Li Shaoran

-  General, debemos partir en una hora para llegar al aeropuerto a tiempo.

- Lo sé – Li Shaoran se quitaba el enorme saco de encima.

    Con ese movimiento dejo escapar un suspiro.

    Se estiró libre del peso de tanto abrigo y se sentó detrás de una pequeña mesa desmontable que hacía de escritorio.

    Los dedos le dolieron un poco al tirar de los guantes que los cubrían del frío.

-  Entonces General … - Xu Ming continuo con precaución – ¿Por qué aún no ha empacado sus cosas?

    Li Shaoran pensó en qué responder, ciertamente no había preparado nada porque aún no estaba listo para volver.

-¿Tienes idea de como debe de ser clima en estos momentos en su casa?

- Lo siento General\, solo me preocupaba por usted – contesto el joven uniformado con la cabeza gacha y los brazos rectos a los costados- jamás me atrevería a cuestionarlo\, Señor.

- Párate bien – lo invitaba a dejar de lado las formalidades\, pero siempre sonaba como si todo fueran órdenes.

    El joven soldado se asustó y se enderezó para mirar a su coronel.

-Si, señor -respondió de inmediato.

- Llevamos tanto tiempo en el rincón más frío de estas tierras que no me sorprende que te hallas acostumbrado a tener todo tu abrigo siempre cerca – sonrió mientras abría una botella de whisky – No necesito nada de esto allá.

- Entiendo\, ¿Quiere que empaque sus cosas y las envié luego?

- Seria toda una molestia

    Sirvió el contenido de la botella en un vaso corto.

-  ¡No sería ninguna molestia, Señor!

- No estamos en situaciones como para desperdiciar recursos a nuestro antojo, un viaje hasta el pueblo más cercano requiere de al menos de cinco hombres.

- Pero la situación se calmó hace dos meses, Señor, continuamos aquí porque usted aún no dio la orden de –

- Envié la solicitud de desarmar el destacamento hace una semana. - lo interrumpió.

- Eso... Eso quiere decir que – el joven de pronto temblaba de emoción - ¡¿quiere decir que podremos volver a casa pronto?!

-  Armar el puesto completo nos llevó más de un mes, desarmarlo no será mucho más rápido, no hay apuro por llevarme mis cosas, cuando levanten todo podrás encargarte de llevar mis cosas contigo hasta el pueblo, para entonces te esperaré allí.

- No creí que quisiera volver\, Señor.

    Li Shaoran concentro la vista en la lámpara de queroseno que colgaba entre ambos.

    Ir allí había sido su decisión dos años atrás, y si dependiera exclusivamente de él, se quedaría allí el resto de su vida.

- No quiero volver – murmuro con el vaso contra sus labios

    El joven lo miraba confundido.

    Fuera la nieve había dejado de caer esa noche, pero al lado de su coronel, el aire se sentía tan frío que parecía capaz de cortar.

    Observando a Li Shaoran, el joven tomo dos trozos de la madera apilada al lado de la entrada y los tiro al tacho de lata en el centro de la carpa.

    El cabello negro de Li Shaoran contrastaba contra la nieve blanca fuera y si bien había muchas cosas que nadie terminaba de entender de su taciturno General, esa mirada no escondía secretos para aquellos que conocían sobre angustias y pérdidas.

    Xu Ming camino hacia la salida y con un brazo sostenido la pesada lona que los cubría de la intemperie se volteó a mirarlo una vez más antes de volver a su carpa.

“¿No quiere volver aquí o no quiere volver a casa?”

 Li Shaoran sentía como el calor subía a sus mejillas.

    La Orden había sido clara: Volver.

    Como militar estaba acostumbrado a seguir órdenes en el campo, pero esta orden no era de ningún superior.

    Aunque quisiera esconderse en el rincón más inhóspito que pudiera, la familia Li podía encontrarlo con facilidad.

    Exhausto y lleno de dudas, dio la vuelta y salió igual que Xu Ming, sin saber bien qué hacer en ese momento.

    Cruzo la noche pensando en todo lo que había dejado en la ciudad mientras emprendía su regreso.

    No era necesario preguntar por qué los jóvenes habían sido llamados, sabía que los mayores habrían arreglado otro compromiso para enmendar la situación de dos años atrás, pero esta vez estaba dispuesto a renunciar, después de todo, únicamente la quería a ella, aunque los muertos no pudieran volver a la vida.

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