Dewi Maha Putri es el nombre de una mujer experta en artes marciales, fuerte, tenaz y fría.
Tiene un ejército de seguidores y es conocida en todo el mundo. ¿Quién no ha oído hablar de ella?
Participa frecuentemente en competencias internacionales de alto nivel, ¡y en cada país anfitrión, la llaman "maestra"!
Desde pandillas callejeras hasta grandes mafias, todos la apodan la Diosa Asesina por su crueldad.
Incluso expulsó a un grupo terrorista entero de un país
y aniquiló a un jefe mafioso ella sola.
Lamentablemente, fue traicionada y cayó en una trampa mortal tendida por un enemigo desconocido.
Una bomba oculta en su auto terminó con su vida de forma trágica.
Pero el destino le dio una segunda oportunidad…
¡y despertó en el cuerpo de otra chica!
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Capítulo 11
"¿No me digan que todos me han traicionado?" pensó Dewi, mirando fijamente al frente.
"Señorita, coma, se enfriará", dijo Bibi.
"Eh, sí", respondió Dewi, volviendo a la realidad y retomando su comida.
Anita, vestida pulcramente, parecía que iba a salir, pero llevaba una máscara.
"¡Oye tú! ¿Por qué estás en la cocina?", preguntó Anita sorprendida al ver a Dewi sentada tranquilamente en la mesa.
"¿Qué pasa? Tengo piernas para ir a donde quiera, pero parece que quieres salir, ¿verdad? ¿Por qué llevas una máscara? ¿Tienes miedo de que tus amigos vean tu cara regordeta, o tienes miedo de que te vea la persona que te gusta?", preguntó Dewi, riendo entre dientes.
"¡Maldita sea! ¡Todo esto es por tu culpa! ¡Tú me has hecho así!", gritó Anita enojada, con la cara roja.
"Hm... ¿en serio? ¿No fuiste tú quien la abofeteó?", preguntó Dewi sonriendo, apoyando la barbilla en su mano izquierda.
"¡Eres realmente molesta!", gritó Anita, que se vio obligada a apartar la mirada, muerta de miedo al ver a Dewi.
"¡Oye, espera! ¿No viniste a la cocina a comer? ¿Por qué te vas?", llamó Dewi, sonriendo.
"¡No hace falta! Con solo verte la cara ya estoy llena", respondió Anita molesta y salió corriendo de su casa.
"Je, je, je, entonces mírame la cara a menudo, tal vez no necesites comer arroz nunca más", dijo Dewi riendo.
Bibi también sonrió, esto era algo nuevo para Bibi, porque normalmente Dewi era una niña obediente y siempre seguía las órdenes de Anita, incluso se convertía en la criada de Anita cuando Surya no estaba en casa. Lena y Anita siempre le gritaban a Dewi, solo que Bibi no se atrevía a contárselo a Surya porque Lena la presionaba. Se veía obligada a callarse y a amarla desde lejos.
"Señorita, Bibi no esperaba que se volviera tan valiente, gracias a Dios que es así. Perdone a Bibi por no poder ayudarla durante todo este tiempo", dijo Bibi sonriendo feliz.
"Bibi, no se preocupe, no me dejaré oprimir fácilmente", dijo Dewi, terminando su comida.
"Por cierto, la comida que cocina Bibi es muy rica, voy a mi habitación, ¿sí?", dijo Dewi.
"Sí, señorita", asintió Bibi, tomando el plato sucio y colocándolo en el fregadero.
Dewi entró en la habitación y se duchó de inmediato, porque pronto llegaría la noche, iría al lugar de Zeiro para prepararse para partir hacia esa competencia internacional.
Dewi mojó todo su cuerpo con agua tibia. Reató lo que Bibi había dicho sobre el sueño y el traidor.
"¿Qué significa eso? ¿Es solo una fantasía? ¡Sí, es solo una fantasía, no debo pensar tonterías! ¡No debo! Porque ellos son mi familia", dijo Dewi, sacudiendo la cabeza con fuerza hasta que su cabeza golpeó la pared y, en cambio, la pared se agrietó un poco.
"¿Eh? ¿La golpeé demasiado fuerte?", preguntó Dewi, agarrándose la cabeza.
Se duchó rápidamente, sintiéndose impaciente por ir a su país de origen y querer conocerlos aunque solo fuera desde la distancia, porque ella ya no era ella, su rostro ya no era su rostro y la dueña de este cuerpo ya no era su cuerpo.
Dewi abrió el armario y buscó ropa que le quedara bien en ese momento.
"Afortunadamente, hay ropa deportiva, al menos esto combina con los pantalones", dijo Dewi, tomando la ropa y poniéndosela.
