Atrapando Un Alpha

CHARLIE Y JADE

En la oscuridad, cubiertos por las sabanas, desbordando pasión, deseo y lujuria, unidos volverse solo uno, sintiendo su respiración, las palpitaciones descontroladas y suaves caricias, mientras las corrientes de placer se extendían por todo su cuerpo con cada embestida, era difícil saber cuántas eran las horas que habían transcurrido desde que comenzaron, todo el lugar estaba hecho un desastre, lleno de sus feromonas era embriagador.

-          ¿Charlie? – dice Jade entre gemidos, recuperando la conciencia

-          ¿Ya ésta consiente? – le dice sin parar de embestirla.

-          ¿Por qué tú y yo? – le costaba poder pronunciar las palabras, de su garganta solo salían gemidos, podía sentir como su interior era llenado por Charlie, aferrado a ella causando espasmos seguidos de un sinfín de sensaciones, su interior se sentía ardiendo, no entendía como había sucedido todo eso, pero no podía parar de mover sus caderas con cada penetración, llegando hasta lo más profundo, sintiendo los latidos de su corazón palpitar.

-          Te puedo explicar luego – la besa saboreando sus labios hinchados por tanto besar. Era la primera vez para Charlie apareándose con un omega en celo, la idea de estar con alguien que no es consciente de sus actos nunca fue de su agrado, así que prefería evitar esas situaciones, por alguna razón estar con Jade era todo lo contrario, su aroma era embriagador, su mirada suplicante y sus labios pidiendo por su ayuda, fueron algo a lo que no pudo resistirse. Al ver a Arthur subir las escaleras la imagen de Jade saltando sobre el hombre vino a su mente, su cuerpo se movió solo, subiendo las escaleras lo más rápido que pudo, no quería que la viera o sintiera sus feromonas, mucho menos que la tocara, por primera vez había una omega a la que quería monopolizar como alpha. Llegada la mañana el sol radiante entro por la ventana, iluminando sus cuerpos abrazados, dormidos por el cansancio.

-          Jade – llaman a la puerta – hija, ¿te encuentras bien? – dice Agnes tocando la puerta, Jade despierta y se levanta, vio el desastre que había regado por el piso, todas las cosas que estaban sobre la repisa se encontraban tirada, camino como pudo y se arregló un poco el cabello viéndose al espejo.

-          Si mamá – abre la puerta un poco -  Estoy bien – sonríe tratando de disimular

-          Bien- dice Agnes sonriendo – tu padre estaba preocupado, no fueron a cenar y no han bajado a desayunar aun – acaricia su cabello.

-          Estaba indispuesta, pero ya estoy mejor – le daba vergüenza el tener esa conversación con su madre, luego pensó que también debía ponerle la cara a los demás invitados, ojalá la tierra se pudiera abrir en ese momento y tragársela.

-          En ese caso, no olvides comer – sonríe – le diré a tu padre que ya te encuentras bien – se marcha.

-          Dios – dice cerrando la puerta y viendo al hombre dormido en la cama, (ahora ¿Cómo puedo mirarlo a los ojos, luego de todas las cosas que hicieron?) pensaba, solo el estar allí parada viéndolo era incómodo y la vergüenza la comía viva. Dio un salto cuando vio al hombre moverse mientras despertaba.

-          ¿Qué sucede? – le dice Charlie sentándose - ¿Estas bien? – Jade estaba en la esquina, parecía un pequeño conejo asustado, arrinconado ante el pánico de ser comido por el depredador.

-          Si, ¿Por qué no estaría bien? – ríe de forma incomoda, era difícil mirarlo a los ojos.

-          ¿Por qué estás en esa esquina? –le dice mirándola mientras sonreía.

-          Porque, yo solo estaba – los nervios no la dejaban pensar una excusa.

-          Creo que ya entiendo – quita las sabanas y se levanta, la mujer enrojeció al verlo desnudo caminar hacia ella.

-          Que, que ¿Qué estás haciendo? – dice intentado no mirarlo mientras da pasos hacia atrás hasta quedar atrapada totalmente.

-          ¿Temes que pueda comerte? – le dice encajonándola entre la pared y su cuerpo – o ¿sientes vergüenza de verme? – sonríe, su mirada parecía devorar a la mujer.

-          Yo no tengo miedo de ti y mucho menos me avergüenzo de nada – dice nerviosa, mientras mira los labios del hombre – lo nuestro solo es fingido, así que no hay motivos para sentirme nerviosa contigo – mentía, quería salir corriendo de allí y enterrar la cabeza en la arena, morir y no despertar jamás.

-          Es cierto – dice, su expresión cambio totalmente, pareció molestarle algo, pero aun así sonreía – estamos aquí para que tú puedas ver a tu querido amor eterno mientras se casa – dice en tono satírico.

-          So, sobre lo de anoche – no sabía cómo tocar el tema sin recordar todo lo sucedido.

-           Tranquila – le dice interrumpiéndola, a pesar de que sonreía al hablar, parecía ocultar otros sentimientos – entraste en celo, tal vez por la presión de tener que venir y ver ciertas cosas – se refería a Arthur con Melissa – imagino que fue una gran carga para tu cuerpo, yo solo te ayude porque me lo pediste – sonríe – de todos modos tu eres la que me está pagando, yo solo cumplí con mi servicio – se aparta, su rostro se mostraba inexpresivo – iré a tomar una ducha – entra al baño dejando a Jade aun pegada de la pared.

Luego de terminar de arreglarse y recoger todo el desorden de la habitación, bajaron a desayunar, luego de aquella conversación el ambiente entre ellos parecía un tanto incómodo, a pesar de que Charlie le hablaba de forma agradable y sonreía en algunas ocasiones, Jade sentía que el hombre estaba mostrando una fachada que antes no parecía tener, al menos no con ella.

-          ¿Cómo te encuentras Jade? – le dice Arthur mientras desayunaban, sacándola de sus pensamientos

-          Bien, fue una pequeña insolación – sonríe.

-          Qué bueno que ya estás bien – sonríe, Jade estaba llena de feromonas alpha, un claro signo para mantener a los otros alejados.

-          Por lo visto Charlie cuido muy bien de ti – dice Melissa sonriendo mientras veía a Jade y luego a Charlie.

-          Sí, es muy atento – responde Jade sonriendo, se sentía incomoda con la mirada de Melissa.

-          Así parece – le responde mirando a Charlie de forma sugestiva, aunque este no parecía importarle en lo más mínimo la atención que la mujer le estaba brindando, estaba sumido en sus pensamientos.

-          Lo siento – dice Charlie – necesito caminar un poco – se levanta de la mesa dejando a todos algo impresionados y camina hacia el lago, al cabo de unos minutos Jarek se acercó a él, parecía que había estado esperando el momento para hablar a solas con él.

-          Sé que lo de la insolación solo es una mentira – le dice de improvisto – es obvio lo que sucedió, y no quiero hablar de eso – era incomodo hasta para él, tocar ese tema – solo espero que tus intensiones sean buenas, al impregnar a mi hija con tus feromonas marcándola – lo mira hecho una fiera

-          Le aseguro, que en esta relación el único que puede salir herido soy yo – le mantiene la mirada sin dejarse intimidar