Melina
Mi madre siempre me llama Blancanieves, pero no te engañes, es por mi cabello blanco. Me dijeron que es una condición genética y que lo heredé de mi bisabuela y de mi abuela paterna.
Pero mi cabello blanco se convirtió en motivo de burlas crueles por parte de otros niños en la manada. Sin embargo, decidí no molestar a mis amorosos padres con eso hasta que cumplí diez años y vi a todos mis compañeros pasar por la transformación… menos yo.
Aquello me destruyó. Los pocos niños que intentaban acercarse se alejaron para jugar con sus amigos lobos. Yo me quedaba al borde del claro, escondida entre las sombras de los árboles, todo el día viéndolos divertirse.
Cuando cumplí quince años, decidí que ese ya no era mi lugar. Que debía esperar a ser mayor de edad e irme a la ciudad vecina. Nada más de manada ni de lobos para mí.
Hasta que cumplí dieciséis. Después de que mis padres me prepararan una fiesta sorpresa —invitando a los adolescentes que ellos pensaban que eran mis amigos, y ninguno apareció— terminé corriendo hacia el bosque que ya conocía muy bien.
Entre mis gritos deseando desaparecer de allí y mi llanto persistente, comencé a sentir algo diferente dentro de mí. Era real, como si una voz hablara en mi mente.
—Eh, deja de llorar como una niña. No sabía que me necesitabas tanto así.
Después de eso, sentí que mi cuerpo cambiaba: mis piernas, brazos, columna… cada hueso parecía seguir una danza extraña. No dolía, pero todo se movía como si no me perteneciera.
Y entonces estaba corriendo en cuatro patas, y un nombre resonaba en mi cabeza: Havy.
—¿Qué es Havy? —pregunté, confundida.
—Soy Havy. Somos Havy. Soy tu loba —respondió la voz dentro de mí.
La emoción me invadió. Finalmente había pasado por mi transformación. Ver nuestro reflejo en el río me hizo reconciliarme con mi cabello blanco. Era hermoso, como el pelaje de Havy.
Una semana después, llegó algo para lo que no estaba preparada: la bruma. Estaba en mi habitación, sola. Mis padres habían salido a uno de sus paseos nocturnos. La casa estaba en silencio.
Mientras me distraía con el celular, comencé a sentirme extraña. Una oleada de calor me recorrió, concentrándose en mi vientre. Una inquietud interna, desconocida. Me movía sin saber qué hacer, hasta que algunos aullidos afuera llamaron mi atención, y Havy quiso responder.
—No. No vamos a hacer eso. —le dije— Nuestra vida no está aquí, Havy. Cuanto antes lo aceptes, mejor.
Corrí al baño y llené la bañera con agua fría. Me quité la ropa apresurada, buscando calmar aquella inquietud con el agua helada.
Pero no fue suficiente. Mi mente seguía agitada, mi cuerpo en alerta. Fue una noche difícil, como si algo dentro de mí despertara por primera vez. Algo que pedía compañía. Me limité a respirar hondo y a distraerme con otras cosas, intentando dormir.
Esa fue mi primera experiencia con la bruma.
No sabía que cada temporada sería más intensa… hasta encontrarme, a los diecinueve, escapando al bosque para respirar lejos de todo. Me detuve en medio del camino y volví a mi forma humana.
Por suerte, siempre llevaba una pequeña bolsa atada al tobillo con un vestido dentro, ya que cada transformación me dejaba sin ropa. Me vestí y corrí a la casa de mi difunta abuela, mi refugio durante los días de bruma.
Al llegar, me tumbé en la cama con el corazón acelerado. Cerré los ojos e intenté calmarme… hasta que un olor desconocido invadió mis sentidos.
Era un aroma envolvente, dulce y salvaje a la vez. Me envolvió como una caricia invisible, despertando mi atención. Al abrir los ojos, me encontré con la mirada profunda de un enorme lobo negro frente a mí.
—Aléjate… —susurré, sin saber si él me entendía.
Pero no se fue. Subió lentamente a la cama, como si supiera que yo no podía moverse. Su presencia no era amenazante, sino misteriosa… hipnótica.
Se quedó cerca de mí, en silencio. Nos miramos por largos segundos. Su energía parecía hablar más que cualquier palabra. Yo no podía apartar la vista de él.
Sentí una extraña calma envolviéndome. Y después, oscuridad.
Cuando desperté, ya era de noche. Él se había ido. Me pregunté si todo había sido una ilusión provocada por la bruma. Un delirio de soledad. Un deseo silenciado.
Ahora solo me queda seguir… hasta que la próxima bruma vuelva a arrastrarme hacia lo desconocido.
Melina
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Updated 38 Episodes
Comments
Rosa Martinez
Linda chica 😘
2025-08-11
0
JZulay
hermosa Melina 😍👌🏼
2025-08-10
0