Sofia
Caminé hacia la mesa que había escogido, sintiendo cómo la mirada penetrante de aquel hombre me seguía. Sabía que no era la primera vez que me observaban de esa manera, pero algo en sus ojos me había cautivado de una forma que no lograba explicar.
Mientras tomaba asiento, no pude evitar echar un vistazo furtivo en su dirección. Nuestras miradas se cruzaron por un instante y juro que sentí como si una descarga eléctrica me recorriera el cuerpo. Aparté la vista rápidamente, sintiendo cómo mis mejillas se sonrojaban ligeramente.
¿Quién era ese hombre? ¿Por qué parecía estar tan interesado en mí? Normalmente estaba acostumbrada a que la gente me mirara con lástima o con rechazo, pero en sus ojos no vi nada de eso. Sólo una mezcla de fascinación y... ¿asombro, quizás?
Intenté concentrarme en mi café, pero mi mente no dejaba de divagar. ¿Sería posible que, por una vez, alguien me viera más allá de mi apariencia física? ¿Que no me juzgara por mis kilos de más o por no encajar en los cánones de belleza establecidos?
Una parte de mí se moría de curiosidad por acercarme a ese hombre y entablar una conversación. Quería saber más sobre él, entender qué era lo que le había llamado la atención de mí. Pero al mismo tiempo, el miedo a ser rechazada una vez más me frenaba. No estaba segura de poder lidiar con otra decepción.
Finalmente, tras unos minutos que se me hicieron eternos, me levanté de la mesa y me dirigí a la salida. Mientras caminaba, podía sentir su mirada clavada en mi espalda, como si me estuviera siguiendo con la vista. Y por alguna razón, esa idea no me desagradaba en lo más mínimo.
Quizás, solo quizás, este encuentro fortuito podría ser el comienzo de algo inesperado. Algo que me ayudara a creer que el amor podía ir más allá de las apariencias.
De camino a casa, no pude dejar de pensar en aquel hombre. Su imagen seguía grabada en mi mente, su mirada intensa y su porte elegante. ¿Quién sería? ¿Qué haría en la vida? Y lo más importante, ¿volvería a verlo?
Durante los días siguientes, el encuentro en el café se convirtió en el centro de mis pensamientos. Cada vez que salía a la calle, no podía evitar mirar a mi alrededor, buscando esa figura que tanto me había cautivado. Pero por más que lo intentaba, no volvía a verlo.
Empecé a cuestionarme si todo había sido producto de mi imaginación. Quizás lo había idealizado sin razón, dejándome llevar por una ilusión fugaz. Después de todo, ¿por qué iba a fijarse en mí un hombre tan apuesto y seguramente exitoso?
Sin embargo, cada vez que cerraba los ojos, podía revivir esa mirada que me había calado hasta lo más profundo. Y una pequeña chispa de esperanza se encendía en mi interior, haciéndome creer que tal vez, sólo tal vez, yo también podría ser digna de ser deseada.
Fue una tarde, mientras caminaba distraída por el parque, que lo volví a ver. Allí estaba, sentado en una de las bancas, con la vista perdida en el horizonte. Mi corazón se aceleró de inmediato, y sin pensarlo dos veces, me acerqué a él.
-Hola -dije, con voz tímida-. Disculpa, ¿te molesto?
Él levantó la mirada y nuestros ojos se encontraron. Una sonrisa se dibujó en su rostro, iluminándolo por completo.
-No, en absoluto -respondió, haciéndome un gesto para que me sentara a su lado-. Es un placer volver a verte.
Sentí como si el mundo a mi alrededor se detuviera en ese momento. Aquí estaba yo, frente a ese hombre misterioso que había ocupado mis pensamientos durante tantos días, y parecía estar genuinamente contento de verme.
-Yo... también me alegro de verte -murmuré, sintiéndome de pronto increíblemente nerviosa.
-Me llamo Alejandro -dijo él, extendiendo su mano hacia mí-. ¿Y tú eres...?
-Sofía -respondí, estrechando su mano con suavidad. Su tacto envió una descarga eléctrica a través de mi cuerpo.
-Sofía -repitió él, saboreando cada sílaba-. Es un nombre hermoso.
Nos quedamos en silencio por unos instantes, mirándonos el uno al otro sin saber muy bien qué decir. Finalmente, fue Alejandro quien rompió el hielo.
-Dime, Sofía, ¿qué te trae por aquí en un día tan hermoso como este?
-Oh, bueno, yo... -titubeé, sintiendo como si las palabras se atoraran en mi garganta-. Sólo estaba dando un paseo, disfrutando del clima.
-Entiendo -asintió él, sin dejar de observarme con esa mirada que me hacía sentir tan vulnerable y, a la vez, tan segura-. ¿Te apetecería acompañarme? Conozco un lugar realmente encantador, no muy lejos de aquí.
Su invitación me tomó por sorpresa. ¿Realmente me estaba pidiendo que pasara más tiempo con él? Una parte de mí quería aceptar sin dudarlo, pero otra parte se debatía entre la emoción y el miedo.
-Yo... no sé si -balbuceé, sintiendo como si mi corazón fuera a salírseme del pecho en cualquier momento.
-Por favor -insistió él, con voz suave-. Me encantaría poder conocerte mejor.
Sus ojos me imploraban en silencio, y poco a poco fui cediendo a esa mirada cautivadora.
-De acuerdo -acepté finalmente, esbozando una tímida sonrisa-. Me encantaría ir contigo.
La expresión de Alejandro se iluminó como si le hubieran regalado el mejor de los días. Se levantó de la banca y me ofreció su brazo, que yo acepté con cierta timidez.
Juntos, emprendimos el camino hacia ese lugar que él había mencionado, sumidos en un silencio cómodo pero cargado de expectativa. A cada paso que dábamos, sentía que me acercaba más a un mundo desconocido, pero a la vez lleno de posibilidades.
¿Qué me depararía este encuentro? ¿Sería posible que, después de tantas decepciones, finalmente encontrara a alguien que me viera más allá de mi apariencia? Mis dudas se mezclaban con una emoción que hacía mucho tiempo no experimentaba.
Alejandro, por su parte, parecía estar tan emocionado como yo. Su mirada brillaba con una intensidad que me quitaba el aliento, y no podía evitar preguntarme qué era lo que veía en mí que lo había cautivado de esa manera.
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Comments
jose antonio gonzalez
a veces una mujer curvilínea es más hermosa que una mujer que tiene belleza por fuera y por dentro no lo tiene
2025-03-08
0
Rayza Rojas
Empezó muy bien espero y termine con un final feliz para Sonia, por es de todos conocido que los estereotipos juegan un papel grande en la sociedad en que vivimos. Suerte para ellos
2024-11-29
2
Yvonm Sanchez
está historia está aquí es muy emocionante./Drool//Drool//Drool/
2024-06-22
1