Dorothea y Kendall se toman de las manos.
Dorothea y Kendall se dan besos en la boca.
Dorothea y Kendall se dicen te amo.
Dorothea y Kendall duermen juntos.
Pero, ¿son novios o mejores amigos?
¿Qué pasará cuando los sentimientos de ambos empiecen a hacerse presentes y difíciles de ignorar?
¿Pasarán a la siguiente etapa de su relación o se distanciaran?
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Capítulo 10.
Los sábados son perfectos. Es el único día de la semana en donde no puedes aburrirte. Siempre hay algo que hacer, ya sea salir con amigos, ver una película o serie, pasar el rato con tu familia o simplemente sumergirte en tus asuntos, pero nunca te aburres. En cambio los domingos son días hogareños e incluso llegan a ser tristes. Después de la hora de la comida te sientes aburrido o como si el día avanzara muy rápido. Supongo que por eso las personas lo odian.
—¿Por qué si tu cama es más cómoda nos la pasamos en mi cuarto?— Mire el techo de la habitación de Kendall.— De ahora en adelante irás por mí a mi casa y vendremos aquí.—Me senté mirando como volteaba en mi dirección.
Después de que Kendall fue a dormir a mi casa tuvimos que venir a la de él ya que ambos tenemos tarea por hacer. Él detalle aquí es que él es el único haciendo sus deberes.
—Como tu órdenes cariño.— Me miró con un brillo en sus ojos.
Me puse de pie y caminé hacia él sentándome en sus piernas. Más le vale a la silla del escritorio soportar nuestro peso.
—¡Ay eres tan hermoso!— Hice voz chillona agarrando sus mejillas y dejando un pequeño beso en sus labios.— ¿Cómo es que toda tu vida has sido tan hermoso?— Lo mire a los ojos con una sonrisa en mi rostro.— Estoy segura de que en la cárcel para chicos guapos hay una celda con tu nombre.
—Supongo que son los genes de la familia.— Respondió a mi pregunta.— Soy un prófugo de la policía.— Bromeo y estaba segura de que sus mejillas estaban ligeramente rojas.
Me quedé observando su rostro intentando encontrar algún defecto, pero por más tiempo que pasaba observándolo más perfecto se me hacía. Ni siquiera el pequeño brote de acné que tiene en la barbilla arruina su hermoso rostro. Siempre a sido perfecto ante mis ojos y lo comprobé una vez más en este preciso momento.
—Deberíamos de tener sexo.— Comente de la nada sintiéndome tímida ante su mirada.— Hace mucho no lo hacemos.
—Se me olvidó que andas hormonal.— Dejo un beso en mi frente.
Lo mire a los ojos y sin responder lo besé recargando mis manos en su pecho. Moví mis labios al mismo ritmo que él. Solo bastaron unos segundos para sentir su lengua dentro de mi boca y sus manos acariciar mi trasero.
Le quité su camisa aventándola a cualquier parte del cuarto y él no desperdició el tiempo en quitarme la mía. Suspire al sentir sus besos en mi cuello. Desde la vez de nuestro viaje a la playa no teníamos sexo y me sentía más hormonal de lo normal. Sus brazos me rodearon y me levanto llevándome a la cama y recostándome en ella.
Quitó mi short y sus pantalones quedando ambos en ropa interior. Se subió arriba de mi metiéndose entre mis piernas y se frotó contra mi. Sus manos recorrieron mi cintura y mi cadera y gemí al sentir su rostro en mis pechos. Con una de mis manos acaricie su cabello y con la otro su espalda.
Sintiendo su erección en mi zona íntima. Desabrocho mi brasier y lo aventó lejos de la cama. Repartió besos en mis pechos y estoy segura de que va a aprovechar para dejar marcas.
—Te quiero dentro de mi...— Suspire con mis ojos cerrados.
Alejo su rostro de mis pechos y me beso por última vez antes de alejarse en busca de un condón y la botella de lubricante en uno de los dos cajones del mueble aún lado de su cama.
—Mierda.— Voltee a verlo observando como revolvía las cosas en el cajón.— No hay condones.— Volvió a la cama acomodándose entre mis piernas dejando la botella de lubricante aún lado de mi.— Olvide comprar más.— Dejo un beso en mis labios.
—Podemos hacerlo sin protección.— Coloque una de mis manos detrás de su cabeza acariciando su cabello.— Confío en ti.— Deje un pequeño beso en sus labios.
Confió en Kendall más de lo que puedo imaginar. Llevo casi toda mi vida conociéndolo y por experiencia sé que a él le confiaría cualquier cosa. Ambos nos habíamos hecho pruebas para saber si no contábamos con alguna enfermedad de transmisión sexual o con algo que llegara a involucrar al otro cuando decidimos empezar nuestra vida sexual juntos. Confío demasiado en él para decir con seguridad que no se ha acostado con otra persona más que conmigo.
—¿Quieres que te recuerde nuestro plan de vida?— Dejo un beso en mi labios y por mi parte no respondí.— Trabajo, carro, casa, boda, viajes e hijos.— Fue repartiendo besos en mi rostro acompañados de cada palabra.
—Sigue diciendo cosas responsables y dejaré de estar necesitada.— Lo besé y pude sentir una sonrisa en sus labios.
Estoy segura de que se le bajó su erección al notar que no hay condones y lo confirme cuando sin vergüenza alguna toque su entrepierna. En el fondo estoy agradecida de que Kendall sea el responsable, ya que ninguno de los dos estamos preparados para un posible embarazo por irresponsabilidad.
—Te haré sentir bien.— Dejo un beso en mis labios y los fue repartiendo hasta acomodar su cabeza enfrente de mi zona íntima.
—¿Qué piensas hacer?— Pregunte al ver como retiraba mi ropa interior.
No respondió, en cambio abrió más mis piernas. Sentí sus labios dejar un beso cerca de mi clítoris y gemí al sentirlo besar mis labios mayores como si fueran mi boca.
—Se siente tan bien...— Volví a gemir acariciando su cabello y cerrando los ojos.
Siguió besando mi zona íntima y cuando creí que no podía ser más placentero metió su lengua. Suspire de placer al sentir como movía su lengua dentro de mi como si se tratara de su miembro. Agarre fuertemente su cabello al sentir como aumentaba el ritmo.
Nunca en toda nuestra vida, desde que empezamos a tener sexo Kendall había hecho algo como esto. Se sentía tan bien. Es una sensación diferente y no podía compararse con su miembro, pero es igual de placentero.
—Mierda Kendall...— Cerré un poco mis piernas.— Creí que no podías ser más perfecto.
Moví mis caderas inconscientemente sintiendo como aumentaba el ritmo de su lengua acompañada con dos de sus dedos. Esto se siente tan bien. Sentí mi cuerpo un poco tenso acercándome al orgasmo, solo bastaron unos segundos para que arqueara mi espalda soltando un último gemido sintiendo mi corazón latir rápidamente.
Kendall se colocó arriba de mi. Lo agarre del cabello y estrelle mis labios contra los suyos. Nos besamos por bastante tiempo hasta sentir nuestros labios hinchados, incluso metió su lengua dentro de mi boca.
—Te amo.
—Te amo.
Nos reímos mirándonos a los ojos.
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Observe toda la colección de discos que se encontraba en el mueble debajo de la televisión en el cuarto de Kendall. Revise uno por uno confirmando una vez más que todos los discos de Eminem se encuentran autografiados. Cada uno fue un regalo de sus padres en cada navidad hasta tenerlos todos. Me sorprende que se conformaran con la firma del artista en un disco, cuando sé que si se lo proponen podían traerlo para alguno de sus cumpleaños.
—¿Cuándo veré a Eminem en uno de tus cumpleaños?— Mire de lejos como Kendall pintaba un hermoso paisaje con acuarelas.
Montañas junto a un arroyo. Alcancé a observar colores como el azul, blanco, rosa, morado, verde, etc. Cada uno en diferentes intensidades. Su pasión y la dedicación que tiene con el arte es admirable. Fácilmente puede hacer una exposición de sus pinturas en algún museo famoso.
—Supongo que el siguiente año.
Agarre el control de la televisión y me senté a orillas de la cama. Presione un botón y la pantalla se iluminó dejándome ver la portada de la canción de Cinderella de Mac Miller. Me quede viendo la pantalla por unos segundos escuchando la canción y a pesar de que su significado es otro, recordar el significado que le dio Kendall junto a la letra hacen que me sonroje.
La melodía y la letra no hacen la canción romántica, ya que hace insinuaciones sexuales, sin embargo, para mí es especial.
Kendall susurro siguiendo el ritmo de la canción.
Sonreí escuchándolo. Sentí emoción en mi pecho queriendo más de él ya que me hace sentir feliz. Capte cada uno de los ruidos y emociones que estoy sintiendo queriendo guardar este momento en mi mente y sin querer que se acabara. Sentí como si todo pasara lento pero al mismo tiempo una preocupación me inundó siendo consiente de que los sentimientos no duran mucho.
Escuche a Kendall seguir el ritmo del resto de la canción. Lo mire mover su cabeza sin dejar de prestarle atención a su arte. Como su mano danzaba junto al lienzo mezclando los colores. Ahí fue donde comprendí que este momento se siente mágico y por más que tratara de explicarlo me sería imposible.
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