Mientras David va al segundo piso y encuentra a su novia entre lágrimas; la albina sube a su auto y se dirige a la empresa para hacer todo cuanto antes, así tiene tiempo de salir con Aldana, con intensiones de conocerla y sacar información que no pudo encontrar en las fotos del pelirrojo. Ejemplo, si existe una mujer en su vida amorosa.
A las 17 hs, ya saliendo de la empresa, encuentra a la pelirroja en recepción esperando por ella.
—No me avisaron que estabas aquí— menciona sorprendida y mira hacia la chica que ocupa el puesto de recepcionista.
—Le pedí que no te dijera nada porque quise sorprenderte— menciona salvando el trasero de la empleada, quien es totalmente ignorante de todo.
— Lo has logrado— responde Yura entre risas.
—Me alegra— bromea la hermana de Aarón.— Vamos afuera que dejé el auto estacionado en la calle.
—¿Por qué no lo entraste al estacionamiento?— cuestiona confundida.
—Iba a demorar mucho— miente.
Yura siente que no es del todo sincera, pero no la quiere incomodar con preguntas porque es la primera vez que saldrán solas, además todos tienen derecho a ocultar algunas cosas.
Es obvio que ella tampoco dirá muchas cosas que quisiera, pero por ahora, será una mujer casi perfecta, sin nada turbio detrás.
Aldana le señala que su auto es un Audi con vidrios negros y luego entran en los asientos de atrás, sorprendiendo a la albina de que su ex mejor amigo sea el chófer que estará disponible para ellas hoy.
—Buenas tardes— saluda ella.
—Muy buenas, Yu.— responde coqueto mientras la ve por el espejo retrovisor, acción que ella disfruta para ver esos ojitos de diferente color.
—¿A dónde quieres ir?— cuestiona Aldana sacándolos a ambos de su nubecita romántica.
— Tomaremos el mejor café del mundo— menciona Yura recordando que jamás cambió su cafetería preferida a la que iba con Aarón, al que supone también le traerá recuerdos.
—¿Dónde es?— cuestiona él.
— ¿Recuerdas a donde íbamos cuando salíamos de la Universidad?— consulta esperando que le confirme.
—Claro, sería imposible olvidarlo, pero me enteré de que ha sido vendida— responde él.
—Sí, es cierto. Los dueños estaban pasando por problemas económicos, pero todo se arregló.
—Entonces, las llevaré hasta allí y luego me voy a trabajar.
—¡Ay, hermanito! Hoy no tienes nada que hacer, tu jefe te dio el día libre, así que podrías acompañarnos, ¿verdad, Yura?— indaga dándole una oportunidad a la albina
—Por supuesto— acepta ella notablemente feliz.
—¿No les molesta que interrumpa su tarde de chicas?— indaga mirando por el espejo retrovisor.
—Para nada, querido— responde Aldana acompañado de un gesto pícaro.
Aarón empieza el camino hacia la dirección que perfectamente recuerda y luego se mantiene en silencio, mientras las mujeres no dejan de hablar sobre sus trabajos.
En parte, agradece que Aldana quiera ser amiga de la mujer que todavía ama, pero a la misma vez está un poco frustrado porque Yura no dice ni una palabra de su privacidad con su esposo. O sea, no es que quiera saber cómo se llevan en la cama, sino que necesita averiguar si tienen una relación feliz o no; algo que le dé una pista para ser conocedor de una posible oportunidad.
Llegando a la cafetería, Aarón puede notar que los colores de la fachada han cambiado; estaciona justamente en la puerta y baja del auto para abrir la puerta de su hermana, la cual le hace una seña silenciosa para que ayude a su amiga, así que se dirige hasta la puerta de la albina y le ofrece su mano al verla salir.
Ella no lo acepta porque teme que hayan empresarios o medios de comunicación cerca, pero le sonríe con ternura y susurra algunas palabras.
— Disculpa, pero nos pueden ver y malinterpretar.
— Entiendo— responde él sabiendo que es cierto lo que ha dicho.
El trío entra al local y los ‘’dueños’’ enseguida van a saludar a Yura, diciéndole que su mesa está siempre lista para su visita. Los dirigen hasta el lugar y les toman los pedidos, dejándolos solos minutos más tarde.
—Te tratan como una reina— expresa Aldana viendo como le sonríen, desde la distancia, a quién tiene en frente.
— Supongo que sí.— responde alzando los hombros.
— Se nota que nunca has dejado de venir— dice Aarón viendo como Yura se sonroja.— Esta es la mesa que nosotros ocupábamos— recuerda acariciando la madera.
Esa es la única mesa que no cambió en todos esos años, mostrando lo viejita que está, con sus manchitas marrones y algunas imperfecciones, siendo que todos los muebles son totalmente nuevos.
—Lo sé— admite Yura.
Una mesera llega interrumpiendo a los amigos y trae una bandeja con los pedidos.
—Jefa, buenas tardes— saluda la chica, haciéndoles saber a los hermanos Suárez que se han sentado con la dueña de la cafetería.
—¿Ahora es tuya?— consulta Aldana un poco sorprendida. En realidad no le cabe ni la menor duda, ya que ella es quien los ha llevado allí y la han tratado bien. Además de la información dada, eso de que los dueños tuvieron problemas económicos y después no, era raro.
Aarón saltaría de la felicidad y besaría a su eterno amor, si no fuera porque realmente no es suya y está casada con otro hombre, pero ahora no duda de lo importante que fue su amistad para ella, puesto que ha ayudado en el local y conserva su lugar especial.
—Los ayudé e invertí, pero siguen siendo los dueños. Aunque insisten en que soy la dueña y me consultan absolutamente todo— responde riendo, sin ver a su amigo porque siente su mirada fijamente, pero teme que pueda leerla como un libro abierto, dándose cuenta de lo profunda que es esa acción y los sentimientos retenidos.
—Algo importante que conozco de ti— ríe la hermana de Aarón.— ¿Tú qué piensas?— mira al pelirrojo y llama su atención con esas palabras, ya que él está perdido en otra cosa.
— ¿De qué?— cuestiona con el ceño fruncido.
—De Yura, yo no la conozco como tú, pero pienso que es una mujer muy amable por ayudar a los dueños.
—Siempre fue así— admite él.
— Conquistaría el corazón de cualquiera con esa personalidad— bromea la pelirroja y su hermano asiente, pero la albina niega.
— A cualquiera, pero no a ese tonto— repite Yura en un susurro, captando la atención de los presentes.
—¿Has dicho algo?— cuestiona su nueva amiga.
—Que el café está rico— dice señalando su taza.
Aarón no dice mucho, pero analiza cada movimiento que su antigua amiga hace. Además disfruta de la linda vista que ella le regala con su linda sonrisa.
Sin duda, este viaje a España y esta salida en donde su hermana le pidió que fuese chófer; ha sido lo mejor en varios años.
Ni siquiera recuerda tener algo más interesante que supere el día de hoy y este nuevo descubrimiento.
Ella ha mantenido la cafetería que muchas veces fue testigo de las sonrisas que se brindaban, de los secretos ‘’confesados’’, de las largas horas de estudio que compartieron, las anécdotas que se han quedado justamente allí, esperando nuevamente por ellos.
Aunque ahora están con Aldana, Yura está casada legalmente, ya no son unos niños y hablar no es tan fácil como en su adolescencia.
—¿Hace cuánto estás casada? –cuestiona la pelirroja queriendo conseguir información para su hermano. Además, de iniciar un tema de conversación para realmente ser amiga de Yura.
— En tres meses serán diez años.— responde secamente.
—Los más felices, ¿no?— consulta con cierta intriga.
La albina no responde porque le da vergüenza admitir que ninguno de esos días ha sido feliz, o sí, pero solamente cuando buscaba en internet información de su amigo y veía que él ha cumplido sus sueños.
Aarón puede ver que ella solamente se dedica a beber su café, evitando una respuesta que parece no querer dar, así que por debajo de la mesa, golpea la pierna de su hermana, la cual lo mira y él niega, dándole a entender que no siga en esa dirección.
—¿Tienes hijos?— cuestiona ahora, ignorando las señas.
— No— responde Yura mirándola a la cara.
Ella no se ha dado cuenta de lo que está haciendo Aldana porque no es experta en el comportamiento humano, así que solo piensa responder lo que crea conveniente.
— Una relación larga y sin convenientes— expresa la pelirroja mientras su hermano mira al techo por la incomodidad de esa frase. Sin embargo, no sabe que es un plan.
— ¿Quién dijo qué no hay problemas? –cuestiona la ojigrises
— Es que, ya van casi una década juntos— responde Aldana.
Yura empieza a reír y los hermanos la miran con curiosidad, sin entender qué es lo que le causa gracia.
— Estoy en camino al divorcio— confiesa.
Aldana casi aplaude feliz por esa noticia y mira a su hermano, el cual disimula una gran sonrisa detrás de una máscara seria, típico de un abogado.
—¿Por qué?— consulta su nueva amiga.
— Un par de problemas, sin solución. – es lo que responde para no decir más.
Sin darse cuenta, ha dicho mucho y ahora le ha dado pase libre a Aarón para conquistarla.
El día ha sido de muchas negativas, conversaciones con trucos ocultos, confesiones inocentes, y nuevas oportunidades, aunque la única que todavía no lo sabe es Yura Pregonas.
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Comments
Λlι Cαя∂ιηαlι✨ ♥️
Yura creó que siempre se amaron. Y su esposo lo sabía por eso, permitió que ellos se volvieran a ver.
2025-05-09
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Patricia Salazar
Después de su divorcio 🤦♀️ Yura merece ser feliz 🤷♀️ Aarón está es tu oportunidad de conquistarla. En el pasado Yura pensaba que no estabas interesada en ella 🙈 está vez demuéstraselo.
2024-10-24
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Adriana Vargas
ya tienes la oportunidad Aaron 🙂 ya puedes ser feliz puedes esperar a que se divorcie y poder conquistarla jajaja 🤣💘❤️💝🩷
2024-09-16
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