Mi momento de euforia duró poco. Apenas había bajado el brazo, todavía saboreando la pequeña victoria, cuando una brisa helada me envolvió. Era el tipo de frío que no tiene nada que ver con la temperatura ambiente, sino con la presencia de algo... anómalo. Mis pelos de la nuca se erizaron.
Una sombra gigante se asomaba desde arriba del templo no entraba por los pergaminos de protección, Y no estaba sola. Decenas de formas oscuras, etéreas, empezaron a manifestarse, del suelo, incluso del aire. Eran los fantasmas a los que ya estaba acostumbrado, pero esta vez, su energía era diferente. Más intensa. Más desesperada. Susurros, antes apenas audibles, se volvieron un coro cacofónico de lamentos y ruegos.
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Él viene
Dijo una voz sibilante, que sentí justo lado de mi oído, tan cerca que sentí un aliento frío.
La sangre se me heló un ser capaz de manifestar sus habilidades a pesar de tener un pergamino protegiendo el templo era muy peligroso su energía no era normal
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No puedes esconderte," añadió otra, resonando desde el otro lado de la entrada.
Ren Hikari
¿¡Quién viene!?", grité, mi voz resonando en el aire. Mis ojos, antes llenos de cansancio, ahora brillaban con una determinación que no sabía que tenía.
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#$$##...", el nombre escapó de mi boca como un susurro aterrador, apenas audible por encima del lamento de los espíritus.
El nombre no podía entender rebotaba en mi mente, pero no lograba entenderlo. Mi confusión crecía, un nudo apretado en el estómago al ver cómo los espíritus, antes caóticos, ahora se arremolinaban frenéticamente frente al templo. Un terror incomprensible los invadía. Estaba a punto de volver a preguntar, de exigir una explicación, cuando la Abuela alia salió.
Su mirada era de hielo puro, y en sus manos sostenía un frasco de agua bendita y una serie de pergaminos cubiertos de cánticos. Sin titubear, lanzó el agua. Un grito desgarrador, un coro de pánico absoluto, brotó de los espectros mientras los pergaminos volaban por el aire. Uno a uno, los seres se retorcieron, se disolvieron, desapareciendo como humo en el viento.
Mi abuela, no solo había sentido el cambio en la energía de los fantasmas; lo había sabido. Su rostro, antes duro por el esfuerzo del ritual, se crispó con una preocupación que rara vez le había visto. Sus ojos, profundos y sabios, buscaron los míos con una intensidad que me hizo tragar saliva.
Alia hikari
Es por #$@#, murmuró, su voz apenas un hilo, pero cargada de un peso que me heló el alma. "Los espíritus lo presienten. Se están volviendo locos de terror
Alia hikari
"Los dioses me hablaron de la llegada de la nueva Parca. Es... muy peligrosa." La Abuela Alia se giró hacia mí, sus ojos cargados con una preocupación que me oprimió el pecho. "Ren, por favor, no te involucres con el. Ese ser está lleno de peligros. Tu vida se volverá un caos, mi niño. No dejes que te devore."
Me quedé helado. ¿Quién era ese ser? ¿Por qué no podía escuchar su nombre? ¿"La nueva Parca"? Mi mente era un torbellino de preguntas sin respuesta. Volví la mirada al lugar donde el fantasma había sido, brutalmente, desintegrado por mi abuela. Cerré los ojos con fuerza, intentando borrar la imagen, intentando borrar el miedo.
Ren Hikari
Buenas noches, abuela," dije, mi voz sonando extrañamente hueca, incluso para mí. "Mañana tengo clases."
Ella no dijo nada. Pero sentí su mirada, pesada y preocupada, clavada en mí. Era la mirada de alguien que sabe. Que ya conoce mi destino.
Comments
Lady Veliz
Está interesante la historia tiene mucho potencial
2025-07-28
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