EL RENACER DEL VÍNCULO

...Narradora...

La sacerdotisa sacando un libro en color negro, ya se veía viejo, sus hojas se veían café es, había palabras y símbolos mas extraños que el libro anterior...

Que es esto— preguntaba Brisa mirando aquel enorme libro

Aquí viene la verdad, pero si estás dispuesta a ver lo que estás hojas te mostrarán, toda tu inocencia sé ira, tienes un corazón puro, y eres muy noble, toda tu eres inocencia, eso no es malo, no me hagas esa cara Princesa, pero todo puede cambiar si decides llegar más lejos...— decía la sacerdotisa con la mirada seria y sin parpadear

Brisa después de pensarlo por unos minutos, acepto saber más sobre lo que le depara el destino...

Está bien, muéstrame más por favor — decía Brisa, sentándose sobre una alfombra con los pies cruzados, la sacerdotisa hizo lo mismo, poniendo el libro en medio de ellas, unas velas blancas a su alrededor que significan la pureza de Brisa, Pero también había 2 negras que significaban la M*er*e de la inocencia...

Ahora pon tus manos sobre estas páginas, cierra los ojos y solo guíate por mi voz, respira Hondo, relaja los músculos, relájate tu, deja la tensión a un lado— la sacerdotisa daba las indicaciones, mientras prendía un incienso con olor a lavanda

Brisa comenzaba a sentir su cuerpo todo suelto a relajarse, ya no sentía pesadez ni preocupaciones..

Ahora visualiza a tu pareja, tal vez no veas su rostro, pero visualiza su primer encuentro, deséalo, desea verlo— decía la sacerdotisa...

Brisa estaba parada sobre la capital de algún reino cercano, no sabía exactamente donde era, no reconocía el lugar, pero un olor a café amargo, entraba por sus fosas nasales, comenzó a caminar en dirección a ese aroma, que le gustaba, al principio el aroma era leve, pero a como iba caminando se hacía más intenso, llegó hasta un club nocturno, algo en ella se agrietaba, no podía imaginar a su destinado en un lugar de esos, ella se estaba guardando para El, su instinto la empujaba a entrar, pero si dolor no, escuchó una voz que la tranquilizo— tranquila recuerda que es la visión, tu puedes cambiar eso si a si lo deseas— entro al club y estaba lleno de lobos, con lobas sobre sus piernas, olía alcohol y a tabaco, olores que detestaba, el olor a café amargo volví a sus fosas Nasales, haciéndola seguirlo, subió hasta un segundo piso, se sentía menos ruido, menos gente, pero frente a ella estaba una oficina, se logró ver ella misma, entraba a la oficina, ella se seguía y de repente se escuchó decir ella misma que rechazaba a su pareja, no podía ser verdad, a si que se acercó con cautela y ahí estaba El con 2 lobas teniendo se*o, si corazón dolía, su pecho quemaba, el no rechazo el vínculo, solo miraba desde el suelo con su mano en el pecho las lágrimas de el comenzaban a caer por su rostro, ella lo miraba como si el pudiera verlo, ella sentía su corazón romperse, y sus ojos la miraban— Perdóname, jamás te llastimaría perdón— Brisa solo se dió la vuelta y salió de ahí, sintió unas manos calidad, y abrió los ojos, estaba de vuelta en la habitación con la sacerdotisa.... Sus lágrimas caían por sus mejillas, su pecho dolía, no podía imaginar pasar de nuevo por ese momento, tenía que hacer algo, Pero en eso ese pensamiento pasó por su cabeza, y si ya ha habido otras, no podía con esa idea, su corazón tenía grietas, grietas que solo el vínculo podía reparar...

Lamento lo que viste Brisa, Pero solo está en ti cambiar el destino— decía la sacerdotisa

Tenías razón mi inocencia se iba a acabar después de esto— Brisa se sentía diferente después de esa visión, sabía que podía cambiar eso, pero no quería, el tal vez ya se entregó a otras lobas, su pecho dolía, pero sus ojos cambiaron de alegres a apagarse...

Dejemos esto hasta aquí princesa — Decía la sacerdotisa

No, muéstrame más, necesito saber a qué me debo enfrentar y a quien— decía con aquella voz de autoritaria Brisa...

Volvamos al mismo procedimiento, Pero está vez nos iremos más fuertes, a si sabrás tú destino, y ya estará en tu tus decisiones, Pero recuerda tu eres el renacer del vínculo que se rompió hace años, eres la heredera de la luna, tu eres fuerte, y poderosa Brisa....— decía la sacerdotisa ya con una voz mas tranquila

Volvieron hacer lo mismo, por unos minutos más, siguieron, Brisa comenzaba a sudar por todo su cuerpo, su ira crecía, sus ganas de pelar estaba presentes, pero de repente sus lágrimas caían por todo su rostro un llanto incontrolable, La sacerdotisa termino el ritual con Brisa, sabía que era suficiente por ese momento....

Por hoy es todo, estaré presente en tu transformación y ahí hablaremos más sobre todo esto, por ahora lleva contigo este dije, tenlo siempre contigo, es como una protección para ti, tu decisión es solo tuya sobre lo que ahora sabes...— decía la sacerdotisa mientras de un morral sacaba otros dijes...

Salieron juntas y Brisa miraba a todos, con una sonrisa falsa, sus padres pudieron notar en sus ojos que había algo diferente en ella...

Estos dijes son para ustedes, Hijo del sol, hijo de la luna— le entregaba unos dijes en forma de sol y Luna a los gemelos— este es para ti y este otro es tuyo— le daba unos dijes en forma de nube y otro en forma de rayo a los Mellizos— Estos son los suyos— El hijo del equilibrio este es tuyo— le daba un dije a Robert en forma de escudo— y este es tuyo igual que tú hermano eres hija del equilibrio, pero también de la protección, ustedes serán aliados importantes en su batalla, su deber es cuidar de su reina— le decía a Rous mientras le daba un dije parecido al de su hermano

Después de eso volvieron al Reino, todo el camine Brisa iba en silencio, su mirada parecía perdida, sus pensamientos parecían en otro lado, menos en el auto, todos notaron algo el ella, pero nadie preguntaría nada, hasta que ella decidiera decir que paso ahí dentro....