Popularitas:34.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Yoisy Ticliahuanca Huaman

Abril Ganoza Arias, un torbellino de arrogancia y dulzura. Heredera que siempre vivió rodeada de lujos, nunca imaginó que la vida la pondría frente a su mayor desafío: Alfonso Brescia, el CEO más temido y respetado de la ciudad. Entre miradas que hieren y palabras que arden, descubrirán que el amor no entiende de orgullo ni de barreras sociales… porque cuando dos corazones se encuentran, ni el destino puede detenerlos.

NovelToon tiene autorización de Yoisy Ticliahuanca Huaman para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 14: De compras

El silencio que siguió fue tan espeso que se podía cortar con un cuchillo. Abril abrió los ojos de par en par, sintiendo que el aire le faltaba.

Su corazón, que apenas se calmaba después de los titulares, volvió a latir con fuerza hasta doler.

—¿Qué…? —susurró, mirando incrédula a Alfonso.

Alfonso dio un paso hacia Paula, con los puños apretados y la mandíbula tensa.

—No vuelvas a usar esas artimañas conmigo —le espetó con rabia contenida—. Sé perfectamente cómo eres, Paula. Y no me importa lo que digas, no me interesa lo que intentes.

Pero Paula no se dejó intimidar. Acarició su vientre con teatralidad, fingiendo vulnerabilidad.

—Créeme, Alfonso… este hijo es tuyo. Y si no me aceptas, la ciudad entera lo sabrá. ¿O quieres que tu familia vea al heredero Brescia rechazando a su propio hijo?

Alfonso sintió un vacío en el estómago; la palabra “hijo” pesaba como una losa.

Abril, en cambio, soltó una carcajada irónica.

—¿De Alfonso… y cuántos más? Desde aquí huele a mentira, y muy barata.

—¡No me ofendas, mocosa! —chilló Paula—. Yo solo estuve con Alfonso. Mi hijo es el primogénito de la familia Brescia.

Abril estaba por replicar, pero Alfonso la interrumpió.

—Déjame solo con Paula, Abril. Luego te alcanzo.

La sonrisa triunfal de Paula fue como una puñalada en el orgullo de Abril. Lo miró con fuego en los ojos.

—Si salgo de aquí, Alfonso Brescia… se termina todo. Yo no soy mujer de soportar cuernos ni desplantes. Soy Abril Ga… ¿sabes qué? Olvídalo. —Se dio media vuelta para marcharse.

Alfonso reaccionó de inmediato, tomándola de la muñeca y atrayéndola contra su pecho.

—Mi amor, jamás te dejaría —susurró antes de besarla con intensidad. Luego se volvió hacia Paula con firmeza—. No te voy a mentir, tu embarazo me genera dudas. Así que haremos esto: durante tu gestación, correré con todos los gastos. Cuando nazca el bebé, me haré una prueba de ADN. Si es mío, me haré responsable como padre. Pero si no lo es… me pagarás el doble de lo invertido. Habla con Boris, él se encargará de todo. Ahora, lárgate.

Paula salió hecha una furia. Nada le había salido como esperaba, pero juró que no se rendiría. Encontraría la forma de que su hijo —o al menos el apellido Brescia— quedara ligado a ella.

En la oficina quedó un silencio tenso. Alfonso tomó el rostro de Abril con ambas manos.

—Mi amor… esto pasó antes de ti. No estoy seguro de que ese hijo sea mío, pero eso no cambia lo que siento. Tú eres mi presente. Tú eres mi futuro.

Abril respiró hondo, tragando su enojo. Luego se puso de puntillas, rodeó su cuello con los brazos y lo besó.

Cuando se separaron, Alfonso sonrió con ternura.

—¿Qué tal si salimos de compras? Necesito mimar a mi novia.

Abril asintió encantada.

—Encantada, mi amor. Termina tu trabajo pronto… te espero. —Salió feliz de la oficina, ilusionada por la idea. Tal vez aún conservaba hábitos de niña rica, pero en el fondo estaba aprendiendo… poco a poco.

Paula salió de la oficina con la cabeza en alto, pero en cuanto cruzó el pasillo y se alejó de las miradas curiosas, su máscara de seguridad se derrumbó. El odio hervía en su interior.

Caminaba con pasos firmes, aunque por dentro sentía que el suelo se abría bajo sus pies.

—Maldita mocosa… —murmuró entre dientes—. No sabes con quién te metiste.

Se encerró en su auto, encendió un cigarrillo y golpeó el volante con furia. Durante años, se había asegurado de que todos la vieran como la “favorita” del CEO Brescia, la mujer que tarde o temprano ocuparía el puesto de esposa. Y en una sola mañana, una niñita caprichosa le había arrebatado todo: su lugar, su orgullo… y quizás su futuro.

Pero Paula no era de las que se rendían. Tenía demasiado que perder.

Tomó el teléfono y marcó un número que casi nunca usaba, uno que tenía guardado para emergencias.

Una voz masculina contestó del otro lado.

—Necesito información sobre alguien… y no me importa cuánto cueste. Quiero su pasado, su presente, todo.

—¿Nombre? —preguntó el hombre con frialdad.

Paula sonrió con malicia, mientras exhalaba el humo del cigarro.

—Abril Arias… o como se haga llamar esa mocosa.

Guardó silencio unos segundos, imaginando cómo esa “secretaria” arrogante se desmoronaría al ver sus secretos expuestos. Sabía que ninguna mujer en la ciudad estaba tan limpia como aparentaba; todas escondían algo. Y si Abril resultaba ser la hija de quien sospechaba, aquello sería dinamita pura.

—Destrúyela para mí. Encuentra lo que nadie sabe. Si es necesario, inventa. Pero Abril Arias no puede seguir en la vida de Alfonso Brescia. —Colgó con un brillo oscuro en los ojos.

Se miró en el retrovisor, acomodando su rubia melena. Una sonrisa fría se formó en sus labios.

—Este juego apenas comienza, querida… —susurró.

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Dicen que para la mayoría de los hombres ir de compras con una mujer es un castigo, mientras que para muchas mujeres es una de las actividades más satisfactorias.

Alfonso lo confirmaba. Con el entrecejo fruncido, caminando detrás de Abril que entraba de boutique en boutique, probándose vestidos, blusas y zapatos… para al final decidirse por la primera prenda que había visto en la primera tienda.

Cuatro horas después, el imponente CEO de PGE Internacional cargaba bolsas y más bolsas. Con caballerosidad se había ofrecido a llevar una, pero Abril, sin pensarlo, le entregó todas.

—Listo, mi amor. Creo que por hoy está bien. Ahora toca comprar para ti, no es justo que solo yo salga con ropa nueva —dijo Abril, dándole un beso juguetón en los labios.

Alfonso suspiró, buscando la manera más elegante de confesar su agotamiento.

—Mi pequeña, ¿qué te parece si lo dejamos para otro día…? —intentó negociar, pero Abril le colocó un dedo en los labios.

—No, mi amor. Hoy quiero elegirte unos trajes que te harán ver más joven y guapo. Además… aprovecharé que el CEO Brescia cerró todo el centro comercial solo para mí —dijo con una carita encantadora que desarmó por completo al magnate.

Alfonso arqueó una ceja y fingió molestia.

—Con eso me estás diciendo feo y viejo, ¿cierto?

Abril se encogió de hombros con una sonrisa traviesa, y tirando de su brazo lo llevó directo a la sección de caballeros.

Entre risas y complicidad, empezó a escogerle trajes y corbatas, disfrutando del juego de transformar al hombre que ya de por sí desbordaba elegancia.

Mientras tanto, a unas calles de allí, Catalina —la hija de la nana de Aurora, madre de Alfonso— se dirigía al mismo centro comercial en compañía de unas amigas.

Aurora le había prestado su tarjeta con un encargo claro: renovar su guardarropa con ropa fina y de marca. Estaba convencida de que, para competir con las modelos que rondaban a su hijo, Catalina debía lucir impecable.

Pero al llegar, Catalina se encontró con las puertas cerradas. Sabía bien que los Brescia nunca clausuraban su centro comercial, pues cada minuto significaba pérdidas millonarias.

Desconcertada, buscó el celular en su cartera para llamar a Aurora. Sin embargo, al alzar la vista, quedó petrificada.

Por la entrada principal aparecía Alfonso, cargando bolsas de compras, y a su lado una mujer joven, hermosa y radiante, colgada de su brazo con toda naturalidad.

La indignación se apoderó de Catalina. Sin perder tiempo, tomó una foto y se la envió de inmediato a Aurora con un mensaje cargado de falsa preocupación: “Señora, estoy muy preocupada por Alfonso. Esa mujer se está aprovechando de su dinero”.

Aurora, al recibir la imagen, sintió que la rabia le hervía en la sangre. Ahora estaba más convencida que nunca: su hijo debía casarse con Catalina, una mujer que ella consideraba perfecta, trabajadora y desinteresada… en contraposición a la “trepadora” que se mostraba del brazo de su heredero.

Alfonso, por su parte, tuvo la extraña sensación de estar siendo observado. Alzó la mirada y notó un destello a lo lejos. Su instinto le dijo que probablemente era un paparazzi, nada fuera de lo común. No se preocupó: sabía que un equipo de guardaespaldas lo seguía de cerca, algunos visibles y otros ocultos entre las sombras, listos para protegerlo.

Él solo apretó con más fuerza la mano de Abril, orgulloso de caminar con ella, aunque aún no imaginaba la tormenta que Catalina y su madre estaban a punto de desatar.

Catalina no perdió tiempo. Apenas envió la foto a Aurora, recibió en respuesta un mensaje conciso: “Pasa a la mansión esta noche. Necesitamos hablar”.

La joven sonrió satisfecha. Era la oportunidad perfecta de ganarse, no solo la confianza de la madre de Alfonso, sino también un lugar dentro de la familia Brescia.

Esa noche, en la mansión, Aurora la recibió con los brazos abiertos, como si fuera una hija más. La mujer, siempre elegante, dejaba entrever en sus gestos que su plan estaba ya en marcha.

—Catalina, mi querida niña… lo que viste hoy no puede continuar. Esa muchacha, no es adecuada para mi hijo. Alfonso merece a alguien leal, estable, alguien que sepa comportarse a la altura de este apellido.

Catalina bajó la mirada con aparente modestia, aunque por dentro ardía de ambición.

—Señora, yo no quisiera entrometerme. No sé de dónde salió.

Aurora entrelazó sus dedos y se inclinó hacia adelante, con una sonrisa fría.

—Eso es justo lo que haremos, Catalina. Debemos demostrar que esa niña no pertenece a nuestro mundo. Y lo haremos sin levantar sospechas.

Catalina arqueó una ceja, intrigada.

—¿Cómo, señora?

—Muy simple. —Aurora se levantó con paso firme—. Nadie necesita inventar nada. Solo basta con exponer la verdad. Abril Arias no es quien dice ser. Y cuando Alfonso lo sepa, no habrá forma de que la defienda.

Catalina esbozó una sonrisa venenosa.

—¿Y si no basta con la verdad?

Aurora la miró directamente a los ojos, con una frialdad calculada.

—Entonces la adornaremos un poco. Una reputación manchada cuesta años en limpiarse… y a veces, jamás se recupera.

Las dos mujeres sellaron el pacto con una mirada cómplice. La guerra contra Abril había comenzado, y lo peor era que Alfonso todavía no lo sospechaba.

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Mirla Loyo
ella está viva, de seguro provocó que el carro se accidentara dejando sus documentos, para irse 🤔
Mirla Loyo
ésa fué Paula, ella sospechaba quien era 🤬
Mirla Loyo
qué mujer tan estúpida, de seguro ésa tiene algún guardado 🤬
Arelis Corona
Linda historia, gracias muy fresca, me gusto mucho ❤️
TICLY: Gracias por su apoyo 🤗
total 1 replies
dayana espejo gonzalez
Maravillosa historia, tienes un talento increíble!!!!!!Felicidades!!!!!
TICLY: Gracias por el apoyo 🤗
total 1 replies
Helizahira Cohen
Es buena, estilo romántico pero es entretenida, corta y sin rollos locos, gracias 👏
TICLY: Gracias por su apoyo 🤗
total 1 replies
Roxy Sanchez
y no es mentira mi hijo solo quería los brazos del papá y hasta la fecha tiene 24 años y siempre está al pendiente del papá
Nancy Scheherezada Perez Perez: Si ya desde el vientre solo lo quería a él para calarle la inquietud a la mamá, jajaja. No les queda de otra qué resignarse
total 1 replies
Nancy Scheherezada Perez Perez
Menos mal que no la mato, y ahora deben tener mas cuidado con esa loca qué anda suelta, le puede hacer daño a Abril
Nancy Scheherezada Perez Perez
Jajaja, ese comentario si que fue desafortunad y la caprichosa como que se está pasando con sus berrinches
Hilda Chacon
Excelente
Nancy Scheherezada Perez Perez
Pero esta sra no aprende, menos mal que el marido la escucho y puso fin a todas sus intrigas, ademas puso en su lugar a Catalina. Ojalá entienda y no haga nada estúpido o pagara las consecuencias
Nancy Scheherezada Perez Perez
Los abuelos son tan importantes en la vida de los nietos, con su apoyo incondicional y a toda prueba
Monica Raquel Martin
me encantó es una de las pocas historia que na hay drama ni secuestro a pesar de las malas intenciones de las putizorra y ambiciosa fue una gran historia de amor👏👏👏👏
TICLY: Gracias. Un abrazo 🤗
total 1 replies
Nancy Scheherezada Perez Perez
Porque no dejaron que fuera ella quien le diera la noticia que iba a ser padre?
Nancy Scheherezada Perez Perez
Idiota, existe la comunicación y el escuchar la versión de la otra persona. Te vas a arrepentir
Roxy Sanchez
pobre Abril no se imagina que tiene 3 enemigas espero que el papá de la cara por ella
Nancy Scheherezada Perez Perez
Uuuf y ahí empezará el amor que ninguno querrá aceptar pero que sentirán con intensidad
Nancy Scheherezada Perez Perez
Yo creo que eso mismo va a inventar Ale, que esta embarazada
Ale 🇨🇱
Me encantó la historia, ahora esperaré la historia de la berrinchua de Zoe, creo que sera muy cómico ver a Alfonso, en su papel de padre celoso y tierno protector de su joya Zoe. También sería cómico verlo nuevamente como padre en una edad un poco mayor 🤭
Nancy Scheherezada Perez Perez
Que se cree este idiota, adueñarse del tiempo de ella?
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