TU NO SERÁS MI REINA

Pero en un momento reaccionó y con la poca dignidad que le quedaba, se levantó y le dijo:

__ No quiero volver a saber más nunca en mi vida de ti, ni del estúpido Rey Sapo, ni de tu maldito reino, Arthur me lastimó en mi niñez y ahora tú, no son más que los príncipes del infierno, los odio a los dos. Jamás volveré a ese maldito lugar, tomó sus libros y salió corriendo.

Tomó un taxi, fue al Pent House recogió sus cosas, se marchó y se alojó en un pequeño hotel cerca de la universidad, ahí solo se quedaría esa noche, estaba decidida a retirarse de la universidad y a mudarse a otra ciudad más lejana del reino.

Por su parte Dorian se había quedado a dormir con su novia, al día siguiente fue al Pent House a disculparse con Elizabeth, en realidad su molestia no era con ella, era con Arthur que lo presionaba todo el tiempo para que la cuidara y la atendiera a ella, fue él quien le ha prohibido hacer fiestas o llevar visitas al Pent House.

Para su sorpresa la habitación de Elizabeth estaba vacía, Dorian sintió un vacío en su estómago, ahora si Arthur cumpliría todas las amenazas que le hizo, lo dejaría sin un centavo y estaba seguro de que el Rey apoyaría a su hermano, él se había dejado cegar por la rabia y había arrojado a una doncella inocente a la calle en una ciudad totalmente desconocida para ella.

Él se levantó y llamó a los guardaespaldas con la esperanza de que supieran algo de ella, pero le informaron que ella les había dicho que fueran a descansar que los vería al día siguiente, por lo que están seguros de que ella, se fue desde anoche.

Solo se le ocurrió ir directo a la universidad a buscarla en clases, tomo una chaqueta y se fue con el chofer.

Cuando llegó se asomó en su salón y notó que ella no asistió, fue a la oficina del rector para que le informara si ella había solicitado algún dormitorio en la fraternidad y el señor buscó en la computadora, informándole a Dorian que esa estudiante se había dado de baja de la universidad a primera hora de la mañana.

Este se retiró desesperado, se subió al auto tratando de buscar por los alrededores, luego camino hacia un parque que estaba cerca, ya que por experiencia sabía que ella cuando estaba triste se refugiaba en la naturaleza, pero no encontró nada, sin perder más tiempo llamo a Arthur, sabía que con esa llamada firmaba su sentencia de exilio, pero sabía que él tenía muchos contactos y poder que podía utilizarlos para dar con ella.

Arthur al enterarse de la desaparición de Elizabeth se apresuró a viajar a la ciudad, primero intentó llamarla a su celular, pero estaba apagado.

Llegó al Penth House y lo primero que hizo fue golpear a su hermano

__ Maldito idiota; si algo le pasa a Elizabeth, te juro que me la pagarás

__ Lo siento, estoy muy arrepentido, yo también la quiero y he estado muy angustiado buscándola,

Pero en realidad, para Arthur no era un problema ubicarla su teléfono tenía un GPS que incluso funcionaba cuando estaba apagado y además había una persona siguiéndola las veinticuatro horas del día, que no era más que Danilsa, que había logrado conocerla en su último día en la Universidad y había decidido aventurarse con ella a la otra ciudad.

El solo activo el GPS y la ubicó en otra ciudad. Tomó su pequeña valija y las llaves de su auto y fue a buscarla.

Elizabeth se había ubicado en la fraternidad de la otra universidad, pero no le gustaba el ambiente, el licor y algunos tipos drogas “inofensivas” eran utilizados, así que decidió hablar con Danilsa y alquilar un pequeño apartamento, cerca de la Universidad.

Danilsa, le inventó una historia de su vida y le dijo que ella pagaría el alquiler sin problemas, que ni siquiera precisaba trabajar que ella tenía dinero suficiente para vivir las dos tranquilas y dedicarse únicamente a los estudios.

Elizabeth, también tenía algunos ahorros, pero no quería pedirle más dinero a su padre, así que aceptó si se dedicaba solamente a los estudios tenía la oportunidad de adelantar materias en verano y terminar su carrera mucho antes de la fecha prevista.

Ambas amigas llegaron a su nuevo hogar, solo llevaban consigo un par de maletas y un corazón lleno de expectativas e ilusiones.

Elizabeth después de mudarse al apartamento y ordenar todo, sintió unas enormes ganas de dar una vuelta a un hermoso parque que estaba muy cerca, su corazón estaba herido, no podía creer que perdería al amor de su vida y a su mejor amigo el mismo día.

Ante la negativa de Danilsa de acompañarla, ella fue sola, necesitaba sentir un poco de aire fresco y sabía que solo un lugar rodeado de hermosos árboles y una pequeña laguna era una buena opción. Comenzó a caminar y se sentó en una banca para alimentar a los peces y verlos saltar, era una de las atracciones del lugar.

De repente sintió que alguien la abrazo por detrás y sintió un perfume muy conocido por ella.

Cuando ella volteó no podía creer lo que sus ojos veían, el mismísimo Rey Sapo, estaba ahí ante ella.

Ella se levantó y se lanzó en sus brazos sin pensar en nada más, él la abrazada tan fuerte como si quiera fundir ambos cuerpos, él no pensó en nada más y la besó, ella en un inicio se resistió, pero después le correspondió, el beso estaba lleno de necesidad, de pasión y de amor, era el primer beso de Elizabeth y se sentía en las nubes, Arthur al sentir su inexperiencia reflejada en una sutil torpeza se llenó de orgullo, sabía que era su primer beso y estaba dichoso de que fuera el quién lo disfrutara.

Ambos se separaron por falta de aire, pero Elizabeth al verlo a los ojos reaccionó y se alejó de él

__ No, Arthur esto no puede ser, no quiero que te hagas falsas ilusiones, yo no quiero volver al Reino y tu lugar está allá con tu gente.

__ Mi lugar está, donde estés tú, te amo Elizabeth y sé que tú me amas de la misma manera, lo acabo de confirmar con ese hermoso y profundo beso.