Ella solamente lo mira un poco confundida porque sus pensamientos están en el pelirrojo, pero su esposo seguramente está hablándole de algún invitado en especifico del que no escuchó su nombre.
—¿De quién hablas? –cuestiona nerviosa de que él se dé cuenta.
— Aarón Suárez— menciona lentamente o así le parece a Yura.
Su nombre en voz alta le trae buenos recuerdos que no tienen nada que ver con la amistad, sino con su personalidad, esa que tanto le gustaba.
— Hoy me dijiste de la cena, así que no sé quién está invitado— trata de contestar con tranquilidad, pero el pulso lo tiene a mil por hora y sus mejillas se han sonrojado demasiado, haciéndole notable el sentimiento que la embarga.
—Lamentablemente, no puedo dejarte sola con él porque no se vería bien, ya que es un lugar casi público y estarán los medios de comunicación.
—No intentaría acercarme o estar a solas con el señor Suárez— responde con temor de que todo sea un truco para luego reclamarle o hacerle daño.
—Tranquila, Yura— sonríe mirando hacia sus manos y luego conecta sus ojos con ella— Sé que no fui el mejor esposo del mundo y que todas mis frustraciones las terminaste pagando tú, pero eres una linda mujer y quiero que seas feliz.
—¿Debo agradecerte estas palabras o el cambio de actitud?— cuestiona desconfiada.
—Creo que sí, pero entiendo si no lo haces— saca su celular y le escribe a Sandra un mensaje amoroso.— ¿Esto está bien para disculparme?— le muestra la pantalla a su esposa y por primera vez, Yura está confundida.
Ella piensa que seguramente los marcianos han succionado al verdadero David y han mandado un impostor o que directamente, sufre de doble personalidad y recién se da cuenta.
—Parece que de verdad la quieres— es lo único que dice, creyendo que quiere fingir eso mismo.
—Es que…— se rasca la nuca con nerviosismo como si fuese un adolescente— Me enamoré de Sandra.
— Te felicitaría, pero tienes a Marta.
— Quiero terminar nuestro contrato para pedirle matrimonio a Sandra, pero sé que Marta me hará la vida imposible porque no la tomaré a ella en primer lugar.
— Si quieres tenerlas a las dos, sería bueno que pienses primero en la madre de tus hijos.— responde por su estilo de poligamia.
— Quiero terminar con ella y pedir la custodia absoluta.— confiesa.
—¿Por qué no has aceptado el divorcio?— cuestiona para sacarse esa duda.
— Si lo hacemos, podemos perderlo todo. –responde— Tu padre firmó que, a pesar de ser mayor de edad, él te mantenía. Así que tú o él, tendría que pagar una gran suma destinado a un tercero, y yo ceder mi puesto, mis propiedades y también dinero, a un desconocido.
—¡Llegamos!— avisa el chófer.
—Por fin, el camino ha sido largo— reclama David y Yura solo asiente porque es cierto, pero eso le ha dado la oportunidad de conocer cosas de las que antes era ignorante.
Marta, Sandra, sus padres, sus suegros, la empresa, el senado, la relación y su amigo, muchas cosas reveladas en una hora de viaje hasta el lindo restaurante que está delante de ella. Sin lugar a dudas, tanta información la ha dejado un poco mareada, pero podrá disimular.
—Debemos entrar— avisa David para salir e ir hasta la puerta de su esposa; la abre y tiende su mano para ayudarla a la vista de los reporteros que aprovechan a capturar esa imagen.
Desgraciadamente para ella, debe fingir el papel de esposa feliz y posa sonriente para que tomen algunas fotos, pero luego entran al salón que está bellamente decorado, además de lleno por todos los invitados importantes.
Les tienden un folleto con el itinerario de lo que pasará esta noche y luego les ofrecen unas copas de champagne.
En determinado momento y luego de tantos saludos, llegan varios abogados de Francia, entre ellos, Aarón Suárez del brazo con su hermana, la cual Yura no conoce personalmente porque estaba viviendo en otro país, pero sí recuerda su nombre.
—Buenas noches— dicen tres desconocidos al unísono.
— Igualmente— saluda David sabiendo que su esposa está perdida en los ojos del pelirrojo, o más que nada en su acompañante y el abogado no ha mencionado ni una palabra, encontrándose igual que Yura.
—Me imagino que ella es su esposa— consulta un francés, haciéndola sonrojar por su actuar.
—Yura Pregonas, un gusto— se presenta.
— ¿No usa el apellido de su esposo?— cuestiona un señor, el más viejo de los abogados.
— No lo necesito— responde tosca, recibiendo un pequeño pellizco de David para que no hable mal.
— Mi esposa dice lo mismo, pero para usar mi dinero sí me recuerda — bromea otro.
—Me gusta mi independencia y no pedirle nada al señor Castro— dice en el mismo tono, aunque tragándose las ganas de responder mal, pero se le escapa una parte importante de su dialogo.
Ha nombrado a David de forma formal cuando se supone que son una pareja amorosa y deberían tratarse cariñosamente, sin protocolos.
—¿Señor Castro?— cuestiona la acompañante de Aarón— ¿Lo llamas así?
Yura en este momento está furiosa porque esta mujer tiene su brazo enroscado como una serpiente en los músculos del hombre que definitivamente sigue amando, pero debe disimular, por eso solo la mira y sonríe.
—Es un juego— responde el Senador antes de que su esposa quiera escupir alguna tontería que los deje en evidencia, sabiendo más que nada, que debe mantener ese teatro ante el jefe del pelirrojo, quien es importante en el Estado de Francia y amigo del presidente de España.
Obvio que las palabras de David no le gustan a Yura, pero debe evitar reclamar y seguir fingiendo con una sonrisa antes de que le salgan letreros en la cara.
—Señor Suárez, ¿conoce usted a los señores Castro?— cuestiona su jefe a Aarón, quien se ha mantenido en silencio.
—Fui amigo de la señora cuando éramos adolescentes— es lo único que dice mientras agarra su copa con fuerza.
Ante los ojos con heterocromía de Aarón, Yura se ve demasiado preciosa y es una lástima que desperdicie su belleza con el espantoso hombre a su lado, pero solamente piensa eso porque está siendo consumido por los celos.
Después de unos días, se vuelve a permitir el uso de su imaginarción, creando los hijos que ambos tendrían. Algo tan básico e impresionante que empezó cuando solamente eran adolescentes de 17 años.
¿Serían albinos con heterocromía? ¿Serían pelirrojos con ojos grises? ¿O serían una combinación única?
Eso ya no debería estar en su mente, menos cuando la ve del brazo del Senador, pero es imposible. Vuelve a desear probar sus labios o recorrer su piel blanca con sus fuertes manos pecosas.
Entrenó, volviéndose musculoso y sexy, esperando el día de su reencuentro, para demostrarle que puede ser un hombre entero, deseado por mujeres, inteligente, millonario, bueno. Quiere que vea con sus propios ojos lo que ha conseguido para ella, para darle todo, para que lo elija.
Digamos que el pelirrojo se desesperó y enfureció cuando supo que su mejor amiga y enamorada, se casaba con un millonario, grande y musculoso; olvidando por completo su existencia, ya que no lo invitó y dejó de comunicarse.
—Un gusto, soy Aldana Suárez— dice la acompañante de Aarón, mientras tiende la mano hacia Yura, dejándole saber que es la hermana mayor de su pelirrojo.
—Aarón hablaba mucho de ti— reconoce ella mientras la estrecha y sonríe con timidez por ser celosa cuando ni siquiera tiene derecho.
— Espero que cosas buenas, aunque han pasado muchos años y hay detalles que no sabes todavía, por lo que…— sonríe antes de continuar— Me gustaría que seamos amigas mientras estamos en España.
— A mi esposa le agrada esa idea.— responde David— ¿Verdad, querida?
Yura lo mira sin entender, sospechando que hay una trampita en el medio o que directamente, quiera lanzarla a los brazos de Aarón, a pesar de que es su enemigo.
—Sí, seremos amigas— responde un poco insegura.
—¡Qué bueno!— festeja Aldana mirando a su hermano, quien la mira mal.
Y es que para él, esta ‘’reunión’’ es bastante incómoda, porque la mujer que tiene enfrente todavía hace latir su corazón frenéticamente.
Sin embargo, la idea de que su hermana y la que era su mejor amiga, empiecen a conocerse le parece bien y puede usarlo como excusa para estar con ella nuevamente.
Además, considera que es tiempo de hablar cara a cara para saber por qué su repentina distancia y solo tal vez, confesar sus sentimientos adolescentes y de ver que es receptiva, afirmar que todavía la ama, observando las posibilidades que existen ante una conquista.
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🖤🖤🖤
Les presento al celoso, Aarón Suárez, 32 años.
Tiene heterocromía: los ojos de diferente color, aunque en su caso no se nota mucho. Uno es azul y el otro verde agua (verde marino, verde azulado, como le llamen en su país)
Su hermana, Aldana Suárez, 37 años.
🖤🖤🖤 AVISO ⚠️ Creo que estos serán los únicos personajes que deberán recordar.
Si en el camino aparece otro, no será tan relevante.
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Updated 46 Episodes
Comments
Λlι Cαя∂ιηαlι✨ ♥️
David, creó que quiere que ellos estén juntos. 🥴
2025-05-09
1
GALATEA CORAZÓN ❤️🇨🇴🇨🇴❤️
Me quedo con la imagen que creo mi inteligencia personal.🤭....estás imágenes son muy repetitivas, solo las mujeres se ven bonitas. 🫤🤔🇨🇴
2025-02-03
1
Gaby Abarca Cedeño
tal vez quiera hacerla ver ante la gente como la infiel y a él como el destructor de su matrimonio
2024-12-15
3