Salvada Por El Narco

COBRA

Salí de la boca y fui directo a la casa de mis padres, necesito un consejo sobre Liz. La noche de ayer no se me va de la cabeza.

Llegué a su casa y ya oí muchas risas, fui entrando, vi a Liz, Dedé y Zóio conversando con mis padres.

—Nuestra, una fiestita y nadie me llamó. Hablé pareciendo molesto.

—Deja de tonterías hijo, Liz solo vino a hacer una visita. Estábamos extrañando a nuestro nietito.

—Dedé nos estaba contando cómo te pones cara de idiota cuando miras a la madre de él. Zóio habló burlándose de mí.

—Papá, necesito hablar contigo.

Fui con él hasta el área de la piscina.

—¿Qué pasa Gael? ¿Algún problema en el cerro?

—No, el problema soy yo.

—Ayer bebí demasiado y acabé perdiendo el control. Encontré a Liz de madrugada, y en fin... Ya sabes.

—Ahora no me saco a esa diabla de la cabeza.

—¿Y cuál es el problema Gael? Que yo sepa ella es libre y tú también.

—No hiciste nada a la fuerza, ¿verdad? Yo mismo te llevo a las ideas.

—Estás loco, papá, soy hombre, carajo, tú sabes. Ella quiso también y fue bueno para carajo.

—¿Entonces?

—No quiero ser cabrón, aprovecharme de un momento de fragilidad de la mina, por favor. Ella es responsable, no es de esas putas del cerro.

—Entonces ya sabes qué hacer. Esa vida de putería no lleva a nada Gael, es vacía.

—¿Qué hago, papá?

—Sé hombre, o sácala de tu camino de una vez. Esa muchacha ya sufrió mucho.

—¿Y cómo está la organización del baile del sábado?

—Todo en orden, ¿va a ir usted?

—Claro, tu madre y yo, tenemos que facturar bastante.

Terminé de conversar con el viejo y fuimos a la sala de nuevo.

—Abuelo João, voy a dormir aquí hoy, la abuela dijo que haremos noche de cine con palomitas y mucha juerga.

—Mira qué buena idea. Mi padre habló mirándome malicioso.

—Agradezco, pero él da trabajo y no quiero molestarlos. Liz habló sin gracia.

—Imagínate Liz, no es molestia ninguna, mi esposa y yo adoramos a los niños.

—Está bien entonces.

—Hijo, compórtate, no avergüences a la mamá.

Nos despedimos y salimos.

LIZ

Fuimos caminando hasta el portón de la casa de Gael. Entramos en silencio.

—Voy a tomar un baño. Hablé y subí las escaleras, me quité la ropa y entré al baño. Dejé que el agua caliente relajara mi cuerpo, tardé bastante. Salí envuelta en la toalla y me topé con Gael en el cuarto apoyado en mi cama.

Me llevé un susto.

Me quedé parada sin acción, él se levantó, olió mis cabellos, mi cuello, mordió mis labios y me besó de un modo calmo, despacio y delicioso. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

Él paró el beso, se sentó en la cama sosteniendo la cabeza con las manos.

—Liz, quiero hablar contigo. Él golpeó a su lado de la cama para que yo me sentara.

Él me miró profundo a los ojos, pareciendo intentar ver mi alma.

Sostuve la mirada de él cuando comenzó a hablar.

—Liz... Mira, yo no soy héroe, soy errado para carajo en casi todo en mi vida.

Soy traficante de drogas, de armas, llevo esta vida aquí en el cerro, vida que aprendí con mi padre.

Mi perspectiva es esa y todo lo que tengo para ofrecer es eso.

—Gael... ¿A dónde quieres llegar?

—Me enamoré de ti en el momento en que te vi caída desmayada en aquella cocina, en aquel momento mi corazón ya sabía que eras tú. Mira.. Todo esto es nuevo para mí, por favor, yo soy de la putería, de la zona, solo salgo con mujer para transar. Pero tú eres diferente. Tú acabó con mi psicológico de bandido.

Me sentí mareada con aquellas palabras, no sabía qué decir, por dentro yo gritaba de felicidad, pero por fuera yo estaba paralizada.

—Creo que tú sientes lo mismo que yo. Por eso te estoy dando la charla.

—¿Estoy viajando Liz? Dime si me estoy volviendo loco, o si tú también me quieres?

—Gael, yo también me enamoré en el momento en que te vi la primera vez en el puestito. Pero nunca imaginé que un hombre como tú se interesara por una pobre coitada como yo.

Él se aproximó, pasó la mano por mi cintura y habló casi como un susurro.

—Te quiero rica, te quiero como nunca quise a nadie.

—Liz yo soy bandido, ¿quieres esta vida a mi lado? ¿Quieres eso Liz?

—Quiero, quiero. Quiero vivir el amor a tu lado Gael, es todo lo que más quiero...