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Idealizado

Idealizado

Status: Terminada
Genre:Elección equivocada / Completas
Popularitas:1.3k
Nilai: 5
nombre de autor: criis jara

Idealizado es una novela juvenil que narra la vida de Elena, una adolescente atrapada en un hogar marcado por la violencia doméstica y el abuso psicológico de su padre. A través de su amistad con Carla, un breve romance con Lucas y su propio proceso de resiliencia, Elena enfrenta el dolor, la pérdida de su madre y la búsqueda de justicia. Con un estilo emotivo y crudo, la historia explora temas de empoderamiento, superación y la lucha contra el silencio, culminando en un mensaje de esperanza y amor propio.

NovelToon tiene autorización de criis jara para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Todo lo que callo

Elena despertó sin ganas. Otra vez. El sonido de la lluvia golpeando contra la ventana era lo único que rompía el silencio de su habitación. Abrió los ojos y se quedó mirando el techo, como si esperara una señal para saber si valía la pena levantarse. Se sentía vacía. Como si cada día fuera una repetición exacta del anterior.

Bajó las escaleras con lentitud. Su padre ya estaba sentado en la mesa, tomando café y leyendo el diario. Su madre, como siempre, de pie, sirviendo el desayuno. Nadie dijo "buen día". Nadie preguntó cómo había dormido. Elena se sentó sin hacer ruido.

—No te olvides que hoy paso temprano a buscarte —dijo su padre, sin apartar la vista del diario.

—Sí, ya sé.

—Y quiero que te saques un ocho en la pruebas. Más no te pido. Un ocho. No quiero excusas. No me importa si te cuesta, estudiá. Para eso te pago ese colegio.

Su madre le sirvió una tostada con mermelada. Le sonrió, como si eso pudiera compensar algo. Elena bajó la vista y asintió en silencio. Ya había aprendido que discutir con él era gastar energía en vano.

El celular vibró sobre la mesa. Mensaje de Carla:

💬 "Hoy definimos lo de la fiesta. Te aviso por las dudas, porque sos una escurridiza jajaja"

Elena escribió rápido, con el pulgar:

💬 "Mis viejos no me van a dejar ni loca. Olvidate."

La respuesta de Carla no tardó:

💬 "No me resigno. Hoy hablamos. Teneme fe"

Elena esbozó una pequeña sonrisa, que se borró rápido al sentir la mirada de su padre.

—¿Estás texteando mientras desayunás? ¿Eso hacen las chicas responsables ahora?

—No, ya lo guardé —dijo ella, dejando el teléfono boca abajo.

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El viaje al colegio fue igual que siempre: su padre escuchando radio AM, criticando a los políticos, resoplando cada tanto, y Elena con la frente contra el vidrio, deseando ser invisible. Al llegar, ni siquiera se despidieron. Ella bajó del auto como si escapara.

La lluvia había parado, pero el cielo seguía gris. Apenas cruzó el portón del colegio, la encontró Carla.

—Buen día, séptima maravilla del universo emocional —le dijo, con una sonrisa cálida.

—Hola, boluda —respondó Elena, devolviéndole un abrazo liviano.

—Hoy te tengo que convencer, lo siento. La de mañana no te la podés perder.

—Ya te dije que no me van a dejar. No insistas.

—Pero, escáchame, va a estar todo el mundo. Literal. Y confirmó Lucas.

Elena la miró de reojo.

—¿Lucas?

—Lucas. El de la salida de ayer. El mismo que te clavó una mirada de telenovela mexicana. El que casi te tira al piso. Ese Lucas.

—No exageres, fue un choque de pasillo.

—Pero él te miró, Elu. No fue sólo un choque. Te miró como si hubieras salido de un videoclip.

Elena se río, algo sonrojada. Pero no dijo nada. Por dentro, revivía ese momento. La forma en que él la había mirado. Como si realmente la hubiera visto.

...----------------...

Las clases transcurrieron lentas. La profesora de matemática tomó la prueba sorpresa. Elena sintió un nudo en el estómago, pero igual escribió todo lo que pudo. En la clase de literatura, se perdió en un poema de Alfonsina Storni que hablaba de una mujer que quería escapar. Le pareció escrito para ella.

En el recreo, Lucas pasó cerca del banco donde estaban con Carla. La saludó con un gesto de cabeza. Elena sintió que el corazón le latía en la garganta.

—Listo, está. Confirmadísimo. Te registró. Estás en su radar —le susurró Carla.

—Cortala, Carla.

—No, en serio. Vos viste cómo te miró. No es joda.

Elena bajó la mirada y se mordió el labio. Algo en su pecho había empezado a moverse. Un calorcito suave, pero insistente. No era amor. Aún. Pero era algo. Curiosidad. Deseo de ser alguien para alguien. De sentirse vista. Valiosa.

...----------------...

A la salida, esperó a su papá bajo el techito de la entrada. La lluvia había vuelto. Carla se había ido temprano. Elena se abrazó a su mochila y miró al cielo.

Lucas salió del edificio con un grupo de amigos. Reía. Parecía liviano. Feliz. La vio. Le sonrió.

—Ey —dijo, acercándose un poco.

—Hola.

—Te vi en la clase de literatura. Te gusta Storni, ¿no?

—Más o menos. Me gusta la forma en que escribe lo que no se dice.

Lucas asintió. Luego, extendió la mano.

—Yo soy Lucas.

—Ya lo sabía —dijo Elena, tomando su mano con timidez.

—Y vos sos Elena, la de cuarto, que dibuja en los márgenes de los cuadernos y camina con auriculares incluso sin música.

Elena se sonrojó.

—¡Me espiás!

—Un poco. Bueno, nos vemos mañana, en la fiesta, supongo.

—No creo que vaya.

—Ojalá cambies de opinión. Sería una buena noche si vas.

Y se fue. Así, sin más. Elena se quedó paralizada, sin saber si acababa de vivir un sueño o una escena de película.

Su padre llegó, la apuró con bocina, como siempre. Elena subió sin decir nada. No habló en todo el camino. Él tampoco. Solo resopló cuando se metió en un embotellamiento.

...----------------...

La tarde fue un loop de rutina: cambiarse, hacer tarea, responderle un par de mensajes a Carla, discutir con su madre por algo mínimo (el uniforme mal doblado, un plato sin lavar) y encerrarse en su cuarto.

A la noche, cenaron en silencio. Su padre habló más con la televisión que con ellas. Cuando Elena quiso levantarse de la mesa, él la frenó.

—¿Cuánto te sacaste en la prueba de la semana pasada?

—Siete.

—Te dije ocho. No es tan difícil hacer lo que se te pide.

Su madre intentó mediar:

—Pero un siete no está mal, Carlos...

—No te metás vos. Así la criaste, así salió. Mediocre. Como vos.

Elena se levantó de golpe. Subió a su cuarto sin mirar atrás. Cerró la puerta y respiró hondo. Se sentó en la cama. Sacó su cuadernito. Escribió con lápiz:

"Hoy alguien me vio. No como mi papá, que sólo me mira para juzgar. Ni como mi mamá, que me ve pero no me escucha. Lucas me miró y fue distinto. No sé qué espera de mí. Pero por un momento sentí que no soy invisible. Me gustaría que eso fuera real. Me gustaría ser alguien en su historia. Aunque sea un personaje secundario."

Afuera, se escucharon gritos. El tono seco y violento de su padre, la voz débil y temblorosa de su madre.

—¡Siempre lo mismo! ¡No hacés nada bien! —la voz de su padre retumbó por el pasillo.

—¡No me hables así delante de tu hija! —respondió su madre, aunque ya sabía que no tenía sentido.

Elena cerró el cuaderno, se puso los auriculares sin música y se acostó de costado, abrazando el cuaderno contra el pecho, como si con eso pudiera protegerse.

La oscuridad llenaba la habitación, pero sus ojos no cerraban. Los gritos bajaron de intensidad, luego cesaron. Solo quedó el silencio. Ese silencio pesado, familiar, que ya conocía demasiado bien.

Finalmente, después de unos minutos, se quedó dormida. Con el corazón agitado, pero con el alma un poco más liviana. Al menos, por hoy, alguien la había visto.

1
Blanca Ordaz
muy buena trama hermoso mensaje de amo y supervivencia felicidades por esta hermosa novela de aprendizaje
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