Mon petit

Hay palabras que te dejan sin aliento, es justo así como se encuentra nuestra querida Becca ante las palabras del lobo. Temía que solo se estuviera burlando de ella, ¿qué si le gustaba ese hombre?, no solo le gustaba, había algo más de él que la atraía como la cara opuesta de un imán.

- ¿A qué le temes Mon petit? - pregunta interesado.

- A mí misma - sorprendido Antoine la mira con intriga - temo llegar a sentir algo que no sea correspondido, para luego cargar con el pesar de la añoranza.

Eon se removía incómodo en el interior de su humano, quería decirle tantas cosas, como por ejemplo, que la amó desde la primera vez que la vio en aquella calle y que jamás la defraudaría, así muera en el intento.

Antoine se acercó con sigilo para quedar aún más cerca de la rubia, para acercar su boca al oído de la fémina.

- Déjate querer Mon petit - esas palabras causaron una fuerte vibración en su cuerpo - sé Mía! - besó su mejilla, con un beso húmedo, ocacionando una corriente eléctrica que viaja a través de su torrente sanguíneo hacia sus pezones y centro.

Coloca sus manos en el rostro de Becca, atrayéndola más a él, para besar con ternura sus labios, para ella ese beso era como probar la lluvia directamente del cielo. Su primer y único beso había sido hace más de 20 años cuando aún era una adolescente. Su corazón se arrugó, se perdió tantas cosas a causa de la muerte de sus padres, todo por culpa de un conductor ebrio. Eon aulló por la tristeza de su hermosa luna, no entendía que le ocasionaba esa tristeza.

- ¿Te estoy haciendo daño, Mon cheri? - limpió la lágrima que navegaba por la mejilla de la bonita mujer mayor, que negó con prontitud.

- No, nada malo haz hecho nada malo, es solo que...

- Shhhh... no digas nada, solo entrégate, mi preciosa dama.

Ajustó más el agarré de su cintura y ella rodeó mejor su cuello, quedando de puntitas para profundizar mejor el beso que la llevó al cielo, aquella gloria que desconoce y está descubriendo con ese apuesto hombre.

''La quiero''- suspiró Eon.

- Creo que debemos irnos de aquí, no es el mejor lugar para que estés - le dice después de separarse a regañadientes de su boca.

Salieron del callejón de manos agarradas, sintiendo renovación en sus almas sufridas. Tenía que hablarle de su naturaleza pronto, debía ser cauteloso para no asustarla.

- ¿Algo te preocupa? - Becca era muy intuitiva, se percató del silencio de Antoine, quizás seguramente está acostumbrado a estar con mujeres mucho más bonitas y jóvenes.

- Debemos hablar de algo, pero debe ser en privado y quiero que tengas la mente abierta - tomó de nuevo su rostro entre las manos - eres más importante de lo que crees.

- Me preocupa esto que me dices, pero te prometo que mantendré mi mente abierta.

- Tienes unos labios adictivos Mon cheri - volvió a besarla de manera calma.

Al separarse a regañadientes, él abrió la puerta de su Ford Torino modelo 1970 V8, para que ella ingresara. Una vez él entró a su asiento del piloto, observó la fascinación de Becca en el auto.

- Dios! Es un Ford Gran Torino 1970 V8, este auto es un clásico americano, mi padre tuvo uno. De hecho, está en mi garage - cuenta con un brillo especial en sus ojos - he soñado con conducirlo, papá solía dejarme hacerlo cuando cumplí 16 años... - ese brillo de hace un momento se perdió en la melancolía.

- Podemos repararlo si eso quieres - sugirió el francés. Los ojos de Becca retomaron su brillo - me encanta reparar autos, soy coleccionista.

- Eso sería fabuloso, gracias - se arrojó a sus brazos, sacándole una sonrisa al lobo.

''Ella es nuestra chica'' - habla un orgulloso Eon.

''Lo es''.

Después de recorrer el trayecto hasta su casa, planeando cuando iniciarán la reparación del auto. El como todo caballero, abrió la puerta para que ella bajara y tomara su mano. Debía enfrentar a sus hermanos, para presentar a Antoine como su pareja, estaba un poco nerviosa ante cómo lo tomarían ellos. Phill era más llevadero que Lucile, esta última siempre quería elegir por ella, por lo que solían haber enfrentamientos entre ellas que no pasaban a mayores por el gran amor que existía entre ellas.

Iba a introducir la llave cuando la puerta fue abierta, mostrando a una Lucile cruzada de brazos cual mamá esperando a su hija para darle una reprimenda. El Lobo pudo olfatear y sentir la tensión entre las hermanas.

- Me habló tu cita y me dijo que te habías ido con este señor - mira a Antoine de pie a cabeza, cosa que lo hace levantar una de sus cejas.

- No quiero hablar de eso... además, soy una mujer adulta Lucile, a veces olvidas quién es la mayor aquí...

- Hola hermana, señor Dumont - saluda un entusiasta Phill sin percatarse de lo tenso que estaba el ambiente en ese instante.

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Comments

Liliana Castro

Liliana Castro

Antoine fue el ebrio que causó el accidente ?🤔

2024-05-20

1

Anonymous aless

Anonymous aless

eon es más sensato y romántico que su humano déspota

2024-04-06

7

Claudy

Claudy

pues si ese tipo fue tu mejor elección para tu hermana, no puedo imaginarme con que clase de patanes sales tu querida

2024-04-02

7

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