CAPITULO 5

~AARON~

He jurado disfrutar la vida sin ataduras. Juré no mirar hacia ninguna mujer pensando en un futuro a su lado. Presencié un hogar que se hizo trizas cuando al principio parecían amarse tanto. Me prometí que no permitiría que eso pasara también conmigo. Mi carrera musical me ha permitido ir de un lugar a otro; amo la libertad que me proporciona el trabajo.

No soy el orgullo de mi padre debido a ello. Me negué a tomar puesto en su empresa cuando él decidió retirarse. No le he permitido nunca interferir en mi vida. Esa es la razón de que me llame la oveja descarriada. Supongo que tiene suerte de que su primogénito haya salido según sus planes. Mi hermano mayor, su sucesor, el CEO más reconocido por su frialdad e inteligencia para los negocios, con un matrimonio arreglado por mi padre y que terminó en la basura en tan solo 5 años.

Por eso pensé en permanecer solo el resto de mis días. Eso pensaba... hasta... ayer, cuando unos hermosos ojos ámbar me miraron con ternura. Una mujer caída del cielo, hecha especialmente para mí, y a quien hice mía una y otra vez la noche anterior.

Me desperté hace unos minutos en mi habitación con la esperanza de encontrarla a mi lado, pero no fue así. Lo único que tengo en mis manos es una nota con una caligrafía perfecta.

*"FUE UNA NOCHE INOLVIDABLE"*

Una noche inolvidable... no lo discuto. Me hubiese encantado escuchar sus labios carmesí pronunciar esas palabras. Y poder inhalar ese olor a vainilla que emana su piel. Cada recuerdo de la noche anterior es vívido: el suave roce de sus dedos, la calidez de su piel contra la mía, el susurro de su risa en mis oídos.

Quiero verla de nuevo. Tomo mi teléfono para hacer una llamada. Replica varias veces hasta que, finalmente, contesta.

- ¿Quién llama?

- Pues Aaron, imbécil.

- Mmm...

- Alessandro, necesito la dirección de la chica con la que estuve anoche.

- Pregúntasela a ella. *Stronzo* (Gilipollas).

- Lo haría, amigo, si estuviera aquí. Pero se fue antes de...

- Oh, calma. Lo averiguaré. Nunca te había visto así por ninguna *donna* (mujer).

- Espero el dato.

Cuelgo sin siquiera despedirme. Me debe un favor, así que espero me lo devuelva con intereses. Antes de poder arrojar el teléfono sobre la cama, suena en mi mano.

- Habla, Aaron.

- Cariño, ¿cómo estás?

- Estoy bien, madre. ¿Qué tal todo?

- Tu hermano dijo que nos vería esta noche a todos. Hay algo importante que quiere decirnos.

- ¿Puedo negarme?

- De ninguna manera. Mandó llamar hasta a su madre para que estuviera presente.

- Otra razón más para no asistir. Esa mujer es un grano en el culo.

- Lo sé, querido. Tu padre estuvo de acuerdo, así que no pude negarme. Ven, por favor.

- Lo haré. Adiós.

- Cuídate, cariño.

Hacernos reunir a todos para hacer algún anuncio. Cualquiera que no lo conozca diría que se piensa casar de nuevo, pero yo, a ciencia cierta, sé que eso es imposible. Es un mujeriego incorregible. Él es hijo de la primera esposa de mi padre, una mujer detestable que no pierde la oportunidad de hacer sentir incómoda a mi madre. Tendré que ir, aunque no lo desee. Al fin y al cabo, Mikael Owen es mi medio hermano, y soy dueño también de "Owen Tel Corporation", aunque nunca use su apellido y la mayoría del mundo ni siquiera sepa que pertenezco a esa familia.

Me propuse surgir a causa de mi talento, no por la influencia de mi apellido. Por eso uso el de mi madre. Otra razón más para que el gran Richard Owen se sienta deshonrado. Digamos que no es ni será un buen padre. Pretende manejarnos como peones en su gran ajedrez.

Me alimento con algo rápido, esperando la llamada que realmente me interesa, pero no llega. ¿A dónde carajo fuiste, mujer?

Toco el piano para hacer a un lado la impotencia de no poder buscarla. Las teclas resuenan en el silencio de la habitación, y me doy cuenta de que mi mente está completamente centrada en ella. Cada nota que toco parece una extensión de mi frustración. Finalmente, el calor de la ducha y el agua fría que cae sobre mí no logran calmar la agitación interna. Esta mujer me pone... me vuelve loco solo pensar en ella. Juro que voy a encontrarte, aunque me tome la vida entera.

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Ya es de noche. Tomo las llaves de mi coche y salgo en dirección a la ostentosa casa Owen.

No mintieron al decir que es un anuncio importante; casi toda la familia está aquí. Saludo formalmente y sin mucho ánimo. La música se mantiene suave y el murmullo de algunas conversaciones inunda el aire. Bebo un trago de la mesa, tomo un asiento en el sofá mientras juego con mi teléfono. Maldición, Alessandro, ¿por qué tardas tanto?

Un silencio se instala en todo el lugar. De seguro Mikael ya está aquí. Levanto la mirada y mi corazón se detiene. Allí, con sus hermosos rizos alborotados y su sensual manera de contornear sus caderas, está ella. Está aquí, como enviada de nuevo del cielo. Abby está frente a mí, su presencia ilumina la habitación y me deja sin aliento.

Mikael está a su lado, tomando su mano con un gesto protector. La veo alzar la vista, y nuestros ojos se encuentran. El mundo parece detenerse mientras su mirada se cruza con la mía. Siento que el suelo bajo mis pies se tambalea.

Un par de minutos se sienten como horas. Cada sonrisa que Mikael le dirige y cada gesto cariñoso que ella le devuelve me resulta una daga en el corazón. Es como si el destino estuviera jugando cruelmente conmigo, mostrándome lo que no puedo tener. El ambiente se torna aún más tenso cuando Mikael se dirige al grupo de familiares con un anuncio, y todos los ojos se vuelven hacia ellos.

- Quiero que conozcan a alguien muy especial para mí - empieza Mikael, con una sonrisa de oreja a oreja. - Ella es Annie White. Los he hecho venir aquí para anunciarles que esta mujer será mi esposa en unos meses

El murmullo se hace más intenso. Todos los rostros se tornan en sorpresa y desagrado.Mi estómago se revuelve al escuchar el verdadero nombre de Abby. Me doy cuenta de que mi rostro probablemente refleja una mezcla de sorpresa y dolor.

De repente, el silencio se rompe con la entrada de una figura imponente. Nuestro padre Richardse dirige hacia la sala con un paso firme, sus ojos fríos y su postura autoritaria. La tensión es palpable. Richard Owen, el hombre que ha estado en el centro de todos mis resentimientos familiares, se acerca con una mirada dura.

- ¿Qué significa esto, Mikael? - su voz retumba en la sala. - ¿Estás diciendo que esta mujer, que acabamos de conocer, va a ser parte de nuestra familia? Sobre mí cadaver

La incredulidad y la ira en su tono no dejan lugar a dudas sobre su desaprobación. La atmósfera se llena de murmullos y miradas acusadoras. Abby, con su expresión cargada de ansiedad, parece mantenerse firme, aunque sus ojos reflejan una mezcla de incertidumbre y valentía.

Mikael, visiblemente incómodo, intenta responder mientras los murmullos crecen en intensidad.Abby sale corriendo lejos del caos en la casa y lucho contra mi mismo para no correr tras ella. La noche, que comenzó con promesas de cambios y nuevos comienzos, parece transformarse en un campo de batalla emocional. Cada palabra y cada mirada se sienten como una afrenta, y mi corazón late con una mezcla de deseo y desesperación.

Me doy cuenta de que el reloj avanza y la tensión sigue creciendo. En ese momento, decido que no puedo seguir siendo un espectador pasivo. La sigo para confrontar mis sentimientos y la necesidad de entender todo esto se vuelve urgente.

Abby ha reescrito las reglas de mi vida en una sola noche, y ahora, me encuentro en una encrucijada entre el deseo por una mujer que jamás será mía....

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