Cuando llegaron a la estación Víctor bajó de la bicicleta, todavía confundido por su cambio de actitud, y le agradeció por llevarlo.
Pero ella no se detuvo a escucharlo, en cuanto él puso los dos pies sobre la acera dio media vuelta y se marchó.
Diez minutos después estaba en casa.
Annette
¿Qué pasó?
Annette le preguntó cuando la vio entrar al salón. Estaba sentada en uno de los sillones leyendo un viejo libro.
María le relató lo que sucedió, la presencia que había sentido, pero evitó mencionar a Víctor.
Annette
Vas a tener que lidiar con eso.
Annette
Quien quiera, o lo que sea, que haya sido seguramente se dio cuenta de que notaste su presencia.
Annette
¿Estás segura de que no te siguió?
María
Sí.
Annette
Bien. Esta va a ser una buena oportunidad para ponerte a prueba.
María asintió.
El día siguiente transcurrió con normalidad hasta que llegó su hora de salida del trabajo.
No llevó su bicicleta y esperó treinta minutos antes de salir de la plaza comercial rumbo al parque.
Y entonces sintió la misma presencia que la noche anterior.
Observó su reloj. Eran las once con cuarenta y dos minutos.
Todavía había gente a los alrededores del parque pero la plaza central debería estar vacía.
Tenía que asegurarse de que no hubiera testigos.
Aceleró sus pasos solo para detenerse en seco un instante después.
María
¿Qué haces aquí?
A su paso salió Víctor.
Víctor
Yo... Quería pedirte disculpas si...
María no lo dejó terminar y lo sujetó de la mano con la intención de llevarlo a la estación.
María
¡No deberías estar aquí!
Le dijo con bastante irritación.
Víctor
¡Espera...!
Víctor
¡Me gustaría hablar contigo...!
María agradeció que todavía no fuera más de media noche mientras cruzaban la plaza.
Así tendría tiempo de sacarlo de ahí. Pero entonces Víctor se detuvo y se negó a seguir caminando.
María
¡¿Qué haces?!
Víctor
¡Solo quiero hablar contigo!
María sintió que la presencia se acercaba y entró en pánico.
María
¡No tengo tiempo!
María
¡Tienes que irte!
Sus palabras fueron como dardos que perforaron el corazón de Víctor. Pero lograron que se diera por vencido.
Víctor
Entiendo... No voy a molestarte más.
Dijo visiblemente derrotado.
Víctor
Espero que aceptes mis disculpas.
Se despidió con un gesto y se dispuso a alejarse.
???
Es una lástima que te vayas.
La voz desconocida provoca que un escalofrío recorriera la espalda de María.
Al otro lado de la plaza apareció un hombre. En cuanto sus ojos se posaron sobre él María supo que se trataba de la presencia que había sentido la noche anterior.
Víctor se detuvo al escuchar las palabras del desconocido.
Víctor
¿Disculpe?
???
No te vayas. Tengo suficiente apetito para ambos.
María se colocó en frente de Víctor.
María
No te muevas.
Le dijo sin voltear a verlo.
Víctor
¿Qué está pasando?
El hombre comenzó a avanzar hacia ellos.
???
Ayer me tomaste por sorpresa. No tenía la intención de hacerte mi presa, pero cuando notaste que te estaba viendo sentí curiosidad.
El hombre sonrió. Entonces María pudo ver dos largos colmillos a cada extremo de su boca.
De repente el hedor de la sangre comenzó a inundar la atmósfera en el parque.
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