Flash vs El Coleccionista

Wally West
Wally West
De vuelta con el grupo: Wally y el grupo casi llegaban a su destino. —Bueno, ya casi llegamos.
Y entonces, llegaron. La puerta de la casa de Wally se abrió, y una ola de sorpresa recorrió al grupo.
Gus Porter
Gus Porter
—¡Wow! —exclamó Gus—. ¡Esto se ve… como si nadie viviera aquí!
Hunter
Hunter
—Está tan limpio que es sospechoso —murmuró Hunter, revisando las esquinas con desconfianza.
Vee
Vee
—¡Y hay flores! —dijo Vee, encantada.
La tarde en Central City se volvió dorada por las luces del ocaso. El grupo se había acomodado en la sala de Wally, entre cojines viejos pero cómodos, latas de soda abiertas, y risas que hacían olvidar —por un rato— todo lo que habían dejado atrás. Y entonces… llegó la pizza. Un repartidor, completamente agitado, sudando como si hubiera corrido una maratón, tocó la puerta.
—P-pedido para… Wally West —jadeó, con el casco torcido.
Wally West
Wally West
—¡Ese soy yo! —dijo Wally mientras le daba propina y lo guiñaba un ojo.
El repartidor miró su mano. Había un billete donde antes no había nada. —…¿cómo hizo eso?
Wally West
Wally West
Wally cerró la puerta con una sonrisa. —Magia. Bueno… casi.
Colocó las cinco cajas de pizza sobre la mesa, el aroma llenando la sala como una bendición celestial. Todos se acercaron con entusiasmo.
Pero mientras todos tomaban sus respectivas porciones, Wally se detuvo. La caja se abrió frente a él. Queso derretido. Salsa roja. Orillas crujientes. Pepperoni en forma de rayo.
Wally West
Wally West
El dilema golpeó de frente. —...Maldición. En su cabeza, una sola palabra sonó como una alarma: “METABOLISMO.”
Como velocista, su cuerpo consumía energía a un ritmo inhumano. Normalmente necesitaba comer el equivalente a un banquete por cada pequeña carrera. Podía comer una pizza entera como entrada. Pero ahora... Tenía siete pares de ojos sobre él. Y si se comía seis rebanadas en cinco segundos, Luz lo descubriría todo. Así que suspiró… y tomó dos miserables rebanadas.
Wally West
Wally West
Una lágrima imaginaria recorrió su alma. —Este es el verdadero sacrificio de ser un héroe... —pensó.
De suerte, nadie dijo nada. Gus y Hunter estaban ocupados discutiendo sobre cuál hechizo sería más útil en la Tierra; Vee inspeccionaba una planta como si fuera alienígena; Willow hablaba con Camila sobre vegetales que vuelan (literalmente); y Luz… Estaba mirando a Amity.
Wally West
Wally West
Wally notó la mirada y sonrió para sí mismo. Después de un sorbo de soda, decidió romper el hielo. —Entonces, Luz… ¿cómo conociste a Amity?
Luz Noceda
Luz Noceda
Ella se puso roja como un tomate. —¡¿Yo?! ¿Amity? ¡Pues… eehh… ya sabes!
Amity Bright
Amity Bright
Amity entrecerró los ojos, cruzándose de brazos con elegancia. —¿Sí, Luz? ¿Por qué no lo cuentas tú?
Wally West
Wally West
Wally rió. —Vamos, no tienes que contarme detalles románticos si no quieres… sólo cómo se conocieron.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Está bien —dijo Luz, suspirando—. Todo empezó cuando llegué a un... internado. Una especie de escuela. Ahí conocí a Willow primero, luego a Amity, después a Gus… y Hunter llegó un poco más tarde, aunque al principio no era tan... amigable.
Hunter
Hunter
Hunter resopló. —Tampoco ustedes eran muy… cálidos.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Y Vee es... mi clon! —añadió Luz de golpe, y luego se tapó la boca.
Todos la miraron.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Digo! ¡Clon de ternura! ¡Porque es tan parecida a mí que… que…! ¡Ja ja ja!
Wally West
Wally West
Wally alzó una ceja. —¿Internado raro? ¿Clones? ¿Escuela mágica? ¿Y nunca me lo contaste?
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡Técnicamente no preguntaste! —dijo Luz nerviosamente, sudando un poco. Y entonces, sin querer, se le escapó: —Todo fue en las Islas Hirvientes…
Silencio total.
Wally West
Wally West
Wally parpadeó. Luego levantó una ceja lentamente. —…¿las qué?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se congeló. Literalmente. Sus piernas se tensaron, su espalda se erguió como un poste. Todos la miraban.
Amity Bright
Amity Bright
Amity puso una mano en su hombro. —Dilo. No hay vuelta atrás.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz respiró hondo. —Las Islas Hirvientes. Es un mundo. Otro mundo. Con magia, criaturas extrañas, demonios, brujas y… y fue donde estuve por meses. Donde conocí a todos. Donde cambió mi vida.
Wally West
Wally West
Wally la miró por varios segundos. Luego soltó el aire, cruzó los brazos y asintió. —Okey… eso explica muchas cosas.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¿No vas a hacer muchas preguntas raras o bromas como siempre? —preguntó Luz.
Wally West
Wally West
—Estoy digiriendo. Literalmente y figurativamente —respondió Wally, levantando la segunda rebanada con dolor fingido—. Pero una cosa sí debo decir: si ustedes vienen de otro mundo… Miró a Amity, Willow, Hunter, Gus y Vee. —Entonces eso los hace metahumanos.
Amity Bright
Amity Bright
Amity frunció el ceño. —¿Meta qué?
Wally West
Wally West
Wally se levantó y empezó a caminar mientras hablaba, como si estuviera en una presentación estilo documental. —Metahumanos. Personas con habilidades que sobrepasan los límites humanos normales, usualmente debido a alteraciones genéticas, accidentes cósmicos, exposición a elementos raros, o... nacer en otra dimensión. Ejemplo: Superman. Metahumano alienígena. Shazam. Metahumano místico. Zatanna. Metahumana mágica. Se detuvo y los señaló con dramatismo: —Ustedes… probablemente serían considerados “metahumanos mágicos”.
Pero Wally se dio cuenta que estaba metiendo la pata. Demasiado casual. Demasiado tranquilo. Demasiado Wally. Luz no dejaba de mirarlo, pero algo en su mirada… en su forma de evitar ciertos temas… le parecía sospechoso.
Luz Noceda
Luz Noceda
“Está escondiendo algo más…” pensó. —Wally —dijo de pronto—. ¿Cómo es que sabes tanto de metahumanos?
Wally West
Wally West
Él, que justo se estaba sirviendo más soda, se congeló con la lata en el aire. —Eh… ¿Comics? ¿Noticias? ¿Y varias personas hablando del tema?
Luz Noceda
Luz Noceda
—Ajá… —dijo Luz con una ceja levantada—. Y tú no hiciste preguntas sobre magia. Ni siquiera te inmutaste cuando dije "brujas".
Amity Bright
Amity Bright
Amity, al fondo, la vio con una mirada que decía “no lo presiones”. Pero Luz no se detuvo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Wally… ¿Hay algo que no nos has dicho?
Wally se tensó. Demasiado. Y entonces, hizo lo impensable. Giró sobre sí mismo a velocidad invisible… Y con una velocidad de reflejo de comedia pura... ¡LE ARROJÓ UN VASO DE AGUA EN LA CARA A LUZ! ¡SPLASH!
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡¿QUÉ—?! —gritó Luz, empapada, con el cabello chorreando.
Amity Bright
Amity Bright
Amity se levantó de inmediato, pasmada. —¡¿Le lanzaste agua?!
Pero Wally ya no estaba ahí. Corrio por el pasillo. Se escuchó una puerta cerrarse de golpe. ¡CLACK! Y luego: ¡CHAK! El sonido del seguro. Todos se quedaron en silencio.
Amity Bright
Amity Bright
Amity se secó el rostro de Luz con un cojín y dijo, muy seria: —Luz… voy a ser completamente sincera contigo…
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz, aún chorreando, la miró con ojos de cachorro confundido.
Amity Bright
Amity Bright
Amity se cruzó de brazos. —Tu primo es demasiado inmaduro para ser un adulto.
Wally West
Wally West
Desde el fondo del pasillo, una voz se escuchó detrás de la puerta cerrada. —¡¡¡OIGAN, ESCUCHÉ ESO!!!
La noche era silenciosa en Central City. Afuera, las farolas parpadeaban con un zumbido eléctrico suave, mientras el sonido lejano de autos y pasos nocturnos era casi imperceptible. Dentro de la casa de Wally, todo parecía en calma. Excepto en su mente. En su sueño, Wally corría. Pero no como siempre. No por la ciudad. No por diversión. Corría en un lugar sin forma, sin tiempo. Como si todo lo conocido estuviera detrás de una niebla oscura. Y una voz, una voz suave y espeluznante como un susurro de niño en una habitación vacía, le decía: “Corre…” Wally giraba la cabeza mientras corría, pero no había nadie. Solo esa voz, cada vez más cerca. Más clara. Y de pronto… todo se volvió negro. — ¡TUN!
Wally West
Wally West
Wally abrió los ojos de golpe. Estaba en su cama, su habitación en penumbra, solo iluminada por el suave resplandor de su reloj digital. —Solo fue un sueño —murmuró con voz ronca, llevándose la mano a la frente. Pero entonces…
“Do you feel me? Take a look inside my brain…” La música comenzó a sonar desde su celular en la mesa de noche. “The people always different, but it always feels the same…”
Wally West
Wally West
Wally suspiró al reconocer la letra. —¿Otra vez esa canción? —gruñó, girándose hacia el borde de la cama.
“That’s the real me, pop the champagne…”
Wally West
Wally West
—No sé por qué sigo usando esto de alarma… —dijo, mientras la melodía de "My Ordinary Life" seguía retumbando con su tono melancólico-electrónico.
“Touch me, Midas, make me part of your design…” Se estiró para apagarla… “None to guide us, I feel fear for the very last ti—” Y en ese instante… ¡SE ABRIÓ LA PUERTA A PATADAS! —¡¡¡AL ATAQUEEEE!!! —gritó una voz al unísono. Wally no tuvo tiempo de reaccionar. Lo siguiente que sintió fue… ¡SPLASH! ¡SPLASH! ¡SPLASH! ¡SEIS CUBETAS DE AGUA HELADA! Una detrás de la otra, como si cada una viniera de una dimensión diferente de caos.
Wally West
Wally West
—¡¡¡AAAHHH!!! —gritó Wally, empapado, con el cabello chorreando y los ojos bien abiertos— ¡¿QUÉ RAYOS FUE ESO?!
Frente a él, con cubetas vacías en la mano, estaban: Luz y sus amigos. Cada uno con una expresión de satisfacción absoluta.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Venganza. —dijo Luz, con una sonrisa triunfal.
Amity Bright
Amity Bright
Amity señaló su celular aún sonando. —My Ordinary Life. Canción de niños tristes con estética rara. No sabía que te gustaban esas cosas.
Wally West
Wally West
Wally se cruzó de brazos, empapado y con el cabello sobre la cara como un golden retriever triste. —¡No es una canción de niños! Es… es compleja. Habla del dolor existencial, la soledad, la percepción de la realidad, ¡y tiene un bajo excelente!
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se burló. —“Pain pills, nice clothes, if I fall, I think I’ll flyyy~”
Todos se echaron a reír. Incluso Vee, que apenas se animaba, soltó una risita.
Wally West
Wally West
Wally se levantó de la cama como si fuera un fantasma mojado. —Okey, suficiente. Me voy a bañar. ¡Y ustedes…! Se giró lentamente hacia ellos con una expresión seria. —Ustedes... limpien esto.
Hunter
Hunter
—¿“Esto”? —repitió Hunter.
Wally West
Wally West
—Mi cuarto. El agua. Las cubetas. ¡Todo!
Gus Porter
Gus Porter
Gus alzó las manos como si fuera un hechicero: —¿Podemos usar magia?
Wally West
Wally West
—¡NO! —gritó Wally desde el pasillo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Era una tostadora maldita —murmuró Luz.
La mañana llegó con cielo despejado en Central City, y el aroma a tostadas, huevos revueltos y café llenó el pequeño apartamento. Wally, vestido ya con su camiseta blanca ajustada y pantalón formal, servía el desayuno, mientras una tostada voladora pasaba entre Gus y Vee, directo a un plato.
Wally West
Wally West
—¡Ataja! —gritó Wally mientras lanzaba la última salchicha como un quarterback profesional.
Hunter
Hunter
—¡GOT IT! —gritó Hunter, atrapándola con una servilleta como si fuera una espada mágica.
Gus Porter
Gus Porter
Gus levantó la mano como en clase. —¿Y a qué te dedicas exactamente, Wally?
Wally West
Wally West
Wally guiñó un ojo mientras se ponía su chaqueta. —Soy científico forense en el departamento de policía. Examinamos evidencias, rastros, huellas, fibras, compuestos… cosas aburridas, pero con microscopios geniales.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz levantó el pulgar. —Eso suena increíble… aunque me dormiría a los diez minutos.
Wally West
Wally West
—Y yo al minuto dos —añadió Amity, tomando café.
—Bueno, no destruyan el departamento mientras trabajo. Y sobre todo, limpien mi cuarto —dijo Wally y salió de la casa, luego se escondió activo su anillo y se puso su traje, y después desaparecio como un relámpago rojo. ¡Zoom! Ya con Wally fuera, el grupo volvió a su misión principal del día: limpiar el cuarto del pelirrojo. Vee usaba guantes. Hunter tenía una bolsa de basura. Willow y Gus sacaban polvo con hechizos. Y Luz revisaba las estanterías… distraída como siempre. Fue entonces que, mientras intentaba subir una caja para ordenarla… ¡PLOP!
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡OUCH! —Luz se agarró la cabeza. Una foto enmarcada le había caído justo encima.
Willow Park
Willow Park
—¿Estás bien? —preguntó Willow, acercándose.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Sí, sí… solo fue mi ego el que se golpeó.
Luz levantó la foto y la examinó con cuidado. Era una imagen algo vieja. Tres figuras de pie en una azotea al atardecer. Los tres vestidos con trajes de Flash, pero claramente distintos. El primero, al centro, era joven y enérgico, con un traje rojo con amarillo brillante, un símbolo reluciente y un corte de cabello moderno. Wally. Eso era obvio. A la izquierda, un joven alto, quizás algo más delgado, con el traje de flash como el de Wally. Y en el derecha… un hombre mayor. Traje rojo oscuro, casco de metal con alas plateadas. Serio, pero sonriente. Orgulloso.
NovelToon
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz frunció el ceño. —…¿Quiénes son?
Willow Park
Willow Park
Willow se acercó a su lado. —Ese del medio es claramente tu primo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Sí. Pero… ¿y los otros dos?
Amity Bright
Amity Bright
Amity se puso al otro lado de Luz. —¿Otro Flash? ¿Y un abuelo Flash?
Luz Noceda
Luz Noceda
—Este del medio es Wally. ¿O… el otro también es Wally?
Amity Bright
Amity Bright
—No creo. —Amity le señaló la diferencia—. Los rasgos son distintos. Y el de la izquierda es más alto. Ese debe ser alguien más.
Willow Park
Willow Park
—¿Entonces el anciano? —preguntó Willow.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Tal vez… el primero de todos —susurró Luz, emocionada—. El original. El primer Flash.
Vee
Vee
—Jay Garrick —dijo Vee de pronto.
Todos la miraron.
Vee
Vee
—Leí un nombre en uno de los marcos. “Wally y Jay en Keystone, 2014”. Tal vez sea él.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz miró la imagen una vez más. No podía dejar de sentir un cosquilleo en el estómago. Y ahora… su primo era uno de ellos. —Mi primo… ha vivido cosas increíbles —dijo en voz baja—. Y nunca nos dijo nada. Nunca se lo echó en cara.
Amity Bright
Amity Bright
—Quizás porque es humilde. O simplemente… torpe —respondió Amity.
Hunter
Hunter
—O tal vez… porque tiene miedo de que el pasado regrese —dijo Hunter, mirando una imagen donde Wally peleaba contra un hombre amarillo envuelto en electricidad.
En la tarde Wally volvió de trabajar pero al entrar a su casa, luz y sus amigos lo miraban con una mirada extraña.
Camila noceda
Camila noceda
Camila suspiro. —Lo siento Wally, pero ya lo saben.
Entonces.
Wally West
Wally West
WALLY (NARRA): "Mi nombre es Wallace Rudolph West” Sí, suena como nombre de tipo millonario excéntrico o de alguien que fundó una universidad en 1812… pero créanme, no hay nada de ordinario en mi vida. La mayoría de la gente me conoce como "Flash". Algunos me conocieron primero como "Kid Flash". Pero antes de todo eso, era solo Wally, un chico pelirrojo con una obsesión casi ridícula por los superhéroes, en especial por un cierto velocista escarlata… Barry Allen. El primer Flash que conocí. El hombre que me inspiró. Era mi tío político. Y también era mi héroe. Fue en su laboratorio donde todo cambió para mí. Un accidente, un rayo, productos químicos derramados… y boom: velocidad sobrehumana. Me convertí en Kid Flash, su aprendiz, su sombra… su compañero. Cuando Barry desapareció durante una crisis multiversal —sí, eso es algo que pasa más seguido de lo que creen—, alguien tenía que tomar el relevo. El mundo necesitaba un nuevo Flash… y por primera vez en mi vida, yo corrí hacia adelante. Me convertí en el Flash. No una copia. No un reemplazo. No un imitador. Solo yo. Wallace West. Corrí con la Liga de la Justicia. Salvé ciudades. Salvé mundos. Pero lo más importante: nunca dejé de correr por las personas que amo. En esa foto que encontraron —sí, Luz, la que te cayó en la cabeza— aparecemos tres generaciones. A la izquierda, el hombre alto con el traje más de flash: ese era Barry el segundo flash. Al centro, el que reconocen ahora, es mi yo pasado. Era kid flash antes de convertirme en flash. Y a la derecha, el hombre con el casco con alas: Jay Garrick. El primer Flash. El original. Un héroe de otra época, pero con un corazón igual de rápido. Él me enseñó que la velocidad no se trata solo de correr… se trata de tener el valor de avanzar, incluso cuando todo parece moverse demasiado rápido para entenderlo. He enfrentado dioses, demonios, clones malvados, realidades colapsando, enemigos que controlan el tiempo, espejos vivientes, y sí… un tipo que lanza bumeranes. He estado en guerras galácticas, parado junto a Superman y Batman, salvando mundos donde la física no obedece a nada que los libros expliquen. Pero también he salvado a niños de incendios, he detenido robos, he consolado a víctimas, y he tenido que fingir que no devoré cinco hamburguesas frente a compañeros de trabajo. No soy perfecto. Me tropiezo, dudo, cometo errores. Pero cada día, me pongo el traje. Y corro. Porque eso es lo que hacen los héroes. Mi nombre es Wallace Rudolph West. Y yo soy… el Flash. --- (La narración termina. Luz, Amity, Gus, Hunter, Willow y Vee lo miran boquiabiertos. Camila solo asiente con una sonrisa tranquila, como quien ya lo sabía todo.) Silencio absoluto.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se levanta lentamente, apuntándolo con el dedo índice, temblando de emoción. —O sea… ¡¿me estás diciendo que eres como una combinación entre Sonic, Goku, Saitama, Naruto, Superman, Spiderman y Thor?!
Wally West
Wally West
Wally parpadeó. —Eso suena… excesivo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡No no no no! —gritó Luz—. ¡Tienes la velocidad de Sonic, el entrenamiento de Goku, la fuerza explosiva de Saitama, el corazón de Naruto, el código de Superman, los chistes de Spidey y los rayos de Thor!
Amity Bright
Amity Bright
Amity puso una mano en su rostro. —Ay por favor… no le digas eso, Luz, va a dejar de caber por las puertas.
Wally West
Wally West
Wally levantó las manos. —¡Tranquilos, tranquilos! Uno a la vez. No todos los días cuento mi historia, pero tampoco quiero que me hagan una estatua.
Hunter
Hunter
Hunter se cruzó de brazos. —...Podemos hacer una en piedra. Willow puede tallarla en cinco minutos.
Willow Park
Willow Park
Willow asintió. —Podría. ¿Con o sin rayos de fondo?
Wally West
Wally West
Wally rió. —¡Lo dejo a su criterio artístico!
Camila noceda
Camila noceda
Camila se acercó a su sobrino, puso una mano sobre su hombro y le dijo con cariño: —Por eso nunca quise que se enteraran tan pronto. Quería que te conocieran como familia… no como leyenda.
Wally West
Wally West
Wally sonrió, más humilde ahora. —Gracias, tía. Pero… está bien. Tarde o temprano tenía que decirlo.
Todos estaban sentados, aún asimilando que su anfitrión no era solo un tipo simpático y algo inmaduro… sino el mismísimo Flash. Pero Luz… Luz no podía contenerlo más.
Luz Noceda
Luz Noceda
Se puso de pie lentamente. Miró a Wally, que justo estaba guardando una caja de fotos. —Wally… —dijo, con voz baja pero firme—. ¿Podrías ayudarme?
Wally West
Wally West
Wally la miró con esos ojos verdes que pocas veces mostraban verdadera seriedad. Asintió una vez. —Claro, prima. Lo que necesites. Pero… ¿ayudarte en qué?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz tragó saliva. Todos la miraban ahora. —Antes de llegar aquí… no estábamos de vacaciones. No vinimos a pasar tiempo en familia. Vinimos… porque ya no teníamos a dónde más ir.
Wally West
Wally West
Wally frunció el ceño, su sonrisa habitual desapareciendo. —¿A qué te refieres?
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz bajó la mirada. Sus manos temblaban un poco. Amity se acercó, tomó su mano, pero no dijo nada. Era su historia. —Todo comenzó con Belos, un tirano que había estado manipulando todo en las Islas Hirvientes. Un monstruo disfrazado de profeta. Pero cuando estábamos a punto de detenerlo… apareció él. Luz levantó la vista. —Un niño. Una entidad. El Coleccionista. No sé si era un dios, una fuerza cósmica o un niño con poderes que rompen las leyes del universo… pero tomó el control de todo. Como si fuera un juego para él. Transformó el mundo en su patio de recreo. La realidad cambió. Todo se volvió… un delirio. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero continuó. —Intentamos luchar. Intentamos salvar a todos. Pero… no pude salvar a Eda… ni a King… Luz apretó los dientes. Su voz se quebró. —No sé si están muertos… o atrapados… o peor. Y todo esto… es culpa mía. Las lágrimas empezaron a caer. —Yo debí protegerlos… y fracasé.
El silencio se volvió absoluto. Luz se cubrió el rostro. Amity la abrazó enseguida, mientras Gus, Willow y Vee bajaban la mirada, sintiendo el mismo peso en el pecho. Hunter apretaba los puños con impotencia. Y Wally… Wally no dijo nada. Solo observó. Escuchó. Sintió. Y sin que nadie lo notara… una sola lágrima resbaló por su mejilla. Por Eda. Por King. Por Luz. Por lo que significaba perder algo que amas. Pero antes de que alguien lo viera, ya se la había limpiado con el dorso del guante.
Wally West
Wally West
Entonces, dio un paso al frente. Su voz fue suave, pero firme. Cargada de convicción. —Prepárense.
Todos lo miraron.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se separó de Amity, sorprendida. —¿Qué… qué dijiste?
Wally ya no tenía la misma expresión bromista de siempre. Ya no era el primo gracioso o el chico despreocupado. Ahora, estaba el héroe. Wally caminó hacia la puerta de la casa con paso decidido.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se adelantó, con la voz quebrada. —¿A dónde vas?
Wally West
Wally West
Él giró el rostro apenas lo suficiente. —A salvar a tu maestra… y a tu amigo.
Y entonces, Wally se detuvo justo frente a la puerta. Levantó su mano, miró su anillo. Un anillo rojo, con el símbolo del rayo. Lo presionó. Zzzzzzzt! En un instante, su traje escarlata se desplegó, envolviéndolo por completo. Era el Flash. El rayo viviente. El hombre más rápido del mundo. El salón quedó en silencio. Y entonces… Se fue. ZOOOOOMMM Un destello rojo. Una ráfaga de viento. Las cortinas ondearon. Una taza cayó de la mesa. Y el Flash desapareció.
Camila noceda
Camila noceda
Camila cruzó los brazos, sonriendo con orgullo y preocupación. —Ese es mi sobrino…
En un claro del bosque, bajo la sombra de árboles altos y centenarios, una figura pelirroja corría de un lado a otro como un rayo rojo brillante. Wally estaba construyendo un portal. Con la muestra que había tomado de la puerta rota de Luz, sumada a su conocimiento científico acelerado —gracias a leer más de doscientos libros en un segundo en la biblioteca pública—, había logrado reconstruir la matriz interdimensional. Soldó componentes, imprimió runas mágicas usando una impresora 3D hackeada, y estabilizó el núcleo con una taza de café caliente (no preguntes cómo, solo funciona).
Flash
Flash
—Y… voilà. —dijo con una sonrisa, mirando el portal circular que giraba lentamente con una luz azulada. Metió la cabeza. Vio un cielo de estrellas giratorias, un castillo flotando, islas suspendidas en el aire… —¡Funciona!
Wally regresó corriendo al apartamento, recogió a Luz, Amity, Willow, Gus, Hunter y Vee, y en segundos estuvieron de vuelta en el bosque. Todos se tomaron de las manos.
Flash
Flash
—¿Están listos?
Luz Noceda
Luz Noceda
—Siempre. —dijo Luz con firmeza.
Flash
Flash
—¡Entonces vamos!—
¡Zzzzzzing! Y entraron al portal. — Islas Hirvientes – Superficie del Reino del Coleccionista El lugar que una vez fue colorido y mágico ahora parecía un collage distorsionado de un sueño infantil. Castillos flotaban boca abajo. Criaturas hechas de peluche caminaban como soldados. El cielo tenía dibujos de crayola. Y todo parecía… erróneamente alegre. El grupo aterrizó en una colina.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Estamos de vuelta —dijo Luz, mirando el cielo con los ojos húmedos.
Pero no hubo tiempo para nostalgia. Porque a lo lejos… una silueta flotaba. Inmóvil. Mirándolos. El Coleccionista.
NovelToon
Flash
Flash
—¿Ese es… el que se apoderó de su mundo? —preguntó Wally, entrecerrando los ojos.
La figura bajó lentamente, flotando como si no tocara el suelo. Su rostro era infantil, con grandes ojos brillantes, cabello flotante y una túnica mágica. A su alrededor flotaban constelaciones vivas. Y entonces Wally... …empezó a reír. A carcajadas.
Flash
Flash
—¡JAJAJA! ¡Es en serio! ¡Yo pensé que iba a pelear con un monstruo, un titán, un brujo demoniaco! ¡¿Y me ponen a pelear con un niño que parece salido de una pijamada estelar?!
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista frunció el ceño. —No soy un niño normal…
Y con un movimiento de su dedo, Wally flotó en el aire como si la gravedad hubiera desaparecido.
Flash
Flash
—Whoa, okay. ¿Dónde está el suelo? ¿ALGUIEN ME PUSO EN MODO ANTI-GRAVEDAD?
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista lo miró, flotando frente a él. —No deberías burlarte de mí… Puedo convertirte en un peluche de trapo… o en un crayón si quiero…
Flash
Flash
—Ah, genial. Ya tuve suficiente con el Amo de los Espejos la semana pasada. —dijo Wally—. ¿Sabes qué hago con seres cósmicos ególatras?
Y entonces… ¡PFFT! Le escupió en la cara.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista parpadeó, sorprendido. —¡GUAJ!
Flash
Flash
Y sin esperar más, Wally cayó al suelo en picada, estrellándose de cara. —Auch… buena idea en teoría
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz y los demás corrieron hacia él. —¿Estás bien?
Flash
Flash
Wally se levantó sacudiéndose el polvo. —Mejor que nunca. Pero ustedes necesitan estar a salvo. Este lugar no tiene reglas, ni lógica. Protéjanse.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz lo tomó del brazo. —Wally… solo… patea su trasero.
Flash
Flash
El velocista sonrió. —Con gusto.
Los llevó a una cueva segura usando su velocidad, dibujó una barrera mágica con una runa de contención que copió de uno de los libros, y volvió al campo de batalla con una ráfaga de viento.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista lo esperaba. —¿De verdad crees que puedes detenerme rojo?.
Flash
Flash
Wally se detuvo a metros de él. El viento movía su traje. Su mirada era seria. Su postura, firme. —Soy Flash. El hombre más rápido del mundo.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista flotó un poco más arriba y giró en el aire como si estuviera nadando en el cielo. —¿Flash? ¿Te mueves rápido? ¿Y eso qué? Yo puedo mover la luna con un solo dedo, convertir a los árboles en serpientes que cantan, y hacer que el cielo diga “miau” cada tres segundos si quiero.
Flash
Flash
Wally alzo una ceja. —Okey, eso sí fue raro.
El Coleccionista
El Coleccionista
—Soy el Coleccionista. Juego con la realidad. Puedo convertir tus músculos en plastilina y tu traje en confeti. ¿Qué me vas a hacer tú?
Flash
Flash
Wally respiró hondo. —Nada… —Pero lo haré rápido.
El aire temblaba. Las nubes bailaban como pintura flotando sobre agua, y el cielo cambiaba de color con cada segundo: rojo, azul, morado, negro... como si la misma realidad estuviera teniendo un colapso de creatividad infantil. En medio de todo eso… Flash se lanzó a la carga. El Coleccionista lo esperaba con una sonrisa torcida, flotando a unos metros del suelo, como si el campo de batalla fuera solo una alfombra más en su habitación de juegos.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Te advertí! —gritó el niño dios— ¡NO ESTÁS JUGANDO BIEN!
Flash
Flash
—Y yo te advertí que esto no es un juego. —respondió Flash, con una mirada decidida.
¡BOOM! Wally se movió. Tan rápido que el aire mismo estalló tras él. Apareció detrás del Coleccionista en un instante, lanzando una serie de golpes que, de haber impactado a cualquier ser normal, lo habrían noqueado. Pero el Coleccionista no era normal. Con un gesto de su mano, el tiempo se dobló como una hoja de papel. Las acciones de Flash se repitieron en reversa, una y otra vez, como si lo obligara a rebobinar su movimiento.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Eres divertido! —se burló—. ¡Vamos a hacer algo mejor!
Con un chasquido, duplicó a Flash. Luego triplicó. Luego quintuplicó.
Flash
Flash
Ahora cinco Wallys se atacaban entre sí, confundidos por la ilusión. —¿Qué…?
Cada uno creía ser el verdadero.
Pero solo uno sabía lo que realmente pasaba. Wally cerró los ojos por una milésima de segundo, concentrando su energía interna. Conectó con esa corriente invisible que lo alimentaba. ZzzzzZAAK! Un relámpago rojo rompió la ilusión. Todos los falsos Flashes desaparecieron como humo soplado por el viento.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista retrocedió, sorprendido. —¡Eso fue trampa! ¡Nadie rompe mis juegos!
Flash
Flash
—Entonces deberías haber leído las reglas, amiguito.
Y Flash volvió al ataque. Creó una ráfaga de puñetazos invisibles. Se movía tan rápido que parecía que múltiples rayos lo rodeaban, como un ejército invisible. Con cada paso, dejaba grietas en el suelo y ondas de choque que levantaban el polvo y los escombros del mundo mágico alterado. El Coleccionista se defendía con ilusiones vivientes: juguetes con cuchillas, osos gigantes de peluche con ojos brillantes, versiones caricaturescas de los héroes de Luz… todos distorsionados y flotantes. Wally zigzagueaba entre ellos como una danza perfecta.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡YA ME CANSÉ! ¡YO GANO! ¡USTEDES SON SOLO PIEZAS DE JUEGO!
Y entonces… Desató un ataque de destrucción total. Una esfera de caos, fuego mágico y energía infantil cósmica surgió de sus manos, expandiéndose en todas direcciones como un sol en miniatura que arrasaba todo a su paso. Wally vio el ataque venir. Y corrió. Corrió con todo lo que tenía. Sus músculos dolían. El suelo se rompía a su paso. El tiempo se estiraba. Pero no fue suficiente. El ataque lo alcanzó. Una explosión. Un silencio sepulcral. Luz, Amity, Willow, Gus, Vee y Hunter cayeron al suelo por la onda expansiva. Todos cubiertos de polvo, heridas y miedo.
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡WALLY! —gritó Luz, con la voz rota.
No hubo respuesta. Solo humo. Solo el eco de la carcajada del Coleccionista.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¿Ven? Ni siquiera su héroe pudo salvarlos. Ahora… es su turno de desaparecer.
Amity apretó los dientes. Gus temblaba. Willow intentaba proteger a los demás con raíces mágicas. Pero era inútil.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista flotó sobre ellos, la mano extendida, lista para lanzar el golpe final. —Adiós… —
Espacio Azul – Plano Metafísico Wally flotaba suspendido en una dimensión que no tenía suelo ni cielo. Todo era azul brillante, sereno, vasto. Estrellas pasaban flotando como pensamientos. Ecos de otras líneas temporales, de vidas que vivió, vidas que pudo haber tenido, se proyectaban como reflejos en el espacio. Y entonces… Una voz. "Corre…"
Flash
Flash
Wally abrió los ojos. —No puede ser…
Delante de él, una figura azul, brillante, sin ropa, sin emociones en el rostro, ojos blancos puros como el vacío estelar. El Doctor Manhattan.
NovelToon
Flash
Flash
—Tú…
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
Manhattan no sonrió. Solo habló, como una presencia inevitable. —Solo estoy… observando.
Flash
Flash
—¿Por qué estoy aquí?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—Porque la velocidad no fue suficiente.
Flash
Flash
Wally miró sus propias manos. —Fallé. Les prometí protegerlos.
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—No fallaste. Pero ahora… necesitas algo más que velocidad.
Y entonces apareció ante él la Silla Mobius. Flotando. Un trono de conocimiento infinito. De omnisciencia. La silla del Metron. De los dioses del conocimiento.
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—Esta silla tiene las respuestas. Todo lo que fue, todo lo que es, y todo lo que será.
Flash
Flash
Wally la miró con recelo. —¿Y si no puedo con eso?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
Manhattan dio un paso hacia él. —Tu corazón late por los demás. Eso ya te hace más digno que quienes la han usado antes.
Flash
Flash
Wally se acercó. —¿Y tú? ¿Por qué me la das?
Doctor Manhattan
Doctor Manhattan
—Porque veo algo en ti que no vi en mí. Esperanza.
Flash
Flash
Wally tragó saliva. Respiró hondo. Y se sentó.
Cambio. Su traje se iluminó. El rojo fue reemplazado por azul eléctrico brillante. Líneas blancas surcaban su pecho. Ojos como rayos puros. Una energía nueva recorría su cuerpo.
NovelToon
Islas Hirvientes. Luz apretó a Amity mientras el Coleccionista descendía lentamente, la energía acumulándose en su mano.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Adiós para siempre! —gritó el niño con furia.
Y entonces… ¡KRRAA-KOOOOOM! Un rayo azul cayó del cielo. La onda expansiva derribó árboles, rompió el suelo… y ahí estaba él. Wally. Vestido con un traje completamente nuevo, hecho de pura energía. Sentado en la Silla Mobius, flotando por encima del suelo como un dios moderno. Sus ojos brillaban con el conocimiento de millones de posibilidades. Su voz era calmada… pero resonaba como un trueno.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—Tú cometiste un error, Coleccionista.
El Coleccionista
El Coleccionista
El niño se giró, sorprendido. —¿Tú? ¡Pero estabas…!
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—No estoy muerto. —Wally se levantó de la silla lentamente—. Solo estaba aprendiendo cómo derrotarte.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz y sus amigos lo vieron, brillando en azul, flotando como una figura mítica. —¡WALLY! —gritó Luz.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally sonrió. —Perdón por la demora. Tuve que consultar a un tipo azul más raro que yo.
La atmósfera en las Islas Hirvientes había cambiado. El cielo ya no era un lienzo de crayones caóticos. Ahora parecía vacío y expectante, como si el mundo mismo contuviera la respiración.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¿Y bien? —dijo Wally girándose al Coleccionista—. ¿Vas a lanzar otro peluche explosivo o ya se te acabaron los trucos de cumpleaños?
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista apretó los dientes. —¡NO TE BURLES DE MÍ! ¡YO SOY EL COLECCIONISTA!
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¿Y sabes qué más eres? —Wally dio un paso adelante—. Predecible.
Y entonces lo hizo. Wally desapareció. El niño flotó confundido, mirando en todas direcciones. Y de pronto…
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¡BOO! —Wally apareció justo detrás de él, dándole un susto que lo hizo saltar.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡Ahh! ¡¿C-Cómo hiciste eso?!
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—Truco número uno: ilusión sensorial. —Truco número dos: ilusión múltiple.
Y de inmediato, cien versiones de Wally aparecieron a su alrededor, todos caminando, corriendo, sonriendo, riendo, hablando. —¿Cuál soy yo? —preguntó uno. —¿El que estás por atacar? —bromeó otro. —¿O tal vez ya perdiste? —añadió uno más desde arriba. El Coleccionista giraba y giraba, intentando encontrar al verdadero Flash, pero no podía. Nunca había sentido algo así. No podía entender lo que pasaba. No podía controlarlo. Su magia, su poder… no servían contra eso. Contra algo que no era solo fuerza, sino conocimiento. Técnica. Sabiduría.
El Coleccionista
El Coleccionista
—¡BASTA! —gritó, y lanzó una onda mágica de energía cósmica, destruyendo parte del suelo y varias ilusiones… pero no a Wally.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Porque Wally ya estaba a su lado, susurrándole al oído: —¿Te estás divirtiendo?
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista saltó, giró y disparó rayos como loco. Pero no dio en el blanco. Y poco a poco… sus manos empezaron a temblar. —¿Qué… qué está pasando?
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally apareció a unos metros, flotando con los brazos cruzados. —¿Lo sientes? —Eso que tienes en el pecho. —Es miedo.
El Coleccionista
El Coleccionista
El Coleccionista abrió los ojos, sintiendo un nudo en el estómago. Nunca nadie lo había hecho sentir así. Él era el que asustaba. El que jugaba con otros.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—Ya no sabes quién tiene el control, ¿verdad? —dijo Wally—. Esa es la diferencia entre tú y yo.
Y entonces Wally se puso enfrente de él y de un golpe lo mando hacía el suelo. ¡BOOM! Luego se veía al coleccionista en el suelo y mareado. El mundo ya no temblaba. Las Islas Hirvientes estaban en silencio… pero un silencio lleno de esperanza. Las nubes rotas se habían disipado. La tierra, antes distorsionada por la magia infantil del Coleccionista, respiraba otra vez. El niño dios flotaba frente a Flash, dormido, inconsciente… o tal vez simplemente cansado.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally lo observó con una ceja levantada. —Bueno… esto fue más agotador que pelear con Luthor—murmuró.
Entonces chasqueó los dedos, y una esfera de energía azul envolvió al Coleccionista como si fuera una burbuja de cristal indestructible. En un parpadeo, Wally sacó rollos de papel de regalo brillante, un moño gigante y cintas y envolvió la burbuja entera con velocidad absurda. Cuando terminó, el Coleccionista estaba dentro de una esfera decorada con stickers, globos, una etiqueta con letras grandes que decía: "Para quien pueda enseñarle a no ser un desastre." —W."
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Wally se alejó unos pasos, alzó su mano al cielo… y abrió un portal giratorio en forma de espiral color arcoíris. —¡Dispararo Zet Zen! —gritó, imitando con exageración a Zack de Zendokai.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se tapó la boca, conteniendo la risa. —¿En serio?
Wally West Mobius
Wally West Mobius
—¡En serio serio! —respondió Wally, empujando el regalo directamente al portal.
Y entonces, el Coleccionista desapareció a través del vórtice. Y el portal… se cerró.
Wally West Mobius
Wally West Mobius
Entonces Wally se sentó lentamente en la Silla Mobius. —Es hora de hacer lo correcto.
Cerró los ojos. Y lo hizo. Una oleada de energía azul se extendió desde su cuerpo y la silla, como una onda sísmica de luz y restauración. Las grietas en la tierra se repararon. Los árboles quemados florecieron de nuevo. Las casas destruidas fueron reconstruidas como si el tiempo diera marcha atrás. Y lo más importante… Las personas heridas se curaron. Los que habían muerto… despertaron. Y los que habían perdido partes de sí mismos… se reconstruyeron con energía pura.
Luz Noceda
Luz Noceda
Luz se acercó. —¿Por qué la dejaste? Podías… hacer lo que quisieras.
Flash
Flash
Wally le dio una sonrisa tranquila, cansada… pero auténtica. —Porque no necesito saberlo. —El poder no es lo que me hace ser quien soy. —Lo soy… porque corro hacia el peligro, no al poder.
Luz bajó la cabeza, procesando esas palabras. Y luego… escuchó algo. Una voz familiar. —¡¿DÓNDE ESTÁ MI CHICA?! —gritó una voz muy ronca y muy bruja.
Luz se giró con el corazón latiendo con fuerza. Entre la bruma de lo que quedaba del caos, emergieron cuatro figuras: Eda, cubierta de polvo y con una sonrisa desafiante. King, con su capa medio rota, trepado en su hombro. Lilith, con el cabello un poco más desordenado. Y Raine, sujetando su laúd como si acabaran de tocar la última nota de una sinfonía eterna.
NovelToon
NovelToon
NovelToon
NovelToon
Luz Noceda
Luz Noceda
—¡EDA! ¡KING! —Luz gritó con todo el aire que le quedaba.
Corrió. Y los abrazó. El impacto fue tan grande que casi tira a Eda de espaldas.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
—¿Qué pasó aquí? —preguntó Eda, riéndose entre lágrimas mientras envolvía a Luz.
Luz Noceda
Luz Noceda
—Oh, ya sabes… caos, destrucción, un dios niño fuera de control, una pelea cósmica… lo típico.
Eda Clawthorne
Eda Clawthorne
—¿Quién te salvó esta vez?
Luz giró, señalando a Wally… pero en vez de hablar… Wally colapsó al suelo. Todos corrieron. Camila fue la primera en arrodillarse junto a él, revisándolo.
Amity Bright
Amity Bright
Amity le tomó la mano. —¿Está…?
Camila noceda
Camila noceda
—No, no… —Camila sonrió aliviada—. Solo está desmayado.
Gus Porter
Gus Porter
—¿De cansancio? —preguntó Gus.
Camila noceda
Camila noceda
—Sí. De salvar el mundo.
Wally dormía profundamente, con una sonrisa medio tonta en el rostro y una gotita de baba saliendo de su boca.
Willow Park
Willow Park
Willow suspiró. —Definitivamente, es el mejor héroe que he visto.
Y mientras el sol comenzaba a salir sobre unas Islas Hirvientes completamente restauradas… Un héroe dormía. Y un nuevo capítulo comenzaba.
Más populares

Comments

Mikerap <3

Mikerap <3

ay me cautivó, hay más cap?

2025-08-02

0

Total
Capítulos

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play