Cómo una sombra

Cristóbal, fija sus ojos en las simples líneas que están escritas en ese pedazo de papel, son breves. No hay explicaciones, solo unas pocas frases que dejan en claro que "No puede casarse con él"

Por un momento, el mundo parece detenerse para Cristóbal. Su rostro, que normalmente refleja un control absoluto se congela. Sus ojos recorren las palabras una y otra vez, como si al leerlas de nuevo pudieran cambiar el significado. Pero no hay escape: alguien por primera vez en su vida lo ha rechazado, y no lo ha hecho en privado, sino frente a cientos de personas.

La sala se sumerge en un incómodo silencio, mientras los rumores comienza a extenderse entre los invitados. Cristóbal permanece inmóvil, todavía sosteniendo la hoja entre sus manos, como sí su mente se hubiera bloqueado al tratar de procesar lo ocurrido. Su ego, tan grande como su fortuna, comienza a tambalearse bajo el peso de esta humillación pública.

Sin embargo, no es un hombre que acepte la derrota fácilmente. Después de unos minutos de silencio, levanta la cabeza, endereza su postura, y con voz firme y autoritaria, anuncia que la ceremonia no se llevará a cabo. No, da más explicaciones. No muestra emoción, solo un control frío que oculta el caos interior que debe estar sintiendo en esos momentos. Ordena a los organizadores que continúen con la recepción como si nada hubiera pasado. Sí va a ser humillado, al menos lo será en sus propios términos.

La recepción continúa, como si la boda se hubiera realizado con éxito, los invitados disfrutan del champán más caro, la comida del chef de renombre, y la música de una orquesta que parece ajena al drama que se ha desatado. Cristóbal se mezcla entre los invitados, ofreciendo sonrisas forzadas y conversaciones triviales. Pero sus ojos, siempre tan calculadores, ahora reflejan algo que nunca había mostrado antes: vulnerabilidad.

Cuando finalmente la noche llega a su fin, y los últimos invitados se marchan, él se queda solo en la enorme sala de la recepción, rodeado de flores marchitas y copas vacías. Por primera vez en mucho tiempo, el silencio lo envuelve, y con él, la realidad de lo ocurrido. Ya no hay máscaras, ni público, ni apariencias que mantener. Solo un hombre. Con todo el dinero del mundo, enfrentándose a un vacío que ninguna cantidad de riqueza puede llenar.

Después de aquel día no volvió a ser el mismo. El rechazo público en la iglesia, el escándalo entre la élite que lo observaba con ojos expectantes, y. La cruel verdad de haber sido plantado por la mujer que pensó tener bajo su control. Lo marcaron de una manera irreversible. Lo que quedó de aquel hombre fue una versión endurecida, fría y carente de cualquier sentimiento, como si esa humillación hubiera congelado para siempre su corazón, y cualquier emoción que pudiera experimentar. Si antes podía tener una media sonrisa arrogante, ahora no la hay. Solo los reflejos y su rostro enmarcan una emoción dura, y con desprecio hacia los demás.

En los siguientes días desapareció de la vista pública. Se refugió en una de sus múltiples propiedades, un ático de cristal que domina la ciudad desde las alturas. Allí, rodeado de lujo, pero aislado de todo, empezó a transformar su orgullo herido en una coraza impenetrable. Eliminó cualquier rastro de vulnerabilidad de su vida. Si antes se mostraba prepotente y seguro, ahora parece una máquina que funciona únicamente con lógica, objetivos y resultados.

Las personas que trabajan para él, pronto notaron el cambio. Su mirada, antes era arrogante,, pero viva ahora es glacial, vacía. Su tono de voz, se volvió monótona, como si cada palabra fuera calculada, para causar el mayor impacto con el menor esfuerzo emocional. Las reuniones con los socios se convirtieron en sesiones tensas donde nadie se atreve a contradecirlo. Ya que no se interesa más en las bromas, en los elogios ni en los juegos de poder. Todo se redujo a negocios: cifras, contratos y expansiones.

Cortó cualquier lazo que pudiera conectarlo emocionalmente con el mundo. Sus amistades, si es que alguna vez tuvo. Fueron descartadas como piezas inservibles. La familia: Su madre, su único familiar, que siempre había estado en segundo plano, la desapareció completamente de su vida. Incluso esas relaciones, que mantenía con algunas amantes, que antes solían ser una sucesión de conquistas. Para alimentar su ego, se convirtieron en encuentros transaccionales, carentes de afecto o interés genuino. Para el, las emociones eran un lujo innecesario, un riesgo que no estaba, dispuesto a tomar de nuevo.

Su mansión, que antes había sido un símbolo de ostentación y vida social, se convirtió en un lugar frío y silencioso, casi como un museo. Las fiestas y los eventos quedaron atrás. fueron reemplazados por largos periodos de soledad en su despacho, con la única compañía de sus pensamientos y las luces de la ciudad que parpadeaban en la distancia. incluso los objetos más personales, como las fotografías de su relación fallida, fueron eliminados. No quería recordar nada de ese día, ni de lo que alguna vez significó para él.

Enfocó toda su energía en construir su imperio. Si antes trabajaba por ambición y deseo de poder, ahora lo hacía con un propósito casi vengativo. Cada decisión que tomaba parecía ser una declaración silenciosa al mundo: nadie podría volver a humillarlo, nadie volvería a dañarlo. Su fortuna ya inmensa creció exponencialmente más en en los próximos 5 años, pero con ella también creció su aislamiento.

Los pocos que lograban interactuar con él, después del incidente lo describían como un hombre inhumano, alguien incapaz de empatizar o mostrar la más mínima emoción. Las personas que, para él ya no eran individuos, sino herramientas, para lograr su objetivo. Si alguien fallaba, era reemplazado sin piedad alguna. Sí alguien intentaba acercarse demasiado a él. Era rechazado con una frialdad inigualable.

Aunque desde afuera parecía más poderoso que nunca, los rumores comenzaron a circular entre quienes lo conocían. algunos decían que había perdido la capacidad de amar. otros que vivía atormentado por el recuerdo de aquel día en la iglesia. Pero nadie podía confirmarlo. Solo decían que su "corazón se había vuelto una piedra" Porque jamás permitía que alguien se acercara lo suficiente como, para conocerlo de verdad.

Así el Billonario Cristóbal Devereaux. Qué una vez fue arrogante y prepotente, lleno de vida, se convirtió en una sombra de sí mismo: un hombre frío, calculador, su única motivación, era que jamás volvería a experimentar dolor como el que lo había terminado por destruir. Pero en ese proceso había perdido algo fundamental: la capacidad de sentirse humano.

¿Que pasará con este billonario solitario. Aparecerá alguien que pueda cambiar su vida por completo?

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Comments

Maya

Maya

Espero que no sea esa típica historia que aparece una nueva chica y quiera desquitarse con ella lo que le hizo la otra Debería vengarse de quien lo dejó en el altar el tiene el poder de dejarla en la calle

2025-08-06

5

Alicia💕

Alicia💕

si se va a desquitar con la chica buena que aparezca en su vida que sea una chica que de batalla y que no sea una mansa paloma 🕊️ también que no se deje humillar por ningún imbécil

2025-08-07

1

Jesus Castro Montero

Jesus Castro Montero

Esperemos que pasa el no puede desquitar su enojo en otra mujer debió preguntarle si esta segura de casarse con él y así evitar malos contratiempos

2025-08-21

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