Llegué a casa con Dylan.
Me estiré en el sofá. El quedó parado, mirándome.
-¿Estas cansada? ¿Tienes hambre? Prepararé algo para que comas. ¿Qué te apetece comer?
Lo miré. Su actitud no me la había esperado.
-¿Qué?
- ¿Que qué te apetece comer?
Sus ojos formaron dudas. Me limite a sonreír.
-No me digas que sabes cocinar...
-Por supuesto.
-¿Es enserio?
-Si. ¿Por qué debería mentirte?
Me sorprendí, no cabe dudas: Dylan se veía como algo no humano. Noté en el algo que no se podía expresar.
El realmente estaba siendo tierno solo para que yo creyera en el amor o... Era en realidad de esa forma.
-¿Y bien? ¿Ya pensaste?
No me dí cuenta de que se había puesto el delantal y realmente siendo sincera, le quedaba mejor que yo.
-Bueno, yo realmente tengo hambre... Así que... Cocina lo que quieras.
-Esta bien. -se dirigió a la cocina-.
Yo me levanté y fuí hacía la habitación a acomodar la cama y cambiarme de ropa.
Cuando lo hice, me dirigí hacia la cocina a por un vaso de agua y por ver como le estaba yendo a Dylan con la comida.
-¿Que haces aquí? ¿Viniste a ayudarme?
-No. -abrí la heladera tan pronto con echarle un vistazo a la sartén y a lo que estaba cortando-. Vine para haber si no te habías mutilado el dedo.
-¿Enserio? Ven un momento por favor.
Sostuve la jarra en la mesa y fui hacia el.
-¿ Qué pasa?
-Ahhh.... - me acercó una cuchara a la boca esperando a que probara de su creación.
Lo acepté, estaba un poco caliente, pero sumamente delicioso.
Lo miré con ojos brillantes.
El tan solo sonrió.
-¿Te gusta?
-¡Esta delicioso!
-Gracias.
Nos miramos el uno al otro.
-¿ Piensas quedarte mucho tiempo?
-Pero si recién llegué ayer...
-Solo pregunto.. ¿Que no te necesitan en la otra punta del mundo?
-No como tú. -volvió a hacer lo que estaba haciendo-.
-Yo no te necesito...
-¿De enserio? Porqué he estado escuchando cada uno de tus sollozos.
-¿Mmh? No era yo.
El rió. Me sentí alegre al escuchar su risa.
- ¿Alguna vez has visto "la niñera mágica"?
-Tal vez, no me acuerdo... -le cogí una rodaja de tomate antes de que lo picara en pequeños pedacitos.
- Es lo mismo. Cuando no me quieras pero me necesites yo me quedaré. Pero cuando empieces a quererme,pero no me necesites más tendrás que dejarme ir.
-" Tendré "?
- Es difícil. Tienes que afrontar las consecuencias que aparecerán en un presente.
- ¿Qué? ¿Puedes explicármelo?
-Lo verás cuando tu corazón abra los ojos. -Sonrió-
-Eres entendible Señor Cúpido.
-Lo sé. ¿Un beso? - Se acercó con rápidez sonriendome, capaz de hacerlo realidad -.
Pude esquivarlo sorprendiéndome nuevamente de su actitud.
-¡Estás loco!
Giré molesta , me serví un vaso de agua y me alejé lo más que pude de él.
Dylan tenía una risa encantadora. Que la sentí hasta encerrarme en mi habitación.
____________
Me acomodé en la mesa. Todo parecía verse sumamente delicioso. Había una buena vista en cualquier lugar que observara. Los platos llenos de comida, hasta el vaso lleno de jugo y... la persona sentada adelante de mi.
-Dylan ... -dije con un tono suave - ¿Puedes contarme de ti?
- ¿De mi?
Asentí con la cabeza al servirme una gran porción.
-Mmm... -Hizo una mueca con su boca- Bueno yo...
-Empezemos con tu edad.¿ Como cuanto siglos has vivido?
Levanté mi vista hacia el. Su mirada me introdujo un sentimiento de molestia a causa de mi supuesta supocición:
¿Acaso el no era el simple Cúpido?
Creo que desde tiempos inmemorables a existido el amor, por lo cúal su existencia era de la misma edad.
-¿Parezco muy viejo? - Sin motivo alguno se tocó su rostro con su delgada, suave y delicada mano-.
-¿No lo eres? - Pronuncié. No todos los días una se encuentra frente a frente con una mágica criatura, asique probablemente mi mente inteligente aunque quisiera no podía saber lo que en verdad pasaba después de la vida humana.
Nadie me había dicho que los mitos de criaturas eran ciertos. Y ahora, a esta altura, que nadie me venga a decir que es totalmente una mentira porque tengo en mi casa a Cúpido: Aquel famoso niño que flechaba a las personas.
-¿Sabias que no siempre lo fui?
-¿Viejo?
-Cúpido.
Comí sin decir nada más.
-Mi madre, mi abuelo, mi bisabuela... todos estuvieron antes de mi, creo que es un trabajo hereditario.
-¿ Tienes familía?-lo miré-
-Porsupuesto, aunque... es más dificil de lo que piensas...
-¿Porque es dificil?
-No es como aqui en la Tierra.
- Explícame.
El sonrió. Su mirada me advirtió de su placer al escuchar las palabras salientes de mi boca.
-Verás corazón. Allá de donde vengo, las familías no son como lo conoces normalmente. Los humanos tienden a vivir juntos con sus progenitores... Allá, cuando uno nace, el otro desaparece. No hay un vinculo. Solo sucede asi. Lo único es cuando nacen más de uno, lo cúal se nombran hermanos.
- ¿Tienes hermanos?
- Hermano.
-¿Y que es?¿Un ángel?
- No siempre resulta ser de la misma categoria.
¿Categoria? Entonces que clase de ser mágico era?
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Betty Saavedra Alvarado
Dylan no tienes familia y eres el amor
2023-10-30
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