CAPÍTULO IV: EL FRIÓ DEL DISTANCIAMIENTO

Pasaron 9 años desde mi llegada a la casa de mamá y papá, ya me sentí un Smaiker de nacimiento, satisfecho con la vida porque mi infancia tuvo un final feliz, ahora era una adolescente y Helen estaba en la etapa de la pubertad; ella fue ascendida un grado más que yo por su inteligencia sobresaliente, comenzamos a distanciarnos lentamente, ella era muy aplicada en los estudios, y yo la mayoría de las veces lo que quería era jugar videos juegos o ver anime, hasta que por mi falta de interés en estudiar me castigaron, me quitaron la consola y la TV por un buen rato.

Un día mamá llego con una sonrisa en el rostro, se notaba que el motivo de su alegría era algo muy especial, nos sentamos todos en la sala y dijo:"Helen y Davis, tengo que darles una noticia, estoy embarazada, van a tener un hermanito".

Mi reacción en ese momento fue una sonrisa genuina y abrazar a mamá Lina, En la noche Helen fue a mi habitación, nerviosa por lo anunciado y con voz tenebrosa: "Tenemos que hablar".

—Crees que ahora que la Sra. Lina y Sr. Adam ahora que tendrán un bebe, un hijo propio, un niño de su propia sangre, ¿nos olvidarán o devolverán al orfanato? — Insinuó Helen

— Claro que no Helen, estoy seguro de que mamá y papá nos quieren y seguirán haciendo.

En ese momento ella se tornó preocupada y las grimas comenzaron a salir de sus ojos, la abrace y le dije: "no tienes que temer, todo va a estar bien"

Luego de calmarse, estuvimos conversando hasta la media noche, me prometió que no dejaría que me reprobaran en el colegio, así que me ayudaría con matemáticas y otras tareas complicadas.

Luego después, Helen me ayudó con mis tareas, por lo que tenía una excusa para pasar tiempo con ella, lo que me resultaba muy agradable y beneficio para mis notas, tanto así, que me levantaron el castigo, volvió a tener mi consola y mi TV para ver anime y películas de superhéroes.

Algo cambio en la casa, mamá debido a su embarazo tomo la decisión, que tan solo con 4 meses de gestación, se quedaría en casa y comenzaron los preparativos para recibir el nuevo miembro de la familia.

A pesar de todo, yo no era el universo de Helen, era muy popular en el colegio por su belleza e inteligencia, además de poseer un espíritu de líder, lo que atraía muchos amigos, al contrario de mí, que tenía un solo amigo Mackeni y por alguna razón no quería novia a esa edad.

Digo todo esto, porque aparte de todo el cariño que sentía por mi hermana, también sentía una gran admiración por cómo era, pero si debo reconocer que ocasiones me afligía porque era como que sentía un frío distanciamiento.

Yo siempre quise hacer cosas con ella, así como cuando éramos más niños, pero mi hermanita tenía otras ocupaciones o prioridades, tal vez tenía que aceptar que ya tenía 14 y ella 13.

Una vez le pedí a mamá que me ayudara con un ejercicio de matemáticas y me respondió "Ahorita no puedo hijo estoy ocupada, dile a tu hermana vale". Fui para donde estaba Helen y esta fue su respuesta:

"Tienes que poder hacer también tu tarea Davis, no puedo ayudarte todo el tiempo".

Termino con un gesto de desagrado en su rostro, lo que me molesto muchísimo, me di la vuelta y nunca más le volvió a pedir ayuda e incluso le quité el habla por unas semanas.

Solo yo comprendí que no era por la tarea que me gustaba que Helen me ayudara, sino porque me sentía a gusto estar junto a ella, estábamos en la misma casa, pero conviviendo como extraños, y eso me daba una profunda tristeza, ya casi no compartíamos tiempo los dos, casi ni hablamos, tenía sus amigas que la venían a visitar e incluso una que otra pijamada.

Un miércoles por la mañana, mamá ya con 7 meses de embarazo, comenzó a tener un leve dolor en su pancita, pasó como 10 minutos y la intensidad del dolor aumentó, entonces llamamos a papá, en cuanto llego a casa se dirigieron a la clínica más cercana.

Helen y yo estábamos muy nerviosos y preocupados por la salud de mamá, en ese momento, a la espera de una noticia positiva, nos acercamos y le di un abrazo como hace mucho tiempo no se lo daba, ella era muy sensible, lloraba fácilmente cuando estaba triste o preocupada, al contrario de mí, que era menos expresivo con mis emociones.

El parto de mamá se había adelantado, por lo que la bebe, llegó al mundo prematuramente, así que debía pasar un tiempo en una incubadora, pero no era solo eso, contaba con ciertas complicaciones de salud, el Doctor le dijo a mi papá que haría todo lo que estuviera a su alcance para que viviera la niña.

Fue en ese capítulo de la vida que Helen se aferró a la fe y acudió a Dios, un favor de la vida de nuestra hermana, no sé si en verdad, una fuerza sobrenatural intervino, pero lo que sí sé, es que Lisa Smaiker iría a casa con su familia.

Ahora éramos 3 hermanos, mi mamá prefirió ser más ama de casa y quedarse atendiendo a sus hijos y haciendo las labores domésticas, aun así, Helen y yo la ayudábamos en los que seares del hogar, aproveche esos momentos para mejorar mi comunicación con mi hermana más querida, otra cosa que nos mantenía unidos era atender y entretener a Lisa mientras mamá estuviera ocupada.

Lo que Helen Llamo el "El milagro de Lisa", cambio su vida para siempre, comenzó a interesarse por la religión, paso de católica a protestante, cosa que me causó mucha preocupación, sabía que traería cambios en su personalidad y en la forma de tratar a los demás.

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