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Circulos De La Eternidad

Capitulo 1 La muerte de una reencarnación

En el planeta, donde todos la llamaban tierra, hace miles de años, cuando aún no existía el ser humano y menos la vida salvaje, se libró una enorme batalla entre ángeles y demonios.

Asmodeo el primer demonio en existir, deseaba conquistar el mundo y destruirlo a la vez, ren quien era el dios de los ángeles anhelaba salvarlo de las manos perversas de asmodeo.

La dura batalla por la supervivencia terminó con una de las muertes más temibles para el mundo, sora quien era el ángel de la reencarnación y el único salvador para la humanidad e hijo de ren, fue asesinado por asmodeo sin piedad, así nadie y nada podía detener sus planes.

Asmodeo después de haber triunfado juró destruir al mundo y a los seres inferiores llamados humanos incluyendo la vida salvaje.

Nadie podía entender el inicio de la batalla en contra de los ángeles, pero la historia decía que un misterioso demonio llamado koji fue el responsable de la muerte de sora y de la batalla que se libró.

Planeta tierra miles de años atrás.

El cielo reflejaba los rayos del sol haciendo que el día fuera tan hermoso y sólo el silencio del planeta tierra hacía que los ángeles se sintieran tan tranquilos y despreocupados, de repente, sin alguna explicación el cielo se oscureció, pasado de despreocupados a estar inquietos mientras podían escuchar el retumbar de los demonios moviéndose por los aires.

—Hoy será el día en que los angeles por fin se extinguirán—gritó koji, alzando su voz fuerte y clara mientras sujetaba su espada.

—El momento que todos anhelamos—respondió uno de los demonios de koji sintiéndose inferior a sus compañeros.

—Es ahora o no lo lograremos—gritó otro demonio dirigiéndose a los angeles.

La lucha por la supervivencia comenzó, los ángeles caían en cada momento que pasaba, nadie entendía como es que los demonios tenían tanto poder, cada segundo que pasaba estaba en contra de los ángeles, parecía que al fin su raza desaparecería.

El misterioso demonio llamado koji quien era inteligente y fuerte observaba la batalla que había ocasionado, al ver su victoria en las palmas de sus manos no dudó en llamar a su segundo comandante.

—Es tiempo de manifestarte nobu—gritó koji, con su voz malvada, destruyan a sora.

De repente el cielo se llenó de relámpagos como si algo peor estuviera por comenzar, el viento sopló y se podía sentir una extraña sensación, el llanto de un demonio llamó la atención de todos y entre las nubes apareció.

Nobu respondió sonriendo.

—Sora finalmente será aniquilado, general koji.

Nobu sabía que al matar a sora la batalla llegaría a su fin dándoles la victoria a ellos, se acercó a sus demonios quienes se encontraban luchando por exterminar a la raza de los ángeles.

—Para darle fin a esta batalla debemos de acabar con la vida de sora—gritó nobu fuerte para ser escuchada.

Los demonios que lograron escucharla descendían del cielo con el único objetivo de terminar con la vida de sora, pensaban que sería fácil mirando que estaba desprotegido.

Sora observaba a los demonios acercándose a él, se quedó inmóvil incapaz de poder mover su propio cuerpo para protegerse, lo que no sabía era que en su interior guardaba un poder que aún no despertaba.

—No puedo mover mí cuerpo, ¡alguien que me ayude! ¡por favor!—gritó sora, tratando de mover su cuerpo paralizado.

El peligro acechaba a sora y ningún ángel se había dado cuenta de lo que sucedía, un arcángel al verlo no dudó en acercarse a él para protegerlo.

—¡Alto, no avanzarán más desde aquí!—gritó taro,su voz de advertencia intimidó a los demonios.

—Ahora todos ustedes morirán como sus compañeros que perecieron—dijo taro con su valentía.

Taro uno de los cuatro arcángeles, es tan especial como lo aparenta, todos piensan que es débil por consecuencias de su cegera, pero no imaginaban que sus demás sentidos lo habían hecho mucho más fuerte.

Mientras nobu exterminaba a los ángeles se percató de la presencia de taro, en el instante que lo miró le sonrió pensando que sería un fácil contrincante de aniquilar.

—Así que tú eres taro, uno de los cuatro arcángeles, mi amo habló mucho de usted—dijo nobu burlándose de él.

—Sabes quien soy y aún así te atreves a desafiarme—respondió taro mirandola a los ojos.

—Eres un maldito arcángel débil—se burló una vez más de él.

—Tienes mucha confianza demonio, pero te falta algo y eso es inteligencia—respondió taro seguro de si mismo

—Entiende de una maldita vez que no puedes verme—respondió segura de poder ganar.

Taro respondió sonriendo...

—Aunque no pueda verte, mis otros sentidos son más fuertes y con eso tengo para vencerte.

—Tienes agallas para ser un arcángel ciego, pero aunque tú ego sea alto no podrás derrotarme—dijo nobu moviendo su cabeza a los lados.

Koji quien miraba desde lo más alto del cielo la batalla, miró caer a los ángeles y a cada demonio morir, entonces miró a nobu que estaba a punto de ser aniquilada por taro, sin esperarse voló rápidamente a ellos para detenerlos.

—¡Espera un momento taro!—gritó koji, poniendo inferioridad.

—¿Pero general? Quiero saber que tan fuerte es taro—respondió nobu tratando de desobedecer.

Koji alzó su mirada en alto.

—¿Intentas desobedecer una orden?—preguntó koji.

—No señor, no trato de desobedecer—respondió nobu con un tono bajo.

Koji conocía a taro perfectamente y el sabía lo poderoso que era, no permitiría que nobu muriera en vano.

—Tu eres el responsable de esta batalla, ¿cómo pudiste hacer esto?—comentó taro, tratando de sentirlo.

—Eres muy descortés al saludar a tú viejo amigo—respondió koji, sintiendo culpa por la ceguera de taro.

—Cuando escuché tú voz, desde el principio sabía que eras tú, sabes que no eres bienvenido—respondió taro, recordando su pasado.

Desde hace tiempo, taro y koji se conocieron cuando eran jóvenes, eran más que amigos, taro lo consideraba su hermano de sangre, pero eso cambió cuando asmodeo se reveló y koji traicionó su confianza.

—Isamu, acercate un segundo—gritó taro, para ser una pelea justa.

Isamu se acercó después de haber matado a un demonio sin tener compasión.

—¿Me llamó señor taro, desea algo?—preguntó acercándose.

Asmodeo cansado de no ver los resultados que tenía en mente, decidió acercarse para intervenir el inconveniente de koji y taro, sólo bastó con mirar a sora para ponerle fin a su vida.

En ese momento les ordenó a sus demonios una retirada después de haber cumplido con su misión.

Asmosdeo poseía una gran poder, capaz de manipular y hacer lo que se deseara con sus víctimas, nadie había notado que sora se había suicidado así mismo muriendo al instante y sin poder decir una sola palabra.

—Llegó la hora de retirarnos, hoy ha sido un gran día para nosotros los demonios—gritó asmodeo poniendo fin a la batalla.

—Juro que volveré, me vengaré de ustedes y de los seres inferiores a los que llaman humanos y no habrá nadie que me detenga—gritó asmodeo, su voz llena de odio.

Koji al escuchar las amenazas de asmodeo, sabía que sora había decaído, ¿pero que era lo que el misterioso demonio llamado koji tenía en mente?.

—Retiremonos nosotros también nobu, espero volver a verte taro viejo amigo—se despidió koji siendo el último en retirarse.

—Nobu respondió moviendo la cabeza.

Finalmente, los demonios habían ganado la intensa y dura batalla por la extinción de los ángeles, y se marcharon sin dejar pistas para localizarlos.

Al momento que los demonios se marcharon, un llanto se escuchó.

—Mi hijo ha muerto—gritó ren, soportando la caída de su único hijo.

Aquellos lamentos que provenían eran de ren el padre de sora, quien se había dado cuenta de la muerte de su hijo.

—¿Cómo es esto posible señor ren?, si siempre estuve protegiendo a sora—argumentó taro.

—Debió ser cuando asmodeo analizó su retirada— respondió isamu teniendo la razón.

—No logro entender como sucedió, si nunca se acercó al joven sora—susurró taro para el mismo.

Ren había jurado que asmosdeo también debería de pagar con su propia vida por haber asesinado a su hijo.

—¿Qué haremos ahora que sora ya no esta?—preguntó isamu sintiendo un nudo en su garganta.

Ren se quedó en pleno silencio y recordó las últimas palabras que asmodeo había dicho antes de irse, había jurado destruir el mundo.

En algún lugar de la tierra...

—El plan dió sus frutos, sora al fin ha decaído y es todo gracias a ti asmodeo—gritó koji victorioso.

Koji triunfó y ahora que sora ya no estaba nadie podía detenerlo excepto asmodeo quien se interponía en sus planes a futuro.

—Su plan funcionó señor koji, asmodeo cayó en la trampa, ¿qué haremos en adelante?—preguntó nobu con su voz llena de victoria.

Mientras ellos hablaban de sus planes, no se percataron de que asmodeo había llegado y había escuchado parte de la conversación.

—Asi entenderán que yo soy el ser más poderoso del mundo y ahora nadie puede detenerme—dijo asmodeo sentándose en su trono.

—¿Cuáles son sus planes amo asmodeo?—preguntó koji, con firmeza para no ser descubierto por su ignorancia.

—Esperaremos a que sora reencarne y así poder engañarlo—respondió asmosdeo mirando hacía el vacío.

—Esplendido señor asmodeo—respondió koji para no ser descubierto.

Koji estaba más nervioso de lo usual, no se podía quitar de la cabeza si asmodeo lo había descubierto o si sabía de sus planes, no le quedó de otra que seguir fingiendo lealtad hasta que sora regresara.

—Puedes retirarte nobu y espera nuevas órdenes —ordenó koji con mucha tranquilidad.

—Como usted desee señor—respondió nobu retirándose.

Asmodeo aún no tenía idea que koji estaba planeado traicionarlo y así poder adquirir el poder de sora.

—Tu también puedes retirarte koji—dijo asmodeo con una voz sería e incógnita.

Koji estaba muy confiado y sin haberse dado cuenta asmodeo comenzaba a sospechar de él, al retirarse y dejarlo sólo no dudó en llamar a sus generales.

—Levantense mis generales, akimitsu, minoru y mi fiel general naomi—dijo asmosdeo mirando el suelo que lo rodeaba

Los tres generales al escuchar el llamado de asmodeo se levantaron...

—¿Cuáles son sus órdenes amo?, estoy para servirle—dijo akimitsu alegando.

—Que gusto verlo de nuevo amo—dijo minoru sonriendo.

—Estúpidos demonios solo me sirven para estorbar, ¿en qué puedo servirle amo?—dijo naomi despreciando a sus compañeros.

— Vigilen de cerca a koji no confío en él, y si es posible mantenlo—ordenó asmodeo.

Naomi se quedó en pleno silencio al escuchar una vez mas el nombre de koji.

—Asi que koji trata de traicionarnos, por ningún motivo lo pienso permitir—murmuró.

Asmodeo no se quitaba de la cabeza si realmente koji lo traicionaría, ya que comenzó a actuar sospechoso desde que terminó la batalla.

Esto continuará...

Capitulo 2 El despertar de un nuevo salvador

Y así transcurrieron cien largos años desde la muerte de sora en aquella batalla en que los ángeles casi se extinguen, nadie entendió el por que los demonios obtuvieron tanto poder para serles frente, la reencarnación de sora vagó por años buscando a su nuevo portador, los ángeles que tanto esperaban su regreso habían perdido toda esperanza y los demonios esperaban el día de su regreso.

Koji quien esperaba su regreso, finalmente había traicionado a asmodeo y a sus compañeros, pero fue un día en que el llanto de un bebé llegó hasta sus oídos, sabía que sora al fin había regresado después de tantos años de espera.

Koji se encontraba en el infierno huyendo de los generales de asmodeo, no podía ser capturado por ningún motivo por que sabía que sus planes fracasarian y todo se vendría abajo.

—Te llevó mucho tiempo regresar sora—sonrió koji, mientras huía de los generales de asmodeo.

—Maldito seas koji—gritaron los generales de asmodeo mirando como se les escapaba y sin poder hacer nada para detenerlo.

—No te lo perdonaré, yo misma acabaré con tú miserable y patética vida—gritó naomi advirtiendo a koji.

Pasaron 17 años desde que koji traicionó a sus camaradas y aquel bebé había crecido en un amable joven que no sabía lo que le esperaba.

PUEBLO DE AKAKU

—Hoy es el día de mí cumpleaños y al parecer nadie se acordó—dijo touji con una sonrisa falsa para no pensar en ello.

El pueblo de akaku preparaba una fiesta de cumpleaños sorpresa para sorprender a touji, las aves empezaban a emigrar sintiendo que algo terrible estaba por comenzar, el amanecer respondió como si no tuviera fin.

—¿Hijo?—preguntó mí madre, mientras su voz era nerviosa.

—¿Qué deseas madre?—respondí preguntando tratando de olvidar mí cumpleaños.

—Puedes ir al bosque y buscar unas flores—dijo mi madre apresurandome como si algo le preocupara.

Su voz era nerviosa y sospechosa.

Touji se dirigió al bosque en busca de las flores que le había pedido su madre, al entrar sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo mientras miraba las ramas de los árboles crujir.

El bosque empezaba a cubrirse de una intensa niebla, mientras caminaba podía escuchar el susurro de su alrededor.

"Touji touji".

Una voz aguda y misteriosa, miró a su alrededor pudiendo encontrar algo que lo pudiera guiar, pero no sé encontraba nadie.

"Touji".

Susurró una vez más el eco.

Al no ver nada se preocupó, hasta que decidió escuchar detenidamente el llamado, miró un pequeño lago que había a mitad del bosque pero aún así no pudo encontrar nada.

"Touji acércate una vez más al lago".

Susurró la voz al oído de él.

Una extraña sensación recorría por sus espaldas sintiendo como si el destino lo llamara.

—¿Esto es raro?—se preguntó confundido mientras se preguntaba por qué miraba su propio reflejo.

De pronto, el lago empezó a reflejar imágenes que él no podía explicar como habían llegado hasta ahí.

¿Por qué sólo yo puedo ver las imágenes?.

Se preguntó, mientras nuevamente el susurro lo llamaba hasta el fondo del lago.

"Mira el fondo del lago touji".

Dijo la voz misteriosa mientras observaba el lago, una intensa batalla se reflejó, se sintió incómodo al mirar lo que ocurría.

—¡Estás en peligro!—dijo la voz aguda diciéndole que huyera del pueblo antes que fuera demasiado tarde para él.

Touji se preocupó al no tener idea de lo que sucedía, corrió hasta su casa pero por dentro sabía que algo lo perseguía desde que salió del bosque asustado.

El atardecer estaba por comenzar y touji había entrado a su casa pero no encontró a sus padres, una nueva voz empezó a escuchar pero está vez eran risas.

—¿Hijo estás bien?—preguntó mí madre sorprendiendome, te noto distraído.

—No pasa nada madre, estoy bien—respondió touji como si se le acabara el aliento para poder responder.

—¿Puedes venir conmigo un segundo?—dijo mí madre sonriendo.

—¿Pero? ¿Y las flores?—pregunté.

La madre de touji sin responder le vendó los ojos para que no pudiera ver, el silencio emanaba en el exterior de su casa, el ambiente era tan tranquilo que incluso touji olvidó lo que había pasado, después de un rato se sorprendió al ver que no se habían olvidado de su cumpleaños.

—¡Feliz cumpleaños!—gritó el señor banri el líder del pueblo.

Touji olvidó lo que había pasado en el bosque y decidió divertirse en la fiesta que le habían preparado, miraba la intensa comida que abundaba en la mesa, de repente, una sensación extraña se apoderó de él.

Cayó al suelo y algo le sucedió, comenzaron a llegar imágenes en su cabeza, como si pudiera recordar partes de su pasado.

Su madre quien lo miraba angustiada logró despertarlo.

—¿Por qué te desmayaste hijo? ¿Te sientes bien?—preguntó mí madre preocupada.

—Estoy bien madre—le respondí sabiendo lo asustado que estaba por dentro—no puedo decirle lo que ocurre.

Touji se levantó e ignoró lo que había sucedido, regresó de nuevo a la fiesta para divertirse con las personas que lo rodeaban en especial con makoto quien era su amigo de la infancia.

El sol comenzó a ocultarse entre las nubes y la noche caía lentamente en el pueblo de akaku, la fiesta terminó y entre todos hicieron una fogata, touji sentía un mal presentimiento en su corazón como si algo estuviera por ocurrir.

El líder del pueblo habló de una vieja historia que hablaba de ángeles y demonios, touji lo miraba inquietante sintiendo un presajio, entonces le pregunto queriendo saber más.

—Señor banri ¿Qué historia es esa? ¡Ángeles y Demonios!—pregunté.

El señor banri respondió.

—Miles de años atrás, se libró una batalla en la que se decidiría el destino del mundo, en donde murieron cantidades de ángeles y demonios por quien gobernaría el mundo, asmodeo el rey de los demonios había jurado acabar con el mundo en señal de venganza, el único ángel que podía detenerlo era sora el ángel de la reencarnación pero fue asesinado por asmodeo.

Touji escuchaba con atención pero sabía que por dentro temblaba,era lo mismo que había visto horas antes en el lago del bosque.

—Aquel ángel se perdió en la reencarnación—dijo el señor banri.

Pero algo lo inquietaba como si supiera algo y tratara de ocultarlo.

Si el ángel de la reencarnación no aparecía lo más pronto posible el mundo y los humanos estaban condenados a muerte y a un eterno sufrimiento.

Al escuchar las palabras intensas, touji derramó una gota de lágrima mientras observaba la fogata en pleno silencio.

Antes que los habitantes se marcharán,del cielo emanó una intensa lluvía de fuego que arrasaba con la vida de algunas personas, touji miró el cielo observando al demonio que había visto antes, sabía que era imposible.

—Despues de tanto tiempo te he encontrado, ahora no podrás esconderte—gritó el demonio mientras volaba por encima de mi.

El demonio se acercaba a touji lentamente y alzó su espada en contra de él imponiendo arrogancia.

—Asi que sora te eligió a ti, no esperaba menos de el pero es lo mismo que seas un simple humano—dijo el demonio con su orgullo en alto.

Touji suplicaba por su vida al observar que el demonio intentaba asesinarlo, pero no entendía lo que ocurría en ese momento.

—Tu poder por fin será de mi amo, acepta tú muerte y no habrá tanto dolor—gritó el demonio.

Una extraña voz retumbó por los cielos, mientras observaba el cielo azul buscando el extraño sonido, un demonio apareció.

Aquel demonio que tenía una apariencia extraña se hacía llamar koji el segundo general de asmodeo, quien lo había traicionado para poder robar el poder de touji, el demonio sujetó su espada y apuntó en contra de él.

Touji estába por ser asesinado, al punto de morir, su madre se interpuso entre él y la espada así ocasionando que muriera al instante, la sangre derramada en el suelo era imperdonable.

—Esta vez ha faltado poco, hoy te has salvado pero juro que volveré y te arrevatare la vida—dijo koji con su voz burlona.

Touji miró a su madre morir en su presencia, sentía aquella misma sensación de antes recorrer por su cuerpo como si algo le susurrara al oído, sin explicación sus ojos cambiaron de color y de la nada aparecieron unas alas blancas.

—¡Alto ahí koji! te mataré así como tú mataste a mi madre!—gritó touji adviertiendo a koji por haber asesinado a su madre.

Touji al momento de intentar querer volar sus alas desaparecieron, entonces koji se burló de él al no poder hacer nada para defenderse.

Nos encontraremos de nuevo y tú poder será sólo mío, no lo olvides—gritó koji retirándose del pueblo.

Touji miró como koji escapaba con una gran facilidad mientras él caía inconsciente al suelo.

Capitulo 3 Los recuerdos del ayer no son para siempre

—Sora levántate, es momento de irnos a la tierra—dijo mí padre intentado despertarme.

—No quiero ir a la tierra padre ¿por qué no vas con tus arcángeles?—respondió sora mientras trataba de levantarse.

—Señor Ren ¡espere por favor! señor Ren—gritó un arcángel acercándose a nosotros.

—¿Qué sucede yuto? ¿Por qué me detienes?—preguntó mí padre confundido de la situación.

—Por favor deje aquí a sora con nosotros, no lo lleve consigo—respondió yuto como si persiviera un peligro.

—¿Por qué no? necesito llevarlo a la tierra, ¿la profecía recuerdas?— preguntó mí padre de nuevo.

—Asmodeo ha regresado y esta vez intentará destruir a su hijo—respondió yuto con un tono de voz agitado.

—¿Qué dices? asmodeo aún sigue con vida, es imposible que eso pueda suceder—respondió ren agitándose por la respuesta.

¿Quién era yuto? ¿Y cómo había descubierto el regreso de asmodeo?.

Ren quien era el dios de los ángeles relató que hace años existió un dios incluso más poderoso que ellos dos juntos.

Touji estába emocionado por ir a la tierra pues era la primera vez, antes de marcharse se acercaron los cuatro arcángeles quiénes protegían el reino de los cielos.

Sinji el primer arcángel, takashi el segundo arcángel, yuto el tercer arcángel y taro el cuarto arcángel, cada uno portaba un poder único que se les había otorgado por el primer dios en existir

Los arcángeles eran seres inteligentes y formidables en batallas, capaces de serles frente a los generales de asmodeo sin ningún problema, los cuatro arcángeles eran respetados por los demás y sora el ángel de la reencarnación.

Ren encomendó a tres arcángeles para proteger el cielo y a los ángeles que servían.

Los ángeles descendían del cielo a la tierra, sora miraba a taro y se preguntaba por dentro el por que era ciego, no entendía como es que podía protegerlo si era el arcángel más débil, el y su padre eran escoltados por fuertes ángeles dirigidos por taro.

Al momento de llegar a la tierra notaron que no existía la vida salvaje, sólo se podía sentir el fuerte calor que emitía aquella bola de fuego que todos llamaban sol.

Comenzaron a explorar la tierra para obtener información de ella, isamu era quien se encargaba de proteger al joven sora del peligro que podría asechar.

El cielo se oscureció cuando los demonios aparecieron de la nada y empezaron a atacar a los ángeles sin alguna explicación, entre ellos había uno que resaltaba a los demás, su presencia imponía una vibra amenazante.

Los ángeles incluyendo a ren y sora estaban paralizados al mirar al temible asmodeo mirandolos, Ren murmuraba que era imposible que su hermano aún continuará con vida.

Sora se comportó de manera extraña en el momento que asmodeo se acercó a él, era como si lo controlara y manipulara y finalmente se suicidó.

Vagó por muchos años esperando encontrar a su reencarnación, hasta que vió un camino al fin del túnel, una luz hermosa que emitía libertad, sora se preguntaba si era el momento justo para su regreso.

Sora recordaba sus recuerdos por última vez antes de que fueran borrados al nacer.

Era el momento que touji despertara y aceptara su destino como mí reencarnación, sora suplicó por horas para que pudiera despertar, tenía que salvar el mundo o sería invadido por él y ya no habría nadie que lo detuviera.

Touji se presenció preguntando incoherencias que sora no podía entender.

—¿Quién soy? ¿Quién eres?.

Sora respondió que hace años el era un ángel que había sido asesinado por asmodeo quien buscaba destruir su poder y gobernar el mundo, sin él en su camino nadie podía detenerlo.

—Te he elegido a ti touji como mí reencarnación—dijo sora con un tono firme.

—Yo no soy a quien has estado buscando, ¿por qué han asesinado a mí madre?, ¿por qué yo?—respondió touji con un profundo sentimiento en su corazón.

—Ellos buscaban asesinarte a ti y no a tú madre—respondió sora mientras intentaba abrazarlo.

Touji empezaba a desvanecerse en cada segundo que pasaba, cada segundo valía oro para sora pues aún no terminaba de explicarle cual era su objetivo en la tierra y como debía salvar a su amada tierra de las manos malvadas de asmodeo.

—Hijo has logrado despertar—dijo mí padre preocupándose por mí.

El anciano del pueblo se quedó en dudas preguntandose que me había pasado, sabía que era algo no inusual.

—Dime touji, ¿por qué te comportaste de forma tan extraña? ¿Y esas alas como crecieron?—preguntó el anciano buscando respuestas.

Touji apenas y podía responder lo que había ocurrido en él, era algo que no tenía ninguna explicación, podía sentir como se le hacía un nudo enorme en la garganta.

—Aquel sueño parecía tan real que incluso un ángel apareció, dijo que me había elegido a mí aunque no logré entender a qué se refería con eso—respondió touji sintiendo una gran duda de su destino.

Touji inclinó su cabeza pidiendo disculpas por no haber podido hacer nada para ayudar a su pueblo, miraba a su alrededor con tristeza, la mayoría de los habitantes habían muerto incluyendo a su madre, touji que quedó en silencio y recordó las palabras de aquel misterioso ángel.

De un momento a otro aceptó su destino y darle un adiós a su madre, el viejo del pueblo entendió lo ocurría, banri y el viejo del pueblo murmuraban entre ellos.

—Touji es momento de que lo sepas—dijo banri con un tono misterioso.

—¿Qué sepa que?—preguntó touji confundido.

—Iremos al templo sagrado—respondió el viejo del pueblo caminando hacia aya.

En el lugar resaltaba una pintura en donde un ángel con el rostro borroso luchaba con un demonio, sus escritos parecían que estaban en los idiomas de los ángeles y demonios.

—Es fácil leerlo—dijo una voz sorprendiendo a todos.

La voz era de makoto quien había entrado cuando koji comenzó a atacar el pueblo.

—¿Qué haces aquí?, no deberías estar en un lugar como este además me has asustado—respondió touji con una mirada perdida.

—Cuando miré lo que ocurría, corrí y este fue el único lugar que encontré para esconderme—respondió makoto con una voz tranquila.

—Sabes que este es un lugar prohibido y no deberías estar aquí—respondió banri.

Makoto empezó a leer...

—Cuando sora él ángel de la reencarnación muera, nacerá un nuevo salvador, este se encargará de traer paz al mundo y deberá de vencer al rey de los demonios.

—El demonio al que tú mencionas es asmodeo—comentó makoto mientras terminaba de leer.

—Significa que tengo que salvar el mundo, tengo que ser rápido—dijo touji acercándose a su padre.

El padre de touji no estaba de acuerdo con la decisión tan repentina, pues sabía que era lo único que le quedaba.

—¿Pero kaito?, entiende que tú hijo es el elegido y debe cumplir con lo que esta escrito.

Kaito gritó, no dejaría que su hijo muriera también en manos de un demonio.

—Escucha kaito, nori estaría tan orgullosa de su hijo al saber que salvará el mundo de los demonios—dijo banri tratando de convencer a kaito.

Kaito aceptó y dejó ir a su único hijo, su amigo makoto se ofreció ayudarlo en su viaje, nadie sabía que tipo de obstáculos tendrían para descubrir la verdad.

Al día siguiente por la mañana se alistaron para ir a buscar las respuestas que necesitan a sus preguntas, las personas que quedaban en el pueblo se despidieron de ellos, no sabían cuánto tiempo les tomaría en regresar.

—Cuidate mucho hijo, estaré esperando tú regreso—gritó kaito dándole adiós a su hijo.

Antes de irse, el viejo del pueblo les dijo que fueran al pueblo de las leyendas, ahí encontrarían a una misteriosa chica que sabía de los ángeles y demonios.

—Su nombre es rin—gritó antes de olvidar su nombre.

En el camino el cuerpo de touji sintió un escalofríos sabía que algo o alguien los perseguía sigilosamente.

Makoto preguntó mientras miraba directamente a touji.

—¿Esta todo bien touji?.

Touji para no hacer preocupar a su amigo fingió que todo se encontraba en orden aún sabiendo que alguien los perseguía.

—Todo esta en orden, continuemos.

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