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Fuego Desatado: Libro #3 De La Trilogía Fuego

Fuego Desatado: Libro #3 De La Trilogía Fuego

Status: Terminada
Genre:Traiciones y engaños / Reencuentro / Matrimonio arreglado / Completas
Popularitas:799
Nilai: 5
nombre de autor: Mar-4538

Reviví de entre los muertos, eso suena descabellado pero es prácticamente lo que sucedio.

NovelToon tiene autorización de Mar-4538 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo: 14

ELIJAH.

—¿Qué vas a hacer, Morgan? —la pregunta de Lorenzo me hizo voltear hacia ella.

—Haré pagar a todos los que me hicieron daño en el pasado... —hizo una pausa y mis alarmas se encendieron cuando la vi apuntar con decisión a su padre—. Tú eres uno de ellos, Lorenzo. Tienes que pagar por tus errores y por toda la mierda que me hiciste.

Traté de acercarme a ella para detenerla, pero Lorenzo alzó una mano en mi dirección, indicándome que no lo hiciera.

—El karma se encargará de mí, tú no tienes por qué ensuciarte las manos, hija.

—Morgan... —la llamé, pero una risa carente de humor brotó de su garganta.

—Ese es el problema, padre, yo soy tu karma. El karma de Caleb, de Madison y mi propio karma.

Su mano se aferró con fuerza a la culata del arma y, sin dudar, disparó. Un jadeo colectivo de Raquel y Dante hizo que volteara a verlos, y vi sus rostros salpicados por la sangre de Lorenzo.

—¡Vamos, ya me aburrí! —cuando se dio la vuelta, noté que estaba destrozada.

Quería venganza, pero no sabía cómo dejar de lado el remordimiento y los sentimientos que tuvo por ellos.

Mi vista se posó en Lorenzo, quien escupía sangre a borbotones por la boca mientras trataba desesperadamente de cubrir la herida. La vida lo abandonó, y su cuerpo cayó con un sonido sordo.

—¡Vámonos, Elijah! —reaccioné y tomé su mano para entrelazarla con la mía.

Tiré de ella hacia el auto. Cuando estuvimos al lado, la llevé al lado del copiloto, la ayudé a subirse y le quité el arma de las manos. Me subí al asiento del conductor, encendí el motor y me incorporé a la carretera. A mi lado, podía sentir a Morgan sollozando, tratando de controlar sus gemidos de frustración y dolor.

Me rompían el corazón. Después de unos minutos, la desesperación me consumió, así que detuve el auto a un lado de la carretera y me bajé. Sin perder el tiempo, caminé al lado del copiloto y abrí la puerta.

—Yo... —las palabras se quedaron atascadas en su garganta.

Su cuerpo temblaba y sus sollozos eran cada vez más fuertes y devastadores.

Necesitaba hacer algo para que dejara de sentirse así. Sin pensarlo, me acuclillé frente a ella. Tomé su mano y la apreté ligeramente.

—Solo suéltalo, deja que todo

fluya. Date el permiso de quebrarte y llorar, date el permiso de sentirte mal y sufrir en su mayor esplendor. Así será más fácil cuando la felicidad llegue, la apreciarás más después de soportar tanto sufrimiento. Y no te sientas mal por permitirte llorar. Siéntete orgullosa de cada caída, porque cada una significa que eres más fuerte cuando te levantas y sigues adelante.

—Lo... lo maté —un quejido abandonó su boca—. Yo los culpaba por ser unos monstruos... y ahora yo también me convertí en uno por matarlo, por matarlo y querer matar a cada uno de los que me dañaron.

Su voz era inestable y ronca.

Lloró desconsoladamente por al menos una hora. Su cuerpo se concentró en tener espasmos y temblar debido al llanto que desgarraba su garganta. El cielo era negro, iluminado solo por las estrellas. Su cara estaba entre sus manos, pero al menos su cuerpo ya no temblaba.

—¿Estás mejor? —me atreví a preguntar, sospechando la respuesta.

—Sí, ahora lo único que quiero y necesito es un baño largo y relajante. También necesito macarrones con queso.

Una risa ronca brotó de mi garganta, y me costó no besarla.

Mi vista se clavó en sus ojos, y entonces mi risa la contagió.

—Solo tú tienes antojo de macarrones con queso después de algo como esto —le recriminé con tono burlón.

Su risa se detuvo de golpe, y al instante me arrepentí. Pero entonces volvió a estallar en carcajadas, provocando que yo la mirara con incredulidad y confusión.

—Tú siempre que asesinabas a alguien te daba antojo de enchiladas suizas —alzó una ceja en mi dirección.

—Oye, nunca es mal momento para unas enchiladas suizas —hice una pequeña pausa y luego volví a hablar—. Bien, vayamos al hotel. Comamos macarrones con queso, te darás un baño relajante y después bailaremos como solíamos hacerlo antes.

Me regaló una sonrisa radiante y asintió con la cabeza. Luego depositó un suave beso en mi mejilla y se acomodó en el asiento del auto.

Caminé hacia el asiento del conductor, me subí y encendí el auto. Me di el lujo de poner algo de música. Sonó "Watcha Say" de Jason Derulo. Canté la letra de la canción, y Morgan, a mi lado, sonrió con ternura.

—¿Recuerdas el estúpido sueño que te conté? —su pregunta me tomó por sorpresa, pero aun así asentí.

—Tu boda, la canción y el lugar —lo último no lo quería decir, pero me obligué a hacerlo—. Y el parado en el altar enfundado en un traje de color negro, camisa negra, corbata negra. Y tu vestido sería negro con cientos de brillos y un escote un poco pronunciado en V.

—¿Cómo es posible que recuerdes todo? —noté la emoción en su voz.

—¿Cómo podría olvidar la boda perfecta de la chica de la que estoy enamorado? Aún más, ¿cómo voy a olvidar el día en que esa chica me dijo que su boda sería perfecta solo si Caleb es el novio?

—Lo siento... no quería decirlo de esa manera —dijo, apenada, pero yo seguí sonriendo.

—Tranquila, no tienes por qué disculparte.

Durante el resto del trayecto nos mantuvimos en silencio. Al llegar al hotel, ambos bajamos apresuradamente y nos encaminamos a su habitación.

Tan solo llegar, ella entró a la ducha mientras yo me encargaba de pedir macarrones con queso. Después de media hora, Morgan salió del baño con una de mis camisas y el cabello húmedo.

—Ya encargué tus macarrones.

Caminé al pequeño centro de entretenimiento que había en la habitación y puse "Mirrors" de

Justin Timberlake.

Cuando la canción comenzó a sonar, me acerqué a ella y la tomé por las caderas. Ella colocó una de sus manos en mi hombro y la otra la extendió para que yo pudiera tomarla. Mi mano libre se fue a su cintura, y nos dejamos llevar. Comenzamos a movernos al son de la dulce melodía. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y sentí el impulso de abrazarla para que dejara de llorar.

—No llores, nena. No hice esto para verte llorar. Lo hice para distraerte de lo que pasó, lo hice porque te amo y no puedo verte destruida.

—Estoy bien, es solo que no puedo creer que hagas todo esto por mí, aun después de haberte hecho a un lado para intentar volver con Caleb.

—Creí que esto solo era para salvar a la chica, que te casarías con él solo por eso, no porque aún sentías algo por él.

—Lo siento, pero no puedo pedirle a mi corazón que deje de amarlo de la noche a la mañana. Es algo imposible.

—Entonces, aún lo quieres —me di cuenta de que mi voz sonaba dolida, pero no pude evitarlo.

—Lo siento, no debí haberte dado falsas esperanzas ni falsos argumentos. Y de verdad lo lamento, pero creo que lo mejor será que te vayas.

Su voz temblaba, pero no había arrepentimiento en sus facciones. En ese momento, lo entendí.

—Sí, creo que es lo mejor.

La solté y me di media vuelta, decidido a salir de ahí. Cuando llamaron a la puerta, me acerqué pensando que tal vez era la comida, pero me quedé en blanco cuando Caleb apareció frente a mí. Me obligué a sonreírle y pasé por su lado, alejándome de ahí con el corazón latiendo contra mis costillas.

Yo la voy a esperar. Sé que tarde o temprano ella volverá a estar destrozada, y volveré para reunir todas y cada una de sus piezas.

Porque la amo.

1
Rosemary Hernandez
cómo sabe Caleb dónde está Morgan?
Liliana Barros
Viendo tu perfil, entendí que ésta historia viene por partes. No soy de seguir historias, así que creo que debería haber un pequeño prólogo en esta tercera parte, para ubicar al lector.
Liliana Barros
Me gustó lo que leí, pero fue como leer una historia a medias. Faltó contexto y quedaron cabos sueltos. Que pasó con el padre de Caleb? Sentí como que empecé la historia a la mitad.😔
Liliana Barros
A Morgan le falta carácter para la venganza. Todavía se tienta el corazón por quienes la dañaron, en lugar de amarla.
Liliana Barros
Me parece estúpido el plan de Caleb. Solo ocasionó más daño.
Liliana Barros
Vaya amor que le tenía Caleb, metiéndose con su hermana 🤷
Liliana Barros
Pobre Morgan, le hicieron mucho daño. Espero que se empondere y no tenga lástima de nadie que quiera lastimarla
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