—Chicas, no os separéis mucho, que estos dos son unos terremotos.
lidia (madre)
—Ya lo sé, Paola, siempre están metidos en líos. Pero son buenos chicos.
Neizan y Luke corren hacia una máquina de juegos. Elisabet los sigue con paso decidido, cruzada de brazos.
Neizan (7 años)
—¡Vamos, Luke! A ver quién gana esta vez.
Luke ( 7 años)
—Claro que yo, hermano. Prepárate para perder.
Elisabet (6 años)
—Vosotros dos sois unos inmaduros. Siempre peleando.
Las madres se ríen, hablando entre ellas mientras vigilan a los niños.
Paola Grimm ( madre)
—Recuerdo cuando eran bebés, y ya discutían por quién lloraba más.
lidia (madre)
—Y ahora miraos, casi como si fueran hermanos de verdad. Aunque Elisabet es más independiente
Neizan (7 años)
—Ella sólo dice eso porque no quiere admitir que la protegemos.
Elisabet (6 años)
—No necesito que me protejáis todo el tiempo, gracias.
Luke ( 7 años)
—Seguro que sí… la pequeña Elisabet toda dura.
Elisabet frunce el ceño y se cruza de brazos, desafiándolos con la mirada.
Elisabet (6 años)
—No soy la pequeña, ¿vale? Sólo porque sois gemelos no tenéis derecho a hacer conmigo lo que queráis.
Neizan (7 años)
—Tranquila, Eli. Sabes que es por protegerte.
Luke ( 7 años)
—Sí, aunque a veces se nos vaya un poco la mano.
Las madres se miran y sonríen, conscientes de lo intensos que son los tres.
Paola Grimm ( madre)
—Vosotros tres sois inseparables, eh!
lidia (madre)
—Pero ya veréis, que con la edad cambian las cosas y hay que dejar que cada uno encuentre su camino.
Ahora, 10 años después
Elisabet se levanta con el ceño un poco fruncido, recordando lo agotador que fue el día anterior. Se cambia rápidamente, eligiendo algo cómodo pero con estilo para ir al instituto.
En la calle, la espera Ana, una chica Beta simpática y tranquila, que siempre está ahí para Elisabet. También llega Erik, un Alfa con aura tranquila y segura, amigo de ambos.
Ana ( Omega)
—¿Lista para el día? Hoy tenemos matemáticas y tú sabes que eso es guerra.
Erik ( Alfa)
—Tranquila, Ana. Con un poco de suerte, el profe nos dejará tranquilos.
Elisabet ( Omega.D)
—Ojalá… Aunque prefiero preocuparme por otras cosas.
En el instituto, Elisabet camina junto a Ana y Erik por el pasillo lleno de estudiantes.
Ana ( Omega)
—Eli, ¿te pasa algo? Pareces un poco… diferente hoy.
Elisabet no sabe muy bien cómo responder, siente algo extraño, como una mezcla de nervios y tensión.
Erik ( Alfa)
(¿Eso son feromonas? Definitivamente… ella está liberando.)
Erik se acerca un poco más, inconscientemente atraído por el aroma sutil que Elisabet no nota. Su pulso se acelera, y una sonrisa tímida se dibuja en su rostro.
Erik ( Alfa)
—¿Estás bien, Elisabet?
Elisabet ( Omega.D)
—Sí, sí… solo un poco cansada, nada más.
Ana mira a Erik con una sonrisa pícara, entendiendo la situación mejor que Elisabet.
Ana ( Omega)
—Seguro que solo son los nervios.
Elisabet se encoge de hombros, ignorando la pequeña tensión que ha surgido entre ellos.
Mientras tanto, en casa de Elisabet…
Un sonido extraño y húmedo llama la atención. La tubería de la cocina se ha roto y el agua comienza a inundar el suelo rápidamente.
lidia (madre)
—¡No puede ser! ¡El agua está entrando en la cocina!
Ella corre a cerrar la llave principal, mientras el agua empieza a empapar las paredes y se extiende hacia el salón.
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si veis algo q esté mal o alguna falta de ortografía o algo no tiene sentido decirlo porfavor q es mi primer novela
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