CAPITULO 2 "Dinastía"

Mikaela Pride

Al apartar la vista de la pantalla de mi celular y mirar por la ventana del vehículo, el edificio de la empresa comienza a destacarse majestuosamente. A solo unos metros de distancia, el imponente logo de "Mechanical Technology M.P." resalta de manera prominente, dominando el entorno. La camioneta se detiene suavemente frente a la entrada principal, y al bajar, noto que las personas a mi alrededor detienen lo que están haciendo para observarme con curiosidad y admiración.

Caminando con paso firme y decidido, cruzo la línea recta de la entrada y siento las miradas de respeto y admiración de los empleados, quienes inclinan levemente la cabeza para saludarme con deferencia. Ser la presidenta y única dueña de esta vasta corporación no solo me otorga una excelente reputación, sino también un nivel de respeto que trasciende fronteras.

Mis guardaespaldas me acompañan hasta el ascensor; algunos se quedan conmigo mientras otros suben por las escaleras, asegurándose de mantener una discreta pero constante vigilancia. Al llegar al último piso, el espacio reservado para mi oficina personal, me despojo del abrigo y me acomodo en mi silla ejecutiva, rodeada de la mejor tecnología.

En mi escritorio, una pila de documentos relacionados con la expansión de la marca me espera. Las nuevas sucursales de "Mechanical Technology M.P." se están multiplicando rápidamente, y el crecimiento parece no tener fin. Antes de sumergirme en los papeles, echo un vistazo por el ventanal. Desde aquí, la ciudad de Londres se despliega ante mis ojos en toda su majestuosidad, una vista imponente que refleja el poder y alcance de mi empresa.

Ser la heredera del imperio Pride no solo me ha permitido continuar con la tradición familiar, sino que también me ha brindado la oportunidad de llevar el negocio a nuevas alturas. La empresa de tecnología que dirijo está en su punto más alto, pero no es el único pilar de nuestro legado. La vasta cadena de hoteles de lujo, los exclusivos cruceros que surcan los mares y la red global de concesionarios de autos, todos bajo la prestigiosa marca "M.T.", son testimonio del éxito que hemos alcanzado.

Cada decisión que tomo refuerza y amplía este imperio, dejando una huella indeleble en el mundo de los negocios globales. Mi padre, el fundador de la empresa, siempre me dijo que "un líder no solo ve el presente, sino que también vislumbra el futuro". Y yo he hecho exactamente eso, llevando a la empresa a nuevas fronteras y consolidando nuestra posición como líderes en el mercado y mi madre me instruye para moverme de manera más cautelosa, fría y calculadora, mejorando la dinastía.

Pero no solo se trata de los negocios. Mi familia siempre ha estado comprometida con la filantropía y el bienestar social. La Fundación Pride, ha cambiado la vida de miles de personas en todo el mundo, proporcionándoles acceso a educación, salud y oportunidades económicas, además de eso construye un futuro mucho mejor, que no solo amplia nuestra influencia en el mundo comercial, también protege el legado del imperio "PETROV"

Muchos dicen que es ser hija de papis lo que me ha permitido estás aquí y es la verdad, no es mi culpa que tenga familia comprometida a ser los mejores y algo que no ven es que gracias a mi el negocio se a expandido en magnitud, dejando la marca en los mayores estándares, que no cualquiera joven de 27 años lo puede lograr.

Mientras reviso los documentos, mi asistente personal, Emma, entra en la oficina con una sonrisa. "Señorita Pride, tiene una llamada del señor Thompson, presidente de la Cámara de Comercio de Londres. Quiere discutir la posibilidad de una asociación estratégica entre nuestra empresa y la suya".

Sonrío, sabiendo que esta llamada puede ser el comienzo de algo grande. "Emma, por favor, conecta la llamada. Estoy lista para escuchar lo que el señor Thompson tiene que decir".

Con una confianza y determinación que me han llevado al éxito, atiendo la llamada, lista para enfrentar nuevos desafíos y oportunidades que consoliden el legado de la familia Pride.