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Había un chico con una sonrisa radiante mirándome. Aunque era lo bastante atractivo como para no dejar de mirarlo, noté que traía una maleta a su lado.

-¿Si..?

El abrió sus brazos como pidiendo un abrazo.

- ¡Maria!

Yo me sorprendí. Y miré al pasillo haber si era una broma de los testigos de Jehová o por el estilo.

-¿Te ...conozco? - murmuré-.

El chico se acercó y me abrazó tiernamente. Sin permiso me apartó y pasó hacia dentro con la maleta de tiro.

No sabia exactamente que era lo que estaba ocurriendo, y antes de cerrar la puerta, me giré hacia el.

-¿ Quién eres?

- Hablas de mi pero no sabes quién soy,¿eh? - miró la sala sorprendido- Soy Dylan .

- Dy...lan ... Dylan... Dy...

- Si, Dylan.

Pasó un silencio. El me miró, y yo me encogí de hombros.

¿ Quién carajos era Dylan ?

_______

Nos miramos a los ojos. Ella estaba sentanda en frente de mi, y yo en frente de ella, en el suelo, separados por una mesa.

Su cara era divertida. Me hice el tonto. Por supuesto que tenía que divertirme viéndola de forma tan inocente.

- No entendí....

Sonreí. Poco más y las ganas me daban por soltar carcajadas.

-¿ Que no entiendes?

- Que eres... Que eres... Que dijiste que eras?

- Cúpido.

- Ahhhh... - miró a su alrededor, por supuesto que no se lo creía. Si yo fuera ella, no hubiera pasado mucho tiempo en que me echara por la puerta.

- Sé que no me crees..

- Uf, que alivio. Pensé que la loca era yo.

-Pero es totalmente la verdad. - sonreí-.

Al sonreir creí que podría tranquilizarla un poco,pero al hacerlo, ella me miró asustada, de seguro pensando que tal vez era un psicópata.

-Ehm... Vives lejos de aquí o...

-Si, mi casa no esta en la Tierra...

-Ahh...

- Creo que me debes una disculpa...

Ella se ruborizó.

- ¿Eh?

- Me ofendiste bastante ayer... No soy un estúpido, no soy un viejo, por lo que no tengo arrugas, ¿lo ves? - le aseñalé mi cara- y estoy seguro que no aguantarías estar en mi lugar ni 5 minutos cariño. Así que... Espero una buena disculpa.

No sé como sucedió.

Miré la puerta, y me toqué lentamente mi cachete. Ardía, ardía lo bastante para mantener mi fría mano en él.

Para ser una mujer tenía bastante fuerza.

- Abre Maria, ¡he venido hasta aquí a por ti!

- ¡Loco! ¡Vete antes de que llame a la policía! ¡Te lo advierto! ¡Puedo denunciarte por acoso!

- ¿Eh?

Miré la puerta cerrada adelante mio. Era la primera vez que me ocurría algo así, así que no sabía exactamente como tomarmelo.

¿Había sonado tan mal lo que dije?

Pensé que estaba sonando de lo más normal.

-Abre Maria por favor... No tengo ningún lugar donde ir..

- ¡Puedes irte con tus amigos Elfos y Duendes que estén viviendo cerca de aquí!

- No puedo, de seguro los duendes se enojaran si voy con ellos, y los Elfos me dejarán tirado debajo de un puente...

Hubo un silencio. Me dí cuenta que solo había sido algo sarcástico.

Suspiré. No podía retirarme tan fácilmente, necesitaba que Maria creyera en el amor, necesitaba tenerla de mi lado, no en contra.

-Tus padres.... -respiré hondo y empezé a recordar- Tus padres se conocieron en un día de verano. Tu madre tenía puesto un vestido blanco con flores rosadas, estampadas en todos lados. Iba en patines por el parque. Ella estaba pasando por un mal momento, así que supuse que podría darle algo para que se alegrara. A pocos metros, un chico con su perro, paseando tranquilamente, como todas las mañanas a la misma hora. Me aseguré que se chocaran, pero que ninguno tuviera heridas graves. Ella cayó a causa de la correa del perro, y el, sinitendo culpa la ayudó a levantarse. El perro se llamaba Dipsy. No me gustan los animales, pero le llamé la atención fácilmente para que se llevara a tu madre por delante. Ellos se sonrieron, y ahí fue cuando me dí cuenta que se querrían para siempre.

Tan solo al recordarlo sonreí.

Pensé que no me había escuchado, pero nada más al pasar unos segundos sentí que la puerta se abría lentamente.

Miré nervioso pensando que tal vez me daría otro cachetazo en la otra mejilla.

Los nervios duraron poco. El alivio apareció.

________

Al escucharlo detrás de la puerta me sorprendió. Tan solo yo sabia de eso.

Mi madre siempre me la contaba cuando yo se lo pedía, aunque ya la hubiera escuchado mil veces.

Sin saber porqué abrí lentamente la puerta y lo miré. Si era el... Entonces... Creo que le debía una disculpa; bueno, tal vez dos.

Me dirigí hacia la sala dejando la puerta abierta. Al sentarme sentí la puerta cerrarse.

Dylan apareció otra vez, con la maleta de tiro, dejándola a su lado al sentarse en frente.

-¿Me... crees?

Simplemente lo miré. Sus ojos me sorprendieron. Su mirada era tan  brillante. Tenía unos hermosos ojos que combinaban con su rostro, con todo de el.

Parecía perfecto. Sin ningún grano, sin ninguna marca. No sé cuanto habrá pasado, pero pensé que tal vez se había parado el tiempo. En ningún momento imaginé que mis ojos iban a ser tan curiosos, y al final mi mirada se posó en sus labios.

Que puedo decir, me atrajeron al instante. El color de tono inocente y suave, pero la forma de su boca provocativa y intensa, me llevaron a un pensamiento maligno en el que el tema principal que apareció en mi mente fue saborearlos.

Si el era Cúpido entonces debería de andar con cuidado.

-Sé que es díficil entenderlo, pero...

- Ya sé. Tu solo..- Suspiré- Dime, ¿A qué has venido?

El sonrió.

Vaya. Ahora si que ya estoy loca. Y esto es solo es el comienzo.

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Comments

Erica Godoy Silva

Erica Godoy Silva

😂😂😂

2023-11-20

1

Erica Godoy Silva

Erica Godoy Silva

testigos de Jehová con senso de humor???🤔🤔. JAMÁS,😂😂

2023-11-20

0

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Tu novela es lo real y lo irreal del amor

2023-10-30

1

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