De antemano quiero darles las gracias por estar aquí presentes. La colección que van ustedes a observar es de las más recientes. Espero que les guste y ya saben al final dirán cuál les gustó o cuál quieren. Muchas gracias.
Un maestro de ceremonias dirigió toda la pasarela.
Los inversionistas estaban contentos con los modelos nuevos de ropa que estaban mostrando. De ellos dependía que abrieran otra sucursal en otro estado. El dueño del local estaba muy contento con Jimena porque resultó ser una gran anfitriona, además, de tener una buena calidad de persona.
Más, de pronto, cuando todo estaba saliendo a pedir de boca se fue la luz...
La gente que estaba presente se sacó de onda. Jimena se sintió mal de momento, pero inmediatamente recobró el aplomo.
La luz de apoyo se encendió de inmediato.
Disculpen, solo fue un mal momento, pero ya está todo arreglado sigan disfrutando de la pasarela.
Como por arte de magia la luz regresó. Jimena era muy eficiente y logró salir avante de ese mal momento.
Esto sucedió porque quería darles una buena sorpresa, ahora con ustedes el modelo final el más importante de todos.
Todos los que estaban ahí aplaudieron entusiasmados.
Nadie notó que Linda hacía una mueca de disgusto.
El éxito fue rotundo, los personajes VIP se llevaron por lo menos tres colecciones cada uno.
Ahora Linda estaba que trinaba de coraje.
Maldita estúpida. Por esta te salvaste, pero pronto lograré mi objetivo.
Cuando todo terminó y los personajes se hubieron ido Jimena encaró a Linda y a Pascual.
¿Qué fue lo que pasó?, ¿no acomodaron bien la luz o qué? Por poco me hacen perder una inversión muy importante.
Discúlpame, Jimena, no sé qué fue lo que pasó yo tenía todo arreglado. Linda, ¿tienes idea de lo que pudo haber pasado?
Por supuesto que no, yo hice todo lo que tú me pediste.
Entonces, ¿por qué se fue la luz? Es la primera vez que me sucede esto.
Yo que voy a saber yo no soy electricista, contestó linda de mala manera.
Por esta vez lo voy a pasar de largo, pero que no se vuelva a repetir, ¿estamos?
Vayan a sus casas y espero que mañana regresen con buena actitud.
Cuando todos se fueron Jimena fue a checar en el interruptor de la luz.
Curiosamente, un arete estaba tirado cerca.
Jimena recordó a Linda y se dio cuenta de que le faltaba un arete solo que en ese momento no le dio importancia.
¿De manera que fuiste tú?, ya lo sospechaba, pero no estaba segura.
Jimena sabía que no era santo de devoción de Linda, pero jamás imaginó que le sabotearía su pasarela.
Hola, familia, ¿cómo están?, dijo Jimena al llegar a su casa.
Carolina se acercó a su hija, ¿cómo te fue hoy, mi vida?
Tuve un pequeño inconveniente, pero lo pude resolver a tiempo.
Llegas a tiempo la cena ya está servida.
Ándale, hermana, que ya muero de hambre, dijo Darío.
Estás de suerte porque ya estoy aquí.
Todos fueron a sentarse a la mesa y cada quien se sirvió su porción.
¿Sabes, mamá?, una de mis empleadas me quiso sabotear mi trabajo. Afortunadamente, logré controlar el momento. Gracias a eso, tuve buenas ventas de los nuevos modelos.
¿De verdad, hija?, eso me causa alegría.
Uy, hermana, eres muy afortunada tienes visión del futuro, dijo Darío, sonriendo.
Por supuesto que sí, Darío, aunque lo digas de esa forma tan sarcástico.
No, hermana, te lo digo en serio, de verdad me parece que eres muy lista. Y no solo me parece estoy completamente convencido.
Gracias hermano, y, por supuesto que sé, que deseas lo mejor para mí.
Yo también deseo lo mejor para ti, dijo Joseph.
Yo lo sé, yo también los quiero mucho a los dos.
Al poco rato.
Gracias, mamá, estuvo muy rica la cena.
Agradécele también a tu abuela, ella y yo hicimos la cena.
Gracias, abuelita, eres un amor, se levantó y le dio un beso.
Ah, mira, ¿y yo no merezco un beso?, dijo Carolina, celosa.
Claro que sí madre. Ximena se acercó a ella y también le dio un beso en la mejilla.
Me voy a acostar he estado muy estresada, que descansen todos.
Alex, que hasta ese momento había estado callado dijo: Te felicito, hija, por tu triunfo yo sé que siempre logras salir adelante en lo que te propongas.
Gracias, papá, con permiso.
Jimena se acostó, su mente empezó a recordar el momento en que se fue la luz en la pasarela.
Tendría que darle una buena lección a Linda o, de lo contrario, seguiría saboteándole su trabajo.
Con esos pensamientos se quedó dormida.
.
.
El nuevo día le trajo nuevas esperanzas a Jimena.
Cuando estuvo lista para irse a su trabajo bajó a desayunar con su familia.
Por lo que veo dormiste bien, ¿verdad?, tienes una cara que da alegría verte.
Uy, hermano, qué atento eres.
Hoy entro un poco más tarde, si quieres te puedo llevar a tu trabajo, dijo Alex.
Gracias, papá. Trataré de comprarme un auto lo antes posible.
No te preocupes, hija. No me molesta para nada llevarte.
Yo lo sé, pero necesito mi independencia.
Si tú lo dices y le guiño un ojo.
Bueno, hemos llegado.
Nos vemos a la noche, padre.
¿Quieres que pase por ti?
Nada me daría más gusto.
Está bien, entonces pasaré por ti más tarde, ¿de acuerdo?
Ok.
.
.
Varios de sus empleados ya estaban ahí.
Buenos días, Jimena saludó a todos.
Pascual, en cuanto llegue Linda me la mandas a mi despacho, por favor. Y vienes tú también.
Está bien, dijo Pascual sin ninguna emoción en su cara.
Jimena entró en su despacho y se dispuso a revisar los bocetos de los vestidos que mandaría pedir a las otras sucursales.
Se oyó un toquido a la puerta de su despacho.
Pasen.
Buenos días, ¿nos mandaste llamar?, dijo Linda con una actitud muy prepotente. Vestía una falda corta y un top. Parecía maniquí de un aparador.
Siéntense, por favor.
Quiero que sepan que lo que pasó ayer no me tiene contenta. Yo sé que esto no fue un accidente fue provocado. Ustedes dos fueron los encargados de arreglar todo el salón.
Pascual te conozco de varios años y sé que tú serías incapaz de sabotear mi trabajo.
En cambio, tú, Linda, sé que no me quieres y también que te caigo mal. Harías lo posible porque yo nunca progresara, pero, ¿qué crees? Le diste promoción a mi trabajo y vendí más de lo que hubiera imaginado. Solo por eso no te voy a suspender, pero lo que sí voy a hacer es mandarte a los archivos por una semana. Ya que si paso por alto esto que hiciste todos se me van a alebrestar y van a querer hacer lo mismo. Por eso tengo que poner orden y disciplina, sin excepción alguna.
Luego, habló por el interfono, Laura, ¿puedes puedes venir un momento, por favor? Pascual, puedes retirarte. Pascual salió y entró Laura.
Por favor, muéstrale a Linda lo que va a hacer en los archivos. Una semana estará a tus órdenes.
Laura enarcó las cejas, sí, Jimena, lo que tú digas.
Es todo, pueden retirarse. Linda, ve con ella, por favor.
Linda se fue de mala manera, odiaba tener que obedecer órdenes.
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Comments
Elizabeth Yepez
si no le gusta recibir ordenes que monte su propio negocio
2025-04-20
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