Alicia Vannecelli es una joven atractiva y optimista, llena de ilusiones. Uno de sus sueños es convertirse en doctora en pediatría, ya que siente una profunda afinidad por los niños. En secreto, está enamorada de David Müller, un sublíder de la mafia alemana. Sin embargo, considera que su amor es imposible debido a la diferencia de edades y al hecho de que él la ve como una niña. A pesar de esto, Alicia hace todo lo posible por conquistarlo, intentando cautivarlo con su encanto. Lo que ella no anticipaba es que el amor de David es tan intenso que se torna tóxico, transformando su vida a su lado en todo lo contrario a lo que ella había imaginado.
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Capítulo 16 Un príncipe en apuró 2/2
David Müller
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Al concluir mi conversación con el gobernador, él se despide y yo dirijo mi mirada hacia donde se encuentran mi madre y mi tía, pero no logro ver a Alicia. ¿Habrá ido al baño? Mi niña está muy dolida conmigo; soy consciente de que la hice sufrir. Es mi deber ganarme su perdón y reconquistarla. Para ello, necesito hablar con ella, así que camino hacia ellas y al llegar digo
-Madre, ¿y Alicia? ¿Está en el baño?
-No, ella se fue -responde mi tía.
-¿Se fue sola? -pregunto.
-Lucas se ofreció a llevarla -contesta mi madre.
-Qué amable es Lucas. Madre, tía, debo retirarme -les digo.
-¿Tan pronto, hijo? Es tu cumpleaños y los invitados… -me dice mi madre.
-Madre, mañana tengo algunas obligaciones y estoy cansado -respondo, mientras me acerco a mi madre para darle un beso en la mano y me despido de mi tía.
Al salir de la mansión, mis guardaespaldas se acercan y camino hacia el auto, indicándole al chofer que me lleve a la mansión de mi tía. Le pido al conductor que maneje más rápido y así lo hace. Marco el teléfono de Rogelio, mi hombre de confianza que se encuentra en el auto de adelante.
-Rogelio, ¿reconoces el auto donde está Lucas? Adelántate y ciérrale el paso -ordeno.
-Enseguida, jefe -me responde.
Parece que Lucas no tiene claro que no debería acercarse a Alicia; tendré que ser más directo para que lo entienda. Después de unos minutos, el auto se detiene y, al poco tiempo, tocan la puerta de mi auto. Bajo la ventanilla.
-Jefe, se cumplió lo que usted ordenó. El joven Lucas está molesto; sus guardaespaldas nos apuntaron -informa Rogelio.
-Dile que venga -respondo sin darle mayor importancia.
Subo el vidrio del auto hasta que escucho la puerta abrirse, seguida de gritos de molestia.
-¿Por qué mandas a tus hombres a detenerme? ¿Qué te pasa, David? -me dice Lucas.
Giro mi rostro hacia él; no necesito decir nada para que guarde silencio. Se lo permite porque es mi primo, o de lo contrario, ya le habría partido el cuello.
-Parece que no fui claro contigo -le expreso.
-¿A qué te refieres? -me responde en voz baja.
-Te dije que dejaras tranquila a Alicia, o tendrías problemas -le advierto.
-¿Todo esto es por Alicia? Solo la llevé a casa. Ella es lo suficientemente grande para decidir; solo nos estamos conociendo -contesta.
-¿Acaso Alicia también quiere seguir conociéndote? ¿Te gusta? -le pregunto.
-Es una chica muy hermosa, su linda sonrisa me llama mucho la atención. Aunque sea menor de edad, podría esperarla. Ahora, ¿cuál es el problema contigo? -me responde.
-¿Cuál es mi problema? Te lo diré: cuando algo es de mi propiedad, no me gusta que se acerquen. Te lo dejaré más claro, Lucas, para que puedas entender: Alicia está conmigo, así que no quiero que vuelvas a hablar con ella, porque la próxima vez no seré tan amigable.
Él me mira con sorpresa, tratando de asimilar lo que le digo.
-Entiendo y lo siento; no lo sabía. Prometo no hablar con ella -me asegura.
-Bien, eso espero. Somos familia, Lucas; sería muy triste que perdiéramos ese lazo familiar por Alicia, a quien acabas de conocer -le digo en un tono amenazante.
Él asiente, nervioso, y dice
-Tienes toda la razón; primero siempre será la familia, David. Si era todo, me retiro.
Le hago señas para que se vaya y él lo hace. Pasados unos minutos, el auto enciende su motor y continuamos el camino hacia la mansión. Al llegar, me bajo y camino hacia el interior, marcando a Alicia. Ella responde y le informo que estoy en la sala; necesitamos hablar.
-Señor David, ¿acaso no ve la hora? Es muy tarde para hablar -me contesta.
-Alicia, por favor, hablemos; no te quitaré mucho tiempo -le pido.
-Hasta mañana, señor David -me dice.
-Está bien, si no bajas, entonces me quedaré aquí hasta que decidas hacerlo -le digo.
-Debes irte; mi tía podría venir en cualquier momento -me responde.
-No me importa, Alicia; quiero hablar contigo y no me iré sin hacerlo -le informo.
Ella cuelga la llamada, guardo mi teléfono y me dirijo hacia el sofá. Me siento y, tras unos minutos, escucho pasos. Miro hacia donde provienen y veo a Alicia bajando las escaleras. Me parece tierna, con su pijama que resalta su dulzura, y me levanto. Ella se coloca frente a mí con un rostro serio y un tono molesto.
-Dime lo que tengas que decir y retírate, por favor.
A pesar de su seriedad y enojo, verla con esa pijama me resulta tan adorable que no puedo resistirlo. Me acerco y la abrazo suavemente, sintiendo la suavidad de su pijama.
-Perdóname por haberte hecho sufrir y llorar por mi culpa; te prometo que jamás volverá a pasar. No pienso lastimarte. Alicia, me gustas mucho, me encantas; te pido una sola oportunidad para estar juntos -le digo mientras la aprieto con ternura.
Me alejo un poco para ver su rostro; ella me observa y, luego, sonríe.
-¡Júrame que nunca me volverás a romper el corazón! Que no me harás sufrir, David -me dice.
-Te lo juro, mi gatita -le respondo.
Tomo su rostro delicadamente, le doy un pequeño beso en los labios con suavidad y tomo su mano, entrelazándola con la mía.
-¿Te gustaría ser mi novia? -le pregunto.
- Sí -me responde.
Le doy otro beso y me alejo un poco, observando cómo sonríe, notando el rubor en sus mejillas. ¿Puede ser más tierna?
- Alicia, ¿cuándo regresas a Italia? -le pregunto.
-Mañana por la tarde -me responde.
-¿Qué te parece si mañana por la mañana te recojo para que salgamos un rato y podamos hablar con calma? -le sugiero.
-Sí, pero ¿qué le diré a mi tía? -me pregunta.
-No te preocupes, déjamelo a mí -le aseguro.
-Está bien -me dice.
-Entonces nos veremos mañana, mi adorada gatita -le doy otro beso en los labios y me retiro.
y todavía la kiere controlar en todo lo que ella hace y me imagino ke habrá salidas de ella con sus amigas y amigos y el no va a aguantar sus celos ..