Adrían lo tenía todo lo que un muchacho de 19 años pudiera tener, belleza, protección y un futuro prometedor. Pero, sus hermanos lo traicionaron revelando que es gay a sus padres, sin contemplación lo expulsaron de la casa. No esperaban,sin embargo, que todo rastro de él desaparecería, como si nunca hubiera existido, sintiendo la culpa aplastarlos.
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Un cumpleaños diferente
En la granja de Florencia, en ese día no había mucho que hacer, así que Adrián se relajó leyendo una vieja revista de selecciones que mantenía guardada la anciana.
Le tomó el gusto a esa revista, pues las historias que contaba tenían gran extensión y estaban bien escritas, además el día era preciso, el cielo estaba completamente despejado y se veía el color azul intenso, aunque la temperatura se estaba elevando nuevamente.
Estaba tan concentrado que no oyó a Daniel llamándolo para que le abra el portón.
— LLAMANDO PLANETA TIERRA A CHRIS.
La anciana tocó suavemente el hombro de CHRIS para sacarlo de su ensimismamiento y señaló en dirección a Daniel. Adrián sonrió, cerró la revista y se levantó a recibir a su amigo.
Adrian fue a su encuentro y le dio un fuerte y prolongado abrazo.
Un abrazo cálido y cercano, pero a veces no podía dejar de preguntarse cómo reaccionaria si supiera Daniel que él es gay, pero decidió no complicar las cosas, así que simplemente decidió que las cosas estaban bien así.
— Oye Chris, vamos al balneario, aprovechemos que hace calor, es poco conocido y poca gente va.
Respondió el de ojos azules
— Me gusta, la idea ¿Y Ana?
— Después de tu visita y unas cuantas reprimendas de los vecinos, sus abuelos paternos se volvieron más compresivos y se la llevaron a pasar el día.
Sonrió el de ojos azules — También saben que ellos no pueden con sus travesuras por mucho tiempo.
Daniel avisó a la abuela
— Nos vamos con Chris, a bañarnos en el balneario de acá cerca, abuela.
La abuela, dijo
— Vayan con Dios mis hijos— y siguió lavando la ropa en la pileta.
Adrián cerró el portón, puso una cadena con candado para asegurar el portón.
Daniel observó el cuidado que puso Adrián y le dijo
— Supiste que Carlos i fue uno de los asaltantes.
Adrián respondió , mientras iban caminando lentamente— Si, lo supe, es increíble cómo en los pueblos pequeños se sabe todo, pero nadie hace nada.
Daniel espetó — Otra cosa Carlos i, fue asesinado en su propia casa, después de ir a robar, llegó de madrugada, el hermano escuchó un ruido. Pensó que era un ladrón y lo acuchilló.
Adrián guardó silencio por unos segundos. Al fin y al cabo fue una desgracia para esa familia, por otra parte se sintió un poco más seguro y no quiso mostrar satisfecho por el final del criminal.
Daniel interrumpió el silencio, mientras iban caminando —¿Cuándo es tu cumpleaños Chris?
Respondió el de ojos azules — Da la casualidad que será en un mes exactamente, no quiero regalos. Con un "felicidades" ya basta.
Daniel lo observó vio que jugaba con su largo pelo imaginario, notó que le gustaba tocarse el pelo mientras hablaba, dedujo que en el pasado habrá dedicado su tiempo a cuidarlo
— Oye Dani.¿Estamos por llegar? Tu concepto de cerca es bastante extraño.
El otro sonrió y respondió — Ya casi Chris.
Siguieron caminando unos minutos más y llegaron a un arroyo con aguas cristalinas que corrían a través de grandes rocas. Entre las arenas de la laguna parecía que brillaban partículas de oro.
Daniel señaló las partículas parecidas al oro y dijo a Adrián — Se llaman oropel, no es oro, según nos dijeron son minerales de origen volcánico.
Adrián respondió — No soy especialista en minerales, pero el lugar es hermoso, supongo que poca gente viene, por el mal estado del camino, hay que tener la resistencia física para llegar caminando— sonrió divertido.
A Adrián le encantó el arroyo y se lanzó al agua sin pensarlo mucho, luego siguió Daniel. El agua fresca salpicó a su alrededor mientras se dejaban llevar por la corriente suave, deslizandose sobre las piedras resbalosas con gritos de alegría. Jugaban alegres a empujarse y se zambullían una y otra vez en las cristalinas aguas.
Después de varias horas volvieron relajados y maravillados del paisaje. A lo lejos se veía un cerro de pequeña altura cubierto por un frondoso bosque, completando la magia del lugar con el canto de las aves que volaban libremente en el.cielo azul.
Volvieron relajados y mientras caminaban Daniel preguntó
—¿ Tenías novia Chris?
El de ojos azules palideció y su corazón se aceleró, sintió pánico, ser abierto con lo que él era, le trajo muchos problemas, así que decidió inventarse una mentira.
— Estudiar en la facultad fue muy difícil para mi, usé toda mi energía para pasar todas las materias, especialmente matemáticas.
Daniel dijo
— Me hubiera gustado estudiar en la Universidad, pero mi padre me dijo " Los hijos de los pobres no estudian en la facultad"
— Que pena ¿Puedo preguntarte algo?
Daniel respondió— Claro
Adrián se animó y preguntó
—¿Por qué tuviste tan joven una hija?
Respondió el moreno— No hay nada para hacer en este pueblo, es casi la norma acá. Terminas el colegio, trabajas duro. Tu familia te ayuda a hacerte una pequeña casa en un terreno fiscal y te juntas con la chica que te gusta.
El de ojos azules— Guau. En el lugar en el que vivía se esperaba que uno tenga una carrera universitaria, una maestría incluso. Luego trabajar y formar familia.
Daniel dijo — Es lo mismo, saltamos algunos pasos y llegamos a lo de la familia.
Llegaron juntos a la casa de la abuela y se despidieron después.
Chris ayudó a la abuela a encerrar las vacas en el corral y limpiar la casa, luego cayó la noche y durmió profundamente, conoció nuevos lugares y tenía un nuevo amigo.
Un mes después, Daniel recordó el cumpleaños de Chris y en una caja le trajo unos regalos.
El rubio rompió el envase de regalo. La abuela protestó “podíamos reciclar para dar a otros un regalo“
Eran productos para el cabello. Daniel notaba lo mucho que le gustaba a su amigo cuidarlos.
— Te habrá costado un montón Dani— dijo sorprendido el rubio.
La abuela también le preparó un regalo, eran la réplica de la ropa que tenía cuando fue asaltado, ella averiguó con sus amistades cómo conseguirlos.
— Están locos— Son regalos muy caros. No debieron molestarse, dijo visiblemente emocionado.
— No se que te ha pasado, espetó la abuela ... Pero has hecho mucho por nosotros y te consideramos como parte de la familia.
Los abrazo y agradeció por el gesto tan bonito que tuvieron con él. Pensaba que este año lo pasaría solo, pero no fue así
Mientras tanto en la mansión...
El hermano menor dijo a su madre cabizbajo— Ni siquiera en esta fecha, Chris decidió acercarse. Creo que nunca volverá.
— Lo peor es que tiene razón. No estuvimos para él cuando nos necesitó— Respondió ella.
Los otros miembros de la familia, guardaron silencio, fingiendo que nada pasaba. Pero todos sentían el peso de la culpa sobre sus hombros.
Héctor sentía que todos lo observaban, juzgando sus acciones, en una forma pasivo agresiva. Su hermana, trataba de huir de la culpa saliendo de compras con sus amigas o en bares y discotecas.
Don Justiniano se encontraba sentado en el jardín cerca de la fuente de agua, mirando hacia la calle. Tal vez, Chris se asome por la serpenteante calle de tierra rojiza, pero eso no pasó.
A la noche, decepcionado se fue a dormir en su habitación, sin decir una palabra.
No hubo noticias de su hijo y por lo que se ve, él mismo ha decidido desaparecer de sus vidas, ellos lo apartaron y ahora esperan que vuelva por sus propios medios...