Un Encuentro Incómodo

Isidro Montenegro :

Todo el maldito día he tenido en mi cabeza a Sabrina Romano, quien diría que el mismísimo Leonardo Romano apodado el diablo, tendria una hija a si de bella, ahora que la está presentado formalmente, se podría volver un punto fácil, para llegar a él, el es caracterizado, por qué nadie a logrado acercarse a él, ni en lo más mínimo, ni la mismísima DEA, mi tío a andado inquieto desde que salimos de la empresa Romano, y al llegar a casa, se encerró en su despacho, se que odio trabajar con mujeres, dice que son malas, solo quitan tiempo, pero su actitud está fuera de si —podemos hablar —le dijo a mi tío, desde la puerta, este me hace señas de que pase, está sentado viendo algunos papeles

—Que pasa

—Que pasa con la hija de Leonardo, la conoces

—Si, hoy la conocí

—Sabes a qué me refiero

—Ok, si, bueno no.... se parece a la mujer que alejo a tu padre de tu madre, y después ya sabe que paso

—Tio, no soy estúpido, papá siempre engaño a mi madre, nadie es responsable de eso, y sobre su muerte, sabes que siempre he creído que se la merecía por todo el daño que hizo, en especial a mi madre.

—Estas loco, deberías de vengarlo

—Yo no vengare a un maldito infeliz que casi mata a mi madre a golpes frente de mi, a si que tú deberías dejar eso atrás

—No, por culpa de esa mujer, el se volvió a si

—No, no tío, nadie lo obligó a ser un maldito borracho, mujeriego, goleador, ese bastardo solo merece estar en el infierno, hasta mis abuelos están de acuerdo con eso, a si que alejate de Sabrina, deja de culpar al resto por las estupideces y errores de mi padre —sali furioso de ahí, mi tío está obsesionado con hacer pagar a quien acabo con ese infeliz, pero si hubiera podido yo, yo mismo lo hubiera mandado al infierno, pero en aquel entonces era un niño, ahora debo hablar con él Señor Leonardo prevenirlo de mi tío

—Hijo estás bien

—No abuelo

—Que hizo ahora tu tío

—Nada aún, hoy conocimos a la hija de Leonardo Romano, y el jura que es la hija de la amante de mi padre, a la que mato

—Y que le hará a esa joven.

—No se, está furioso, desde que la vio, y más se enojo por qué firme el contrato de la mercancía con ella, que ahora es la Ceo, pero si fuera hija de esa mujer, ella que culpa tiene de lo que hayan hecho nuestros padres, aparte mi padre mató a su madre, a si que si los Romano tuvieron que ver con lo de... De mi papá, se lo merecía

—Hijo te apoyo, hablaré con tu tío, para que no haga ninguna locura —solo asentí y me fui a ver otras cosas, para despejar la mente, pase todo el día fuera de casa, al llegar me duche, y me puse algo casual para ir al Bar con Alonso, necesito algo de distracción, llegó al bar y Alonso ya está ahí esperandome.

—Lo siento, se me fue el tiempo

—No hay problema, voy llegando, entramos

—Si —nos dieron una mesa en el área VIP, y ví que la mesa VIP del otro extremo estaba ocupada, por dos mujeres y un chico, era una rubia y otra castaña, solo que estaban de espaldas, la rubia vestía un shorts negro, y una blusa que dejaba ver parte de su espalda, y su cabello suelto, la castaña llevaba un vestido azul, pegado al cuerpo

—Se ven bien ¿No?

—Estan de espaldas y sentadas

—Vamos allá, y lo averiguamos —asenti y caminamos hasta ellas, se reían, al llegar se callaron y mi sonrisa fue ver esos ojos azules intensos, al verme se le borro la sonrisa, y levantó una ceja

—Que haces aquí tu

—Vine con mi amigo

—Aja, también te mando tu tío a vigilar-me —dijo esto algo molesta, a lo que no entendí, pero eso quería decir que mi tío ya había hecho de las suyas

—No se de que hablas

—¿A no?, pues mira deja te dijo, sus hombres me chocaron, me venían siguiendo, a si y mate a uno, y al otro lo deje herido, ahora sí sabes de que habló

—De hecho no, pero lo averiguaré —sali de ahí furioso, odie ver como me miró ella, como con despreció, odio, resentimiento y logré sentir en sus palabras nervios, como que algo más escondió, llegó afuera y siento una mano detenerme

—Espera, seguro no sabes nada —solo niego

—No, y se lo adverti, que no se te acercara, ahora me escuchará

—Es tu tío, por qué lo enfrentarias.

—Si, y también el esposo de mi madre y eso jamás me a detenido para dejarle claro cuál es su jugar, tal vez jamás la golpeó, pero es igual a el —subi a mi auto dejándola ahí, acelere hasta perderla de vista, llegué a casa y me baje, estaba en el salón, mi madre, mi tío y mis abuelos, riendo de algo, al verme todos me miraron sin entender mi estado —te advertí que no te le acercaras —mi madre me ve confundida

—De que diablos hablas Isidro

—De Sabrina, te dije que no te metieras con ella, y tienes prohibido usar a mis hombres para tus estupideces, te recuerdo que está mafia es mía, yo soy el jefe, si quieres seguir siendo parte de ella, está es la última vez que haces algo sin mi autorización, y sin mi consentimiento, por qué te juro que se me olvidará que eres mi tío, al final llevas la misma sangre de ese bastardo mal parido

—¡ISIDRO BASTA! —grita mi madre

—No, el debe entender cuál es su lugar, y te quiero lejos de Sabrina, o de su familia, y está es solo una advertencia y me conoces bien Tío —me di media vuelta y subí a mi auto, llendo hasta mi departamento, dónde suelo ir cuando no estoy de humor para nadie...

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