03: El rostro de la rareza.

Yasu
Yasu
Quítate de encima mío.
Yasu
Yasu
Ahora.
Michio
Michio
Vamos... no seas aburrido.
Mis caderas dibujaban círculos sobre su entrepierna mientras me sostenía de sus hombros.
El tipo me miró sin alguna expresión, sus ojos carentes de sentimiento mientras apretaba mi cadera y me bajaba de su regazo a la fuerza.
Jun
Jun
Déjalo dulzura, es un amargado.
Jun
Jun
Anda ven aquí, ven conmigo.
Lo miré de reojo, sus piernas ligeramente separadas y sus brazos abiertos invitándome a entrar.
Se veía un cliente con mucho dinero pero...
Ese hombre en verdad me había hecho enojar.
Michio
Michio
No.
Michio
Michio
Lo quiero a él.
Mis ojos volvieron a encontrarse con los de él, sus pupilas color marrón. Carentes de vida, parecía una expresión esculpida.
Con la razón abandonando mi mente y mi cuerpo reaccionando a sus malditas palabras. Me abalancé con fuerza sobre él, capturando sus gruesos labios en un beso.
Yasu
Yasu
¿¡Qué demonios!?
Mis labios pegados a los suyos.
Sujetó mi cuello para que me apartara de él.
Esto jamás me había pasado.
¿Por qué era tan diferente?
Yasu
Yasu
¡Te dije que te apartaras de mí!
Michio
Michio
¿Esto es en serio?
Su expresión estoica había cambiado, ahora si se veía molesto.
Jun
Jun
En verdad eres un tarado.
Jun
Jun
Tienes a esta belleza lanzándose sobre ti...
Jun
Jun
¿Y de verdad no vas a hacer nada?
Yasu
Yasu
Si tanto lo quieres tú, te lo regalo.
Jun
Jun
No, tu amargura me mató las ganas.
Jun
Jun
Iré a ver que encuentro en la barra.
Jun se levantó de la mesa, dando a su hermano y al chico sobre sus piernas una última mirada con una sonrisa traviesa.
Jun
Jun
Anda, convencelo.
Jun
Jun
Te deseo suerte.
Me guiño el ojo y se dio media vuelta, yendo hacia la barra de bebidas.
Michio
Michio
¿Ya me puedes soltar el cuello?
Michio
Michio
Me vas a lastimar.
Yasu
Yasu
•••
Él me soltó lentamente, la marca de su mano adornando mi cuello.
Yasu
Yasu
Lo siento.
Michio
Michio
¿Por qué te disculpas?
Sus ojos bajaron hasta mi cuello.
Michio
Michio
Ah... ¿esto?
Michio
Michio
Pensé que lo habías hecho a propósito.
Michio
Michio
Pero... supongo que no importa de todos modos.
Me miró fríamente y sacó otro cigarro de la cajetilla para empezar a fumarlo.
Yasu
Yasu
Ya te puedes ir.
Michio
Michio
¿Y dejar a medio terminar mi trabajo?
Yasu
Yasu
Aquí no hay nada que hacer.
Una media y amarga sonrisa invadió mi rostro, realmente este tipo me hacía enojar.
No sabía como, pero le arrancaría esa expresión de indiferencia del rostro a como diera lugar.
MINUTOS DESPUÉS...
Había conseguido convencerlo después de charlar un rato.
Ahora nos dirigíamos a un cuarto privado.
Sinceramente, no lo veía muy convencido. Pero prometió darme un buen fajo de billetes si me callaba de una vez e hiciera lo que tenía que hacer.
Así que acepté.
¿Cómo podría rechazar una oferta como esa?
Caminando por las habitaciones buscando una que estuviera abierta. Los sonidos de las demás se escuchaban perfectamente tras las puertas.
A él parecía no gustarle por las muecas de asco que hacía.
Realmente no terminaba de entender...
¿Sí le daba tanto asco que hacía aquí?
Estaba a punto de preguntarle, hasta que mis oídos captaron algo que hubiera preferido nunca escuchar.
Gritos de una voz familiar...
Provenientes de una habitación hasta el fondo del pasillo.
Yori
Yori
¡YA BASTA!
Yori
Yori
¡A- AH! ¡ME ESTOY DESAGARRANDO!... ¡EN VERDAD!
Mi cara palideció. La voz suplicante y rota de Yori tras la puerta de aquella habitación.
Michio
Michio
Yori...
Yasu
Yasu
¿Te pasa algo?
Su voz me trajo devuelta a la realidad.
No podía hacer nada por él.
Mi cuerpo empezó a temblar y mis manos se apretaron a cada lado de mis piernas, me mordí el labio con fuerza para poder responder.
Michio
Michio
No, no pasa nada.
|EN LA HABITACIÓN|
No llevaba la cuenta de cuantas veces lo habíamos hecho ya.
Frank estaba sentado en una silla cercana, viendo todo el "espectáculo" cómodamente desde ese lugar.
Yori
Yori
P- por favor... solo necesito... necesito agua...
Mi cuerpo estaba inmovilizado contra la cama, las esposas baratas maltratando la piel de mis muñecas.
Frank
Frank
¿Agua, dices?
Frank se levantó de su silla, se acercó hasta mi y levantó mi mentón.
Vaciando la copa de whiskey que tenía sobre mi cara.
Frank
Frank
Cierra la boca y aguanta.
Respiré entrecortado mientras sentía las embestidas salvajes de tres hombres nuevamente dentro de mí.
Frank me veía, sus ojos con ese toque de malicia.
Yori
Yori
Eres un desgraciado...
Él sonrió, la cámara en su mano apuntando directamente hacia mí. Grabando cada maldito segundo de la humillación qué me estaba haciendo pasar.
Frank
Frank
¿En serio?
Frank
Frank
Y yo que creía que querías pagar tus deudas...
No le respondí, el dolor era tan intenso que me obligaba a morder con fuerza cualquier cosa que me encontrara.
Frank
Frank
De verdad eres patético... una rata más en la alcantarilla.
Frank
Frank
Das vergüenza.
Las lágrimas caían desde mis ojos, la sangre corría de entre mis piernas y él lo disfrutaba.
Frank
Frank
¿Con tan ya poco estás sangrando?
Frank
Frank
Pero si solo son tres...
Frank
Frank
¿Así como esperas soportar a los demás?
Yori
Yori
¿Q- qué?
La puerta se abrió repentinamente, las figuras de al menos unos cinco hombres detrás de ésta.
Yori
Yori
Frank... espera
Frank
Frank
¿Qué quieres que esperé?
Yori
Yori
¡Esto no es...! ¡AH!
Frank
Frank
Un buen día de estos haré que te cosan la boca.
Yori
Yori
¡ESTO NO ERA PARTE DEL TRATO!
Frank soltó una risa que me estremeció hasta el alma.
Yori
Yori
No lo hagas...
Yori
Yori
En serio… Te lo ruego.
Frank
Frank
Mm, realmente no quiero parar.
Frank ladeó la cabeza, invitando a los otros hombres a pasar mientras volvía a fumar.
Me rodearon, me tiraron al suelo y uno de ellos pisó mi cabeza con su pie.
Frank volvió a acercarse, arrodillándose frente a mí.
Una cinta gris gruesa descansaba en su mano.
Sentí la textura poco después cubriendo mi boca.
Frank
Frank
Ahora...
Frank
Frank
Vas a sangrar.
《▪︎▪︎▪︎》
Encontramos una habitación un poco después.
En cuanto la abrimos el olor fuerte a perfume me golpeó en la cara como un bate de béisbol.
Me tambaleé al entrar e intenté sostenerme de la pared.
Para mi sorpresa...
Las manos de aquel hombre me sostuvieron de caer.
Michio
Michio
¿Qué haces?
Yasu
Yasu
Pensé que te ibas a caer.
Me sentí raro. Nadie jamás se había molestado en atraparme cuando estaba al borde de desmayarme.
Supongo que... fue algo muy humano de su parte.
Michio
Michio
Gracias.
Michio
Michio
Estoy bien ahora.
Me aparté rápidamente de él y cerré la puerta de la habitación con fuerza.
De inmediato lo acorralé contra una pared, empezó a besarlo con fiereza y sus manos viajaron a mi cadera.
Poco a poco me fui quitando la ropa, la ombliguera fue lo primero en caer al suelo.
Me sorprendía que hasta ese momento no me hubiera tocado, así que decidí poner sus manos sobre mí pecho.
Cuando nos sepáramos del beso, sentí como sus labios empezaron a besar mi cuello.
Se sentía...diferente.
Usualmente los clientes solían morderme con mucha fuerza, pero él no lo hacía.
Me besaba con delicadeza, como si realmente me quisiera.
Michio
Michio
Ah...
Sus grandes manos recorrieron mi cuerpo. Eran muy ásperas, pero no como las de Frank.
Eran cálidas... recorriendo mi cuerpo con cuidado.
Hasta que se detuvo abruptamente.
Yasu
Yasu
¿Por qué tienes tantos golpes en el pecho?
CONTINUARÁ...
Capítulos

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play