Dos hermanos contra lo que acecha a su familia. Annabeth y Joseph descubren que su familia tiene una relación con un ser que había vivido décadas atrás. Todo comienza a despertar en un pequeño pueblo donde los hermanos llegan, lo que parecía ser una semana de vacaciones con la familia se convierte en una búsqueda del más allá.
¿Maldición o bendición? ¿Premio o castigo?
¿Qué es lo hay detrás de todo?, ¿Vida o muerte?
NovelToon tiene autorización de Feng Liang para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 22:
La mañana llegó en un abrir y cerrar de ojos, ambos hermanos sin haber podido dormir.
Annabeth se levanta y después de asearse baja al comedor. Joseph hace lo mismo y cuando llega al comedor ve a su hermana desayunando ya con sus padres.
— Buenos días. —
Saluda el pelinegro y los mayores le devuelven el saludo, excepto la chica quien en ningún momento levantó la cabeza para mirarlo. La madre de ellos se da cuenta del ambiente lleno de tensión.
— ¿Todo bien verdad, chicos? —
Se atreve a preguntar y los dos mencionados asienten sin mirarse.
— Después del desayuno iremos a visitar al señor Drew para dar nuestras condolencias. —
Annabeth vuelve a asentir, Joseph piensa negarse, pero recuerda lo de la noche anterior por lo que decide guardar silencio.
Y como dijo el señor Slander, una vez terminado el desayuno la familia se alistó. Joseph y Annabeth subieron al auto en la parte de atrás siendo los padres de ambos los de adelante, el mayor encendió el auto y se pusieron en marcha a la casa de la familia Drew.
Durante el trayecto los chicos estuvieron en silencio algo que seguía desconcertando a los padres ya que ellos siempre se la pasaban charlando en cualquier momento.
— ¿Se puede saber qué les sucede a ustedes dos?
Pregunta la madre girando la cabeza para mirarlos con seriedad, Annabeth mantiene la mirada por la ventana y Joseph la mira de manera disimulada, acción que no pasa desapercibida para la mujer quien ya se dio una idea de lo que sucede con sus pequeños.
— Annabeth...—
La pelinegra la mira y antes de hablar es Joseph quien interrumpe.
— Madre, no es nada del otro mundo. —
— Se pelearon, disculpense. —
— Me niego, no soy culpable de nada. —
Expresa Annabeth cruzada de brazos volviendo a mirar por la ventana.
— Annabeth, te estoy hablando de manera amable. —
Esta vez la voz autoritaria de la madre se escucha, ambos chicos saben que eso significaba que no había opción.
— Me disculpo hermana. —
La pelinegra mira al chico rehusándose a aceptar sus disculpas.
— Tomense de las manos hasta que lleguemos a la casa del señor Drew. —
— Pero mamá. —
Annabeth intenta replicar, pero la mirada de la mujer da a entender que no puede negarse. A regañadientes la pelinegra agarra la mano de su hermano y se mantiene en silencio volviendo a mirar por la ventana del auto, Joseph sonríe ligeramente y aprieta levemente el agarre porque nunca le agradó pelear con su hermana mayor.
« Ni creas que voy a aceptar tus disculpas. »
Dice Annabeth mirando de reojo al chico.
« Ni creas que voy a disculparme contigo »
Replica el pelinegro girando la cabeza.
« Siempre me haces quedar mal en frente de madre. »
Bufa la chica y él simplemente se encoge de hombros soltando una risa mental.
« Porque tú eres la mayor y deberías saber como manejar la situación. »
Annabeth aprieta el agarre haciendo que su hermano suelte un quejido de dolor para después mirarla con molestia.
— Niños, compórtense. —
La voz de la madre hace que ambos se queden nuevamente quietos.
Minutos después llegaron a la casa de los Dree e ingresaron dentro encontrándose con varias personas en el lugar. El señor Drew al ver a la familia llegar se desprendió de unos visitantes para ir en su dirección.
— Señor y señora Slander agradezco que hayan venido. —
Habla con melancolía el hombre y el señor Slander le ofrece un abrazo que este no duda en aceptar, mientras los dos hermanos entran agarrados todavía de la mano sin hablarse y sin mirarse.
— ¡Joseph! —
La voz chillona de Janeth hace que Annabeth se desprenda de la mano de su hermano para ir hacia otra parte dejando a este con la palabra en la boca.
— Mi abuela...—
No termina lo que iba a decir y un sollozo se escapa de sus labios por lo que se abraza a Joseph buscando confort, este solo suelta un pequeño suspiro y termina por abrazar a la castaña.