ANNIE
El motor del auto de Aaron ruge suavemente mientras avanzamos por una carretera casi desierta, con la melodía envolvente de *"Destiny"* de Rich Miller flotando en el aire, creando una atmósfera íntima. La ciudad, tan viva en otros momentos, parece dormida, como si el mundo entero hubiera decidido darnos espacio para lo que está por venir. Su mano se posa en mi pierna desde el momento en que nos sentamos en el coche, un gesto que parece simple, pero que me hace sentir una corriente eléctrica que sube por mi cuerpo, como si temiera que huyera en cualquier momento.
Me lanza una sonrisa que podría hacer que cualquier mujer se derritiera, y sujeta mi muslo con una firmeza que me hace respirar entrecortadamente. Su toque sencillo, pero lleno de intención, me hace sentir deseada, vulnerable, y emocionada al mismo tiempo.
Llegamos a un edificio en la zona más lujosa de la ciudad, un lugar que habla de lujo y exclusividad en cada detalle. Observo las imponentes estructuras, los brillantes cristales que reflejan las luces de la calle, y no puedo evitar preguntarme nuevamente cómo alguien tan joven puede tener tanto. Mientras repito su nombre en mi mente, una especie de reconocimiento empieza a tomar forma. *Aaron Floyd*. Claro, he escuchado su nombre antes, lo he visto en titulares de revistas, en programas de televisión. Él no es solo un hombre guapo; es un pianista reconocido, un genio musical. Todo empieza a encajar, pero, ¿cómo no me di cuenta antes?
-Eres Aaron Floyd, el pianista! ¿Por que no me lo dijiste?
Su pecho vibra con una risa profunda cuando se percata de mi torpeza.
-Es bueno que te traten como a alguien normal-, dice con una seriedad que me desarma- así tienes la suerte de conocer a gente real.
Sus palabras tienen un peso que va más allá de la simple fama. Mientras él navega por este mundo lleno de falsedades y apariencias, aquí está, buscando algo genuino, algo real. Pero no puedo evitar preocuparme; ¿y si nos tomaron fotografías en el club? ¿Y si mañana todo esto es la comidilla de los tabloides?
Aaron parece leer mis pensamientos.
-El club *Paradise* es un lugar seguro-asegura, y su tono me calma. Luego, con esa sonrisa que me deja sin aliento, agrega- Así que... ¿aún piensas que soy un psicópata?
Sonrío ampliamente, sintiendo una especie de alivio mezclado con la emoción que me provoca estar tan cerca de él.
-No estoy segura- murmuro, jugando un poco.
Pero él no está dispuesto a dejarme en la duda. Su expresión cambia a algo más oscuro, más urgente. Me toma el rostro entre sus manos, y antes de que pueda procesar lo que está sucediendo, sus labios están sobre los míos, devorándome con un frenesí que deja claro que esto es solo el comienzo. Siento su lengua invadiendo mi boca, exigiendo una respuesta que no puedo, ni quiero, negarle. Su cuerpo es firme contra el mío, su aliento caliente en mi piel, y sus besos me hacen sentir como si estuviera a punto de desmoronarme.
Nos movemos rápidamente. Me saca del auto con una facilidad que me sorprende, me carga como si no pesara nada y me lleva hacia el ascensor. Estoy envuelta en su esencia, en su fuerza, y mis pensamientos están demasiado nublados por el deseo como para preocuparme por lo que esto podría significar. Cuando entramos en su apartamento, apenas noto los detalles del lugar; todo lo que puedo sentir es a él, y lo que su presencia me hace desear.
El sonido de la puerta cerrándose detrás de nosotros es como un punto de no retorno. Aaron me lleva directamente a su cama, y yo apenas puedo esperar para deshacerme de mis zapatos, lanzándolos a un lado mientras él hace lo mismo con los suyos. Su destreza al desvestirme es asombrosa, sus manos saben exactamente dónde tocar, cómo acariciar, y su boca... su boca me lleva al borde de la locura mientras se desliza por mi cuello, dejando una marca de su presencia en mi piel.
Los minutos siguientes se disuelven en un torbellino de sensaciones. Mi mente queda completamente nublada cuando me despoja del último vestigio de ropa, y su cuerpo desnudo se revela ante mí. Es impresionante, perfecto en todos los sentidos, y la vista de su miembro erecto, prominente, me hace tragar saliva con anticipación. Lo observo mientras se coloca un preservativo con destreza, sin apartar la mirada de mí, como si el contacto visual fuera tan importante como el acto físico en sí.
Cuando finalmente se adentra en mí, lo hace con una gentileza que contrasta con la intensidad de su deseo. Es grande, y toma su tiempo, permitiendo que mi cuerpo se acostumbre a él antes de empezar a moverse lentamente.
-No imaginas... lo perfecto... que se ve tu rostro en este instante- susurra, sus ojos azules clavados en los míos, y siento que algo más profundo que la simple lujuria se apodera de mí. Sus palabras son tiernas, casi adoradoras, y hacen que mi corazón dé un vuelco inesperado.
El vaivén de sus caderas se vuelve más rápido, más urgente, y yo me aferro a él, mis uñas marcando su espalda, pidiendo más. Mis gemidos llenan la habitación, y él responde con gruñidos de placer, aumentando el ritmo hasta que ambos alcanzamos el clímax al unísono, nuestros cuerpos temblando juntos en una explosión de sensaciones.
Luego, con un suspiro satisfecho, se desploma sobre mí, su pecho subiendo y bajando con respiraciones pesadas mientras me besa en la frente con una ternura que contrasta con lo salvaje que fue todo hace apenas unos momentos.
-Eres hermosa, mujer-dice en un susurro- no sé si seré capaz de dejarte ir después de hoy.
Sus palabras me llenan de una calidez inesperada, una mezcla de miedo y deseo de que quizás esto no sea solo una aventura de una noche. Pero no tengo tiempo para reflexionar sobre ello cuando él se levanta y se dirige a otra habitación, regresando segundos después para levantarme en sus brazos nuevamente.
Me lleva hasta un baño enorme, donde pone a llenar una tina con agua tibia. Me invita a unirme a él, y lo hago sin dudarlo, dejándome caer en el agua mientras él me sigue. Nos lavamos el uno al otro, sus manos recorriendo cada rincón de mi cuerpo, despertando sensaciones que creí que ya no podía experimentar después de lo que acabamos de hacer. Pero Aaron parece ser incansable, y una vez más, me lleva a la cima del placer, esta vez con un toque más suave, más explorador, que me deja flotando en una nube de satisfacción.
Después de varias horas, el agotamiento finalmente nos alcanza, y nos encontramos recostados en su cama, mi cabeza descansando en su pecho mientras escucho el ritmo calmado de su corazón. Hay una paz indescriptible en este momento, una sensación de haber encontrado algo que no sabía que estaba buscando.
Pero sé que esto no puede durar. No soy una mujer que se deje llevar por ilusiones, y mientras él duerme, me levanto con cuidado, sin querer despertarlo. Me visto rápidamente, sabiendo que lo mejor es marcharme antes de que llegue la mañana y con ella, las complicaciones que podría traer.
Busco mi bolso, encontrándolo en la entrada, y saco una hoja de mi libreta para escribir una nota.
*"FUE UNA NOCHE INOLVIDABLE. GRACIAS. BESOS. A."*
Dejo la nota sobre la mesa de noche, y con un último vistazo hacia Aaron, salgo del apartamento, cerrando la puerta detrás de mí con un suave clic.
Mientras camino hacia la calle desierta, una mezcla de emociones me embarga. Sé que mañana, Aaron será solo un recuerdo, un momento en el tiempo que guardaré para mí. Pero por ahora, me permito sonreír, sabiendo que esta noche, he vivido algo que pocas personas tienen la oportunidad de experimentar.
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Updated 41 Episodes
Comments
Maris Benitez
💪💪❤️🔥❤️🔥❤️🔥❤️🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥💥💥💥💥💥💥💥🌟🌟🌟🌟🌟💫💫💫🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵
2024-11-09
1
C Matacruz
jajaja Dios lo dejó el seguro la buscará 😏😀☺️😵💫🙃🤔😛😯😁🤨😕🤪😐😄😊😦😜😊😃😝🙂
2024-10-20
1
Paty Guzman Ceja
jajajajaja sorpesas que da la vida son medios hermanos y ya se los comio a los 2... y ahora que va a pasar cuando se enteren😱😱😱😱😱
2023-09-09
3