Lionel había salido aquella nevada mañana a visitar a su amigo, pero el frío era tan intenso que comenzaba a arrepentirse. Subió la calefacción del auto para entrar en calor; sentía los músculos de su cuerpo entumecidos. Tendría que haberse quedado en casa. Pero ya casi estaba llegando, era inútil renunciar ahora.
El celular sonó no bien hubo estacionado el auto, al ver el número de quién lo llamaba se sorprendió. Era su amigo Liam a quien estaba por ver:
- ¿Liam? Estoy…
- Lionel - la voz de una mujer resonó cortante - Si deseas ver con vida a tu amigo ven a su casa urgente de lo contrario morirá - luego colgó
La sangre se le heló subditamente ¿qué estaba ocurriendo? ¿Liam? ¿en peligro? Pero si no detectaba ninguna maldad cerca ¿qué era aquello?. Los de su raza podían percibir la oscuridad de cualquier persona aunque se encuentre a varios metros de distancia. Y en ésta ocasión no percibía nada. Contempló el celular y comprobó que había pasado un minuto desde que cortó, debía actuar con prisa o su amigo moriría. Aquello en verdad lo confundía.
Bajó inmediatamente del auto y se acercó a la puerta de la casa de Liam, sin golpear abrió y entró llamando a su amigo a viva voz mientras buscaba a quien efectuó la llamada.
Pero no pudo empezar a concentrarse cuando alguien le lanzó un extraño polvo azúl a la cara encegueciendolo y atontandolo al instante. Sus sentidos comenzaron a bloquearse y pronto perdió el equilibrio. Lo último que vió antes de desmayarse fueron unos zapatos de mujer tacos altos acercándose:
- Liam - murmuró antes de desmayarse.
II
La mujer que había visto a Ethan desde la vereda del frente era la misma que hizo la llamada a Lionel y quien ahora lo contemplaba dormir en el sofá del living de ese otro Lastey llamado Liam a quien le resultó tan fácil engañar y ahora dormía también junto a su amigo en el otro sofá.
Ella tenía la mirada endurecida por el tiempo y el dolor padecido, nada ni nadie la conmovía ya. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de tener su venganza. Dos hombres se detuvieron a su lado tras entrar segundos después que Lionel caía inconciente.
- Llevenlos al auto rumbo al escondite - dijo ella
- Si, señora - contestaron a coro los dos hombres y realizaron su labor en silencio y con velocidad.
Mientras el auto con los prisioneros se alejaba de allí, ella se subió al de Lionel y se dirigió a la casa de éste. Estacionó y tras bajar se dirigió a la puerta de la casa donde seguía Ethan en la misma postura en que ella, minutos atrás, lo había visto en una de las habitaciones del primer piso. Extrajo de uno de sus bolsillos un sobre y lo deslizó bajo la puerta de entrada, luego regresó al auto de Lionel y se alejó de allí. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de su guarida y lo bastante lejos de Ethan se detuvo. Sacó el celular del prisionero y marcó el número de Ethan.
- ¿Lionel? ¿qué pasa? - la voz de aquel que le ocasionó tanto dolor sonó tan nítida y clara como tiempo atrás.
- Scarlett Demon - dijo ella - Tengo a tu hermano y tu amigo. Si quieres recuperarlos tendrás que seguir las instrucciones del sobre que deslicé bajo la puerta de tu casa - luego colgó.
Sonrió felíz imaginando la desesperación de aquel nefasto ser, condujo hasta su destino y entró en la guarida desapareciendo junto con aquel auto. La primera parte del plan estaba lista, ahora tenía que aguardar y contemplar cómo se desencadenaban los hechos.
III
Ethan seguía con el celular en la mano mirándolo sin conseguir dar crédito a lo que escuchó hacia tan solo unos segundos. Lo llamaron por su antigüo nombre ¿ cómo era posible que en esta época exista todavía alguien que sepa quién era él?
Luego fue conciente del resto de la información, tenían a Lionel. ¡Lionel! ¡Tenían a su hermano! Y también a...¿Liam? Esa voz dijo "tu amigo". Habían sido capturados pero ¿por quién? ¿en qué momento? El terror comenzaba a surgir en su ser, su rostro empalideció. Guardó el celular en su bolsillo y bajó velozmente las escaleras en busca del sobre al que habían hecho alusión.
No tardó en encontrarlo, con manos temblorosas lo abrió en busca de aquello que le diese pistas sobre su paradero. Dos papeles había en el interior bien doblados, el primero era una nota que decía lo siguiente:
Scarlett Demon:
¿ Qué se siente estar al borde de la desesperación con la incertidumbre latente en tu piel?
Así vivimos durante años por tu culpa; te llevaste a nuestros seres queridos y a algunos los mataste frente nuestros ojos
mientras que a otros los secuestraste alejándolos de nuestro lado para siempre.
Pero el momento de la venganza acaba de llegar, ahora es nuestro turno de enfrentarnos a ti. Sin compasión ni consideración como tu lo hiciste tiempo atrás; tenemos a quien más quieres. Si, tardamos bastante en encontrarte.
Más aún al descubrir que tenías un gemelo ¿te imaginas cuánto nos costó identificarte? Pero lo logramos, al fin quedaste expuesto. Se acabó tu tiempo de paz y tranquilidad maldito monstruo ya que no tienes derecho a vivir feliz.
Pero la muerte no sería suficiente castigo para alguien como tu, primero te arrebataremos al único ser que evidentemente quieres “tu gemelo”. Increíble. Siendo un Lastey fuiste capaz de torturar y masacrar a tantas personas inocentes.
Pero ninguno de nosotros es como tu, te daremos pistas y hasta la oportunidad para recuperar a quien quieres.
Esto es lo que tendrás que hacer:
“deberás ir a la Montaña De La Niebla y recuperar la Llave Dorada. Luego tendrás que acudir al Recinto Oscuro y abrir la Puerta de Cristal para poder entrar al Palacio de la Luna. Una vez dentro podrás detectar la presencia de tu hermano y tendrás que llegar a él. Pero debes apurarte porque yace en el Ataúd de Diamante y allí va perdiendo poco a poco su energía vital ¿sabes lo que significa? Su vida se acabará si permanece en su interior mucho tiempo debido a que fue construido para exterminar inmortales. El Ataúd de Diamante Azul destruye lenta y dolorosamente. Tal vez cuando llegues a él sea demasiado tarde ya ¿quién sabe? Y recién entonces sabrás lo que cada uno de nosotros sentimos.
Ah…otra cosa…preparamos una sorpresa en el camino final así que ve pensando qué harás. Porque deberás elegir a quien salvar llegado el momento decisivo ya que tenemos a tu amigo Liam también, lo que él está padeciendo lo dejaremos para tu imaginación. Ya que tú eres el experto en torturas ¿cierto? Solo te diremos que no la está pasando nada bien y su vida correría peligro si sigue en nuestras manos.”
Concluída la lectura Ethan comenzó a temblar como una gelatina, los nervios se desbordaron y lanzó un furioso grito al aire mientras se arrodillaba al suelo y descargaba lágrimas de sangre. Conocía perfectamente cada uno de esos sitios mencionados en la nota y a cada objeto. No sería fácil salir con éxito de cada lugar pero Lionel…¿cómo fue posible que lo hayan atrapado tan fácilmente?
Su gemelo se arriesgó por él en el pasado al entrar a solo a la Prisión de los Inmortales con el fin de rescatarlo. Además era inocente de todo…inocente, nuevamente esa palabra solo le ocasionaba dolor y tormento.
Miró el segundo papel y vió los mapas dibujados indicando cómo llegar a cada sitio; mas valía que se apurara ya que no estaba dispuesto a dejar que su gemelo muera por su única culpa.
Entendía y hasta compartía las razones de quienes le enviaron aquel desafío pero no les permitiría dañar a Lionel.
- Es conmigo el problema - decía - Es a mi a quien quieren ver destruido
Intentó comunicarse con su gemelo mediante el poder de su mente pero fue inútil, luego buscó la manera de llegar a él mediante su conexión de gemelos. En ese momento sintió una intensa oscuridad que lo envolvía, frío y sombras. Lionel estaba en problemas, podía sentirlo y jamás lo notó tan indefenso. Peligraba.
Se incorporó inmediatamente secándose las lágrimas y se dispuso a partir. No le fallaría a Lionel ya que nada tiene que ver en todo esto. Su gemelo no forma parte de su pasado como tampoco Liam, los salvaría a los dos, estuvo tentado de llamar a Ethiel, su más leal amigo, para pedirle ayuda pero se contuvo.
Mirándose al espejo revivió aquellos oscuros tiempos.
- Es mi problema - decía a su propio reflejo - No pienso involucrar a nadie más.
Además Ethiel tenía derecho a tener un poco de paz y felicidad ya que su vida no había sido nada agradable en el pasado
- ¿En serio? - le respondió su propio reflejo que tenía la túnica con capucha roja y solo se le veía sus turquesinos ojos – Creo que tendremos que actuar en conjunto otra vez. Si es que quieres salvarlos a los dos por supuesto.
- Scarlett Demon – dijo Ethan mirándose a si mismo - ¿Por qué unirme a ti? Si todo este asunto es culpa tuya
- ¡Error! - rugió Scarlet Demon - Es Erik ¡El es quien ocasionó todo! ¡Nos tenía atrapados a los dos!
- Te deleitabas dañando
- ¡No! Soy tú y tú eres yo... Ethan
- No puedo aceptarlo y nunca lo haré
- Entonces jamás encontrarás paz en tu interior, ni conseguirás rescatarlos a tiempo. Ni a nuestro amigo ni a nuestro gemelo. No me niegues Ethan, por favor. Necesitas mi poder destructivo especial y yo tu escudo, soy parte de tu conciencia ¿no lo entiendes?
Ethan se colocó la capa roja que hubo tomado la forma de campera haciéndole juego con su pantalón y salió al frío invierno sin responderse a si mismo. Aquella era una dicotomía que seguía en su interior. Se subió a su auto y se alejó. La Montaña de la Niebla sería su primer destino y su auto solo lo llevaría hasta un determinado lugar. Pero sabía dónde dejarlo después.
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