Amara Brennan, heredera de Brentic Global, una empresa multinacional, criada para ocupar de forma cabal y capaz el cargo de presidenta cuando llegue el momento. Madre de un pequeño de apenas tres años de edad. Se encontraba siendo empujada a una situación difícil en su vida, enfrentando un divorcio por la infidelidad de quien era su esposo, haciendo frente a la disputa por la custodia de su hijo Martyn, una de las artimañas del hombre para obligarla a doblegarse ante él.
Sus problemas aumentan en el momento en que conoce a Rafael Castel, supervisor encargado del nuevo proyecto que realizaban en conjunto con Industrias Zhang un hombre quien se creía era Beta, surgió su Subgénero en el justo momento en que estuvieron frente a frente. Ahora Amara no solo debía enfrentarse a un divorcio y pelear por tener a su hijo a su lado, sino que también debe lidiar con un Alpha que no sabe controlar sus feromonas y quien es su pareja destinada.
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Capitulo 12. Impulsos
La suavidad de su piel, el sabor y su aroma, podía sentir todo de ella, sus latidos acelerados, su respiración agitada y los dulces sonidos de placer que resonaban en sus oídos, la forma en que temblaba mientras se derretía por sus caricias, ¿Quién era esa mujer de quien estaba saboreando todo su cuerpo?, impregnando su garganta con su empalagoso sabor dulce.
“Rafael, quiero más”, escucho a la mujer en su oído, con una voz cansada y agitada, su enfoco en mirar a la mujer que era la causante de todo su descontrol y allí estaba la directora Brenner, con una expresión lasciva pidiendo más de él.
Despertó de un brinco de aquel sueño, apagando la alarma, su respiración aún era agitada y sus latidos acelerados, además estaba empapado en sudor y su cuerpo se sentía caliente.
Claramente había tenido un sueño húmedo, algo que es normal que pueda suceder, pero ¿Por qué con la directora?, hasta ahora había experimentado ese tipo de sueños solo con sus parejas, ¿Cómo podía soñar con un cuerpo al cual nunca ha llegado a ver desnudo?, lo peor era que podía recordar cada fracción de aquel sueño.
Antes de levantarse de la cama respiro profundo intentando controlar sus feromonas, vio el reloj sobre su repisa, luego fue a arreglarse para salir a la oficina, aunque su cuerpo seguía sintiéndose un poco pesado debido aquel sueño, que no dejaba de rondar sus pensamientos.
Luego de un rápido desayuno se dio una ducha y vistió, al salir de su departamento noto que su día volvería a ser difícil, a pesar de que podía controlar un poco más sus feromonas al parecer no era suficiente para dejar de atraer a los Omegas que podían percibirlas.
Una prueba de ello era su vecina de en frente quien desde su despertar como Alpha no paraba de insinuarse y liberar sus feromonas frente a él, aunque luego de haber sentido las feromonas de la directora, si las comparaba podría decirse que las de su vecina eran leves, casi imperceptibles para él.
- Buenos días – le dice la mujer acercándose efusiva
- ¿Ya se va a trabajar? – le dice la mujer sonriendo
- Si, que tenga buen día – le dice Rafael de forma amable, después de todo no tenía motivos para tratarla de mala forma.
- ¡Espere! – le dice deteniéndolo tomando su brazo.
- Yo estaba pensado, ¿usted no tiene pareja aun? – le dice viéndolo de forma provocativa – porque yo en este momento no tengo un Alpha y mi celo está por llegar – le sigue diciendo.
En ese momento suena el teléfono de Rafael y este lo atiende
- Un momento – le dice a su secretaria, quien lo salvo de aquella incómoda situación - Estoy algo apresurado – le dice Rafael logrando zafarse de la mujer - espero que logre encontrar lo que está buscando – le dice antes de salir apresurado dejando a la mujer con las palabras en la boca.
- ¿Se encuentra bien señor? – le dice su secretaria preocupada por ver la actitud extraña de su jefe.
- Si, estaba en una situación – le dice caminando rápidamente - ¿Qué sucede? – le dice
- Pues lo llamo para recordarle que tiene la reunión con Bentric y debe estar allí a primera hora – le dice
- ¿La pautaron para hoy? – le dice sorprendido
- Sí señor, el día de ayer se lo notifique – le responde la mujer confundida, ya que él mismo le respondió de forma afirmativa en cuanto se lo notifico.
- Lo siento – le dice suspirando – el día de ayer tenía demasiadas cosas en la cabeza –le dice, aunque solo había una y su nombre era Amara Brennen, ahora tenía la mala suerte de tener que verla justo después de aquel sueño – iré enseguida – le dice resignado.
- Bien, les llamare para confirmar – le dice antes de colgar.
Sin tener más remedio que asistir a la reunión, tomo un taxi que lo llevara directo hacia Bentric, mientras en el camino iba visualizando la situación y tratando de mantenerse concentrado y bajo control.
- Señor, ya hemos llegado – le dice el chofer viendo que Rafael estaba distraído.
- Si, gracias – le dice pagando, respira profundo y baja del taxi.
En el enorme edificio cruzando la calle, se encontraba el motivo de su estrés, con el cual debía tratar durante toda una hora y no solo en esa ocasión.
Cruzo la calle para llegar al edificio, el dulce aroma llego hasta su garganta, embriagando sus sentidos, luego la vio llegando al edificio, en ese instante su corazón se aceleró al igual que su respiración.
Con cada paso mantener el control de sus feromonas se volvía imposible, sin poder resistirlo simplemente la tomo entre sus brazos y se impregno de aquel maravilloso aroma.
- Q… ¿Qué cree que está haciendo? – le dice la mujer en tono nervioso.
Rafael podía escuchar el corazón acelerado de la mujer y su dulce aroma cada vez con mayor intensidad.
- Por favor, solo déjeme estar así por un momento – le dice al oído
- Espere, ¿se ha vuelto loco? – le dice intentando controlarse mientras el hombre seguía aferrándose a ella.
- No lo sé – le susurra, la sensación que corría por su cuerpo era una necesidad de tenerla, saborearla y sentirla
- ¿Quién le dijo que podía hacer esto?, suélteme – le dice tratando de lidiar con las feromonas del hombre, un escalofrió subía por su espalda y su cuerpo estaba teniendo espasmos.
- Usted dijo que podía, ¿recuerda?, así que ayúdeme – le dice agitado – por favor – su garganta se sentía empalagada con el aroma de la mujer.
Aunque se resistía con todas sus fuerzas, era como estar impulsado por sus sentidos por encima de su razonamiento y buena conducta, era doloroso ir en contra, pero no podía dejarse llevar, así que solo la abrazaba con fuerza tratando de apaciguarse solo impregnándose con su aroma.
- Si, ya sé que se lo dije, pero- “fue solo un estúpido impulso, un comportamiento errático que ni yo misma se como pude hacerlo.” Pensó.
- ¿Pero? – le dice queriendo terminar de escuchar