Contrato Embarazoso (Los Morozova I)

Camila se sorprendió al ver tal escena, Nicolai tenía una mirada asesina hacía su hermana, no entendía por qué la reacción de él, Celia lo quería mucho por su forma de hablar, nunca se pensaría que tenían un conflicto los hermanos.

-déjame Nicolai, no puedes tratarme de esta forma - le dijo Celia casi llorando, pero Nicolai no le soltaba el brazo.

-sabes que no puedes venir para acá, Alexandre no te dijo que te quedaras tranquila- Nicolai bajó su voz para no tener miradas entrometidas, pero con cada palabra parecía que escupía fuego.

-dejen de ser unos desgraciados conmigo, ustedes pueden salir y divertirse, mientras que yo solo estudio y me quedo encerrada en casa- Celia hablaba, pero mantenía los ojos cerrados, por más que sus palabras se escucharan con fuerza le tenía miedo o quizás respeto a su hermano mayor

-necesito que te vayas ya Celia o yo mismo te sacaré de aquí, así forme un alborotó- parecía que con las palabras de Celia, Nicolai recapacitó un poco de sus acciones más aún no soltaba a la pobre muchacha.

-Nicolai por favor suelta a Celia ella no estaba haciendo nada malo- dijo Camila tocando el brazo de Nicolai

-¿así que estuviste hablando con Camila? - le pregunto Nicolai en un susurro y amenazándola cada vez más con sus frías palabras.

-sí, estuve conversando con ella porque tú desapareciste

-desaparecí porque escuché que estabas aquí y te estuve buscando

-el salón no es tan grande como para que hubieras tardado más de una hora en buscarme

Celia lo miró a los ojos con valentía, Camila pensó que ella tenía razón, él se había tardado demasiado para solo estar buscándola. Lo miró más detalladamente y vio un poco de labial abajo de su oreja. Era mentira que la estaba buscando, de hecho se había ido a revolcar con alguna de las mujeres que se había ofrecido de forma descarada. Camila comenzó a sentir más rabia por haberla traído a esa fiesta solo para ridiculizar la delante de todas esas personas y no solo a ella, sino a su hermana, se había prometido así misma no sentir ningún tipo de sentimiento de Nicolai, pero ese sentimiento de rabia no había como dejarlo pasar

-solo hablé con algunas personas, además no tengo por qué darte explicaciones de lo que estoy haciendo, no te lo voy a repetir más, vete de aquí- Nicolai la soltó y señaló la puerta

-no puedes tratar a tu hermana de esa forma Nicolai, ella solo estuvo hablando conmigo - le dijo Camila con toda la rabia en su voz, ahora tenía muchas ganas de pelear con Nicolai

él la miro y no dijo nada, se las quedó mirando pensando en que hacer, Nicolai sabía que Celia no se iba a ir, así que tomó del brazo a Camila y agarró a su hermana con la otra mano, las dos comenzaron a pelear viendo las intenciones de Nicolai, las estaba llevando a la fuerza como un par de niñas, pero él no escuchaba sus objeciones, al llegar afuera pidió un taxi y mando a Celia en un taxi a otra dirección y pidió su carro para ir devuelta al departamento. Camila se quedó callada sabía que no tenía sentido hablar con él ahora, no la estaba escuchando, llegaron al edificio y lo único que él hacía era mandar mensaje de texto en su celular, al llegar departamento él la tomó del brazo y la arrastro hacia la habitación.

-suéltame Nicolai, no tienes derecho a tratarme de esta forma- Camila comenzó a pelear de nuevo

-tú no te vuelvas a meter en una discusión de mi familia- le dijo señalándola con un dedo

-fuiste tú el que me llevó a esa fiesta y tu hermana solo estaba hablando conmigo

-tu cumple tu parte del contrato y no te entrometas en mis problemas - Camila no entendía por qué él estaba tan molesto, era ridícula la forma como la trataba- tengo todo el derecho de tratarte como yo quiera

-soy una persona puedo opinar, no me pienso colocar a tus pies Nicolai- le grito Camila desafiándolo, no le tenía miedo en ese momento por lo idiota que se estaba comportando

-ya estás a mis pies Camila... no te metas en mis problemas- la tomó del rostro y le dio un beso con dureza y desesperación haciéndola saber que él tenía todo el poder- solo déjate coger y todo esto se terminará

La empujó y ella cayó encima de la cama, Camila pensó que la forzaría, pero dicho esto dio la vuelta y salió tirando la puerta de la habitación, no pudo contener y comenzó a llorar de frustración y humillación, se levantó y se comenzó a quitar el vestido con fuerza, sentía que tenía que descargar toda su furia y ansiedad, pero no sabía como, se quedó desnuda y se vio al espejo, las lágrimas habían borrado parte del maquillaje, pero su cabello aún estaba intacto, sintió furia de ver lo que él estaba haciendo con ella, sé quitos la horquilla que dejaron su peinado intacto y la lanzó contra el espejo odiando lo que veía, una mujer que se estaba humillando ante un hombre, había terminado siendo lo que más odiaba, se odiaba así misma.

Maldijo a su ex, maldijo a su familia por no apoyar y darle solo la espalda. Se sentó en la cama aun llorando sintiéndose vencida, pero su mente no paró de pensar, de alguna forma no dejaría que él ganase, alzó la mirada y vio la imponente ciudad de Nueva York, se había mudado para acá buscando algo mejor que ser una ama de casa, había luchado sola y con solo un poco de dinero, ahora tenía el dinero, pero estaba perdiendo su esperanza.

No, pensó Camila, ella era una mujer que tomaba sus decisiones, no estaba ante los pies de nadie, comenzó a pensar rápidamente, se calmó un poco, necesitaba la mente fría para pensar, comenzó a sentir frío, se dirigió hacia la puerta donde Nicolai había entrado y salido, era una gran armario, busco y encontró una sudadera eso serviría por ahora como pijama, no pensaba pasar frío, tomo su celular y se dio cuenta lo tarde que era, ya había pasado la media noche.

Se acostó en la gran cama, pero su mente no se quedaba quieta, derrumbaría los planes de Nicolai, ni podía tomar ningún anticonceptivo, quebraría el contrato y no quería deberle ni un centavo a ese hombre, tendría que encontrar otra forma no podía quedar embarazada, solo necesitaba que esos tres meses pasaran, el contrato había sido firmado un siete de octubre, estaban exactamente contados noventa días, el contrato finalizaba el once de enero, hasta ese día Nicolai tenía derecho a tocarla, se tenía que confirmar la menstruación de enero o una prueba de embarazo y todo acabaría.

Volvió a mirar su celular y recordó que una amiga le había escrito hace dos días, Jessica, el esposo de ella era médico, la podría ayudar con alguna idea.

Tecleó en el buscador de internet "anticonceptivos naturales" la mayoría solo hablaba del coito interrumpido, o de los días fértiles, quizá podía alejarse de Nicolai por esos días, descartó la idea, también quebraría el contrato si se negaba a tener sexo con Nicolai, maldición el hombre había investigado, sabía que si no tenían sexo constante podía pasar el día fértil.

Pero no se dio por vencida continuó leyendo, anticonceptivos a base de plantas, miro el título con esperanza, tenía que intentarlo sabía que era una estupidez. Se sintió tonta de solo pensar en ello, la desesperación no la estaba dejando penar con claridad, dejo el celular a un lado, le escribiría a Jessica cuando amaneciera, por ahora intentaría dormir, aunque quizás en medio de la noche ese monstruo sexual pudiese aparecer entre sus sabanas.