Renací Para Salvarte

Cuando Kayla despertó, por el sonido de la puerta, estaba con un camisón y un pijama mal puesto... por lo que, se arreglo la ropa y permitió que entraran.

- señorita, el doctor llegó quiere revisar su pie.

Kayla: eh.. por favor, digale que pase.

Un hombre y una mujer mayor entraron a la habitación, acompañados del Conde.

- señorita soy el doctor Fausti y ella es mi esposa.

Kayla: buenas noches

El doctor se acercó a ver el pie y la mujer anotaba lo que él le decía.

Doctor: señorita, ¿cómo se lesionó?

Kayla: al bajar del caballo

- tiene otras marcas en la piel...

El Conde quien parecía estar ajeno a la conversación, miró de inmediato a Kayla.

Kayla: sí, me caí

Doctor: mmmm fue un fuerte golpe, tiene marcas en cuello y brazos...

Kayla: eh... si...

Doctor: le dejaré un tratamiento para el pie y uno para el dolor de su cuerpo.

Kayla: muchas gracias doctor.

El doctor le iba a entregar el papel a Kayla, pero el conde lo recibió.

Conde: ella trabaja en la montaña, ¿puede seguir cabalgando?

Doctor: es preferible que guarde reposo por esta semana

Conde: bien. muchas gracias

Cuando el doctor se fue, Kayla se quedó ensimismada en sus pensamientos.

[nuevamente, caí ante la tentación de ese vikingo... debería aprovechar estos días de ir al ducado Scott a ver a Hanna, pero la verdad es que me da mucha vergüenza contarle todo... que le voy a decir, que paso justo, todo lo que ella me dijo... que idealice a un hombre quien solo se me acerca cuando quiere... Y que yo como una tonta, me dejo... lo mejor será no salir de la habitación... pero, debo cuidarme de no quedar embarazada, y solo en ella puedo confiar, además supe que ayer nació su bebé]

Al día siguiente, Kayla habló con el señor Ansel y le pidió el carruaje.

Señor Ansel: por supuesto señorita.

Kayla: gracias, primero iré al pueblo a comprarle algún regalo al bebé y después iré al ducado Scott

Kayla le compro un hermoso regalo para el bebé y uno para la duquesa. Cuando llego a la mansion, en el salon Hanna tenía a su bebé en sus brazos, mientras era contemplada con devoción por el duque.

Kayla: felicidades duquesa... su bebé es precioso

Hanna: muchas gracias

Duque: querida llevare a Pedrito a la habitación para que descanses un momento

Hanna: gracias querido.

Cuando el duque se alejó con el pequeño bebé, Hanna se quedó mirando a Kayla, quien sonreía nerviosa.

Hanna: ¿Cómo estás del pie?

Kayla: mejor... El doctor me vio...

Hanna: Kayla sabes que te considero mi amiga, ¿esta todo bien?

Kayla no pudo evitar llorar y le contó todo lo que había pasado en los últimos meses...

Hanna a diferencia de la mayoría de las veces, se mantuvo seria y atenta a todo, sin interrumpirla, mientras ella hablaba.

Kayla: ... por eso quería pedirle si me ayudaba a conseguir de ese té...

Hanna respiro profundo y la miro atentamente...

Hanna: claro hoy mismo, te daré, pero... ¿Tu estas bien con todo esto?

Kayla: yo eh...

Hanna: aceptaste sin decir ni una palabra, ser la compañera sexual del Conde... Y esta bien, si eso es lo que quieres, solo me preocupa que sufras...

Kayla: yo... no lo sé... usted sabe que yo tenia sentimientos por él

Hanna: y por lo visto él también ya lo sabe... lo importante es, como tú te sientas con eso... sabes que para nuestra época, es normal, que hayan amigos con beneficios o que hasta existen aplicaciones y cosas para conocer personas y solo tener sex0... pero, ahora es diferente... tú tienes sentimientos por él...

Kayla: lo sé... de verdad... y creo estar segura de no volver a verlo, pero después....

Hanna: si no quieres volver a verlo, puedes vivir aquí... o te puedo comprar un lugar cerca de tu trabajo... pero, ambas sabemos que ese no será impedimento para que lo recibas

Kayla: es que... yo...

Hanna: no tienes que justificarte conmigo, así como a ti te importa que él sea feliz, a mi me importa que mi amiga también sea feliz...

Kayla: gracias amiga...

Hanna: por eso, si quieres mantener esta sumisión s3xsual con tu vikingo, esta bien, aunque yo no esté de acuerdo, te apoyaré...

Kayla: muchas gracias

Hanna: pero, por favor... si algún día necesitas algo... A la hora que sea... ven al ducado, aquí siempre tendrás tu habitación.

Kayla y Hanna continuaron conversando del parto y del bebe...

Kayla volvió en la noche a la mansión Adams y esa noche en mucho tiempo, pudo dormir más tranquila, la conversación honesta y sincera con su amiga Hanna le había servido para aclarar su mente y corazón.