La Obsesión Del Mafioso (Imperio Lombardi—II)

Salimos en el auto y no hablamos en todo el camino, la veo de reojo y está cruzada de brazos con el ceño fruncido. La muy maldita no se cambió el vestido, hoy van a morir varios por ver lo ajeno, hasta mis hombres la vieron con deseo apenas salió por las puertas.

—No hagas nada estúpido— Le susurró antes de bajar del auto.

—Como si tuviera opción— Dice sería, rodeo el auto, la ayudó a bajar y a regañadientes toma mi brazo, entramos al club y todos la ven. Alison esta en la barra y la mira de arriba abajo y me da una mirada asesina, que le devuelvo. Ella debe tener claro que yo no tengo relación con ninguna mujer, excepto para cogérmela.

—Hijo—Chilla mi madre y me abraza, le doy un beso en la frente.

—Madre, ya están todos

—Sí, solo faltabas tú —mira a Molly y luego a mí— ¿Y esta hermosa chica es...?

—Molly señora, un placer— Dice muy amable, mi madre sonríe de lado y a mí me da una mirada de "hablaremos luego carbón"

—Sé quién eres preciosa— La toma del brazo y se la lleva, Molly la ve sorprendida por unos segundos.

—Remi, ¿cómo dejas que tu madre se lleva a esa chica?— me palmea la espalda— pobre de ti.

Mi padre se burla cruzando la puerta, lo sigo y ya están todos jugando al poker, me siento y comenzamos una nueva partida mientras hablamos de negocios.

MOLLY

— Dime linda, la bestia de mi hijo te ha hecho algo— Pregunta la señora Maritza cuando estamos muy lejos de todos.

—No, cómo cree— Miento y suelta una carcajada

—Bueno, en fin, eres mucho más hermosa de lo que eras hace unos años, por cierto, te daré unos consejos para que ese hijo de perra no se atreva a joderte— Dice como si nada y yo quedó boquiabierta, además que son dos gotas de agua, la señora Maritza es hermosa, ojos grises como los de Remi, cabello rojo, labios carnosos y pintados de negro, todos esos tatuajes que lleva en sus brazos la hace ver muy ruda, además de tener un cuerpazo envidiable.

—¡¡Mamá!!— Dice la voz de una mujer que interrumpe nuestras conversación.

—Em, tesoro — Le dice la señora Maritza, la mujer es castaña de ojos azules o grises, no lo sé muy bien, lo cierto es que es hermosa como su madre.

—Molly encantada de conocerte, ¿el idiota de mi hermano te ha hecho algo¿— Preguntó, quedé muda, ¿por qué me preguntan lo mismo?

—Veo que todos me conocen muy bien—Murmuré y ambas se ven cómplices.

—Por supuesto, tú eres la obsesión de Remi—Dice la mujer, ¿Em, ese será su nombre?

— ¿Obsesión?— Pregunto y asiente con la cabeza, un frío recorre mi espalda y mi miedo se vuelve a ser presente.

—No olvides lo que te dije, debo ir hacer negocios, todos ellos son brutos— Dice la señora Maritza, la cual se va con un hombre cogida del brazo, ¿Será su esposo?

—Mami—Llega una pequeña y hermosa niña a los pies de Emily y ella la alza en sus brazos .

Después de hablar con Emily y reír mucho por sus ocurrencias, por fin salió Remi que le dio un mirada de advertencia a su hermana mayor a lo que esta le sacó el dedo del medio. Luego me presentó su padre y Dios está familia está toda creada por los dioses griegos, todos hermosos, poderosos y sé que son peligrosos, No sé en sí todo a lo que se dedican, pero se ven gente peligrosa.

—Remi, no vas a presentar esta lindura— Dijo un hombre muy guapo que me vio de arriba abajo, me sentí desnuda, más de lo que estoy con este vestido que no es de mi agrado, solo lo hice para joder a Remi y sé que con este guapo hombre esta es mi oportunidad.

—Molly— Estire mi mano, él la toma dejando un beso en ella, mi piel se eriza y sonrío tímida. Remi frunce el ceño y me aparta de un tirón de él aferrándose a mi cintura.

—Soy Vito preciosa, tu hombre está celoso—Dice burlón y Remi bufa molesto.

— Él no es mi hombre— Digo y sonríe de oreja a oreja, veo de reojo a Remi y está rojo, sus fosas nasales dilatadas y hunde sus dedos en mi cadera con fuerza.

—Si tú lo dices, ¿qué te parece si aceptas...

—¡¡Largo, Vito!! Espeta Remi furioso.

—Sólo quiero ofrecerle una copa a la chica—Dice y se va con una sonrisa.

—Te dije que no hicieras nada estúpido— Dice con los dientes apretados en mi oído y me erizo por su tono de amenaza.

—No he hecho nada malo—Logro soltarme de su agarre y me voy aprovechando que, una pelinegra se le acerca. Debe ser su amante o su novia.

Entro a una oficina y me acuesto en un sillón mis pies están rendidos, cierro los ojos y mi abuela pasa por mi cabeza, necesito irme de aquí cuanto antes. La señora Maritza me dijo que no dudará en pedirle ayuda, ¿Debería confiar en ella?

—Aquí estás—Dice entrando por la puerta agitado y con cara de ¿Pánico?.

—Estoy cansada, no estoy acostumbrada a usar tacones— Se arrodilla a mi lado y me toca los pies, pasando sus manos calientes por ellas, me muerdo el labio porque amo esa sensación que provoca con tan sólo un roce, aunque no lo demuestro. Sube su mano por toda mi pierna, la mete por debajo del vestido y la sube por medio del muslo, estoy ardiendo con su ¿Gentil? sí, gentil tacto, sigue subiendo hasta llegar a mi monte de Venus y abre los ojos al darse cuenta.

—Molly— Dice con voz ronca, viéndome con esos potentes ojos grises.

—Remi—Susurro y se abalanza sobre mí, nos besamos con deseo, siento arder en el infierno cada vez que recorre mi cuerpo con sus labios y sus manos.

—Te deseo, ya no lo soporto más— Confiesa y trago grueso, yo tampoco, los primeros días sus caricias las aborrecía, ahora sólo quiero que me toque y me bese, estoy jodida con mis pensamiento. Una parte de mí quiere salir corriendo porque está segura que esta bestia me va a lastimar, pero la parte masoquista quiere quedarse a ver de qué es capaz de hacerme sentir.

—¿Qué esperas?— Suelto, se separa un poco para verme, sus pupilas se dilatan mucho más. Se levanta de encima mío, me toma de la mano para ponerme en pie de un tirón, me sube en su hombro poniendo una mano en mi trasero para que nadie vea mi húmeda y chorreante entre pierna. Con la mirada curiosa de todos salimos del club.

¿A dónde iremos ahora?