Un momento incómodo.

Mis ojos no podían creerlo, ¡Era él! ¿Pero qué hacía aquí? ¡En mi trabajo! - ¡Eva! El jefe nos llamó a todos, es una junta. Me dice mi amiga sacándome de mis pensamientos.

Todos nos dirigimos a la sala de juntas. ¡Y vaya sorpresa! Quería hacerme pequeña e invisible. Estaba Jack en la junta. ¿Qué estaba haciendo él ahí? ¡Y justo a un lado del tipo con quién pase la noche!

- Como saben! La editorial cada vez es más grande. ¡Vamos a edificar y crecer en el mercado! Dice William, mi jefe, muy entusiasmado y todos le aplauden ante tal noticia. Mi mejor amigo es uno de mis socios, él hará posible todo esto. Y este otro será mi arquitecto a cargo de la construcción de la nueva editorial. ¡Si le echan ganas y me demuestran su esfuerzo serán recompensados! Le daré la oportunidad a uno de ustedes para ser el encargado de la nueva editorial. Sin más que decir. ¡A trabajar, mucha ganas y que gane el mejor!

Todos le aplauden y lo felicitan, yo solo quería salir rápido de ahí, pero la voz de William me detuvo en seco.

- Usted no señorita Eva! ¡Quédese un segundo!

No quería voltear, camino hacia atrás unos cuantos pasos, respiro hondo y doy la cara mirando únicamente a William.

- Sí, dígame. ¿Qué se le ofrece? Mi cara se veía tensa y comenzaba a sudar un poco.

- Se siente bien? Se ve un poco pálida.

- Sí, estoy bien! ¡Así me pongo a veces!

- Ya comenzó otro libro? ¿Enserió esta bien? Ahora sé puso toda roja.

Él tenía una sonrisa en su rostro, podía verla de reojo, y esos ojos, esos ojos se enfocaban en mí poniéndome más nerviosa.

- Ya tengo idealizado el contenido del libro, ahorita mismo comienzo a escribir. Por mí no se preocupe, solo quisiera comenzar a trabajar.

- Espera! No hay prisa, deja te presento. ¡Ella es una de mis mejores escritores! ¡Sus libros siempre tienen mucho éxito!

- Mucho gusto señorita Eva. Me extiende su mano, esa misma mano que hace unas horas estuvo en mi entrepierna.

- El placer es mío señor Windsor. Bienvenido a la empresa.

- Como sabes su apellido? No te lo había dicho. Dice William y Jack me mira esperando a que diré.

- Lo escuché entre mis compañeros.

- Aaaaa, con razón. Dice mi jefe.

Jack hace un estúpido comentario que ni al caso con la plática.

- Yo soy su novio! Hay un silencio incómodo y trato de ayudarlo a pesar de no merecerlo, pero mi tono de voz hizo sonar mi rechazo hacia él.

- Si! ¡Qué mundo tan pequeño! Miró a mi jefe y me despido. - Si me permiten necesito comenzar a trabajar. ¡Un gusto... Lo miro esperando a que se presente y me diga su nombre.

- Solo Windsor, llámame así. El placer es mío, señorita cincuenta y seis. Toma mi mano y la besa.

Jack estaba rojo al ver como besaba mi mano, pero eso era la menor de mis preocupaciones. Lo que me preocupa es que vean mi cara. Se veía como un tomate y podía sentir un cosquilleo en mi estómago. Se podría decir que asta ganas tenía de vomitar por tanto estrés.

- Adelante Eva, puede ir a trabajar.

Me salgo como rayo de la sala de juntas y corro asta mi lugar de trabajo.

- Cincuenta y seis? ¡Eso que fue! Pregunta William a su amigo. Él no le da una respuesta y le hace unas cuantas palabras a Jack.

- Su novia es muy bonita, debe estar orgulloso por sus logros.

- Ha! ¡Si! Algo así.

- Debería de contentarla, se veía molesta con usted.

- Si lo está, pero ya conocen como son las mujeres! Ayer la dejé plantada, pero lo hice por negocios, ella tiene que comprender. Después se contenta, si saben a lo que me refiero. Dice lo último en burla.

- No estaría tan seguro, lleva un año trabajando para mí y tiene un carácter algo difícil. Tendrá que echarle muchas ganas por dejarla plantada en su cumpleaños. Le sugiere William.

- Su cumpleaños! ¡Imposible, lo sabría si así fuera!

- Y lo sabe? Le pregunta Windsor.

- Carajo! ¡Lo olvidé! Si me disculpan necesito pensar como reconciliarme antes de que me terminen.

Sale despavorido de ahí, William y Windsor se reían de él y su metida de pata.

- Vi como la mirabas! ¿Por qué no le dijiste tu nombre? Le pregunta William

- No me parecía algo importante, no necesita saberlo. Y sí, es bonita, por eso la miraba. Tampoco es como que me importe.

William lo miraba con cara de no tener remedio, era obvio que le parecía interesante para Windsor ante los ojos de William.

Windsor se llamaba Noah, quería tener su nombre en secreto para ella.

El que Noah fuera socio de William solo fue para ayudarlo, era su mejor amigo y quería ayudarlo con su editorial. Él no carencia de dinero, toda su familia y él lo tenían a manos llenas. Eran grandes emprendedores muy adinerados.

- No me digas, olvidó tu cumpleaños! Le dice Evelyn a Eva al ver las flores en el cesto de basura. - ¡Hay amiga! ¡Abre los ojos! ¡Eres mucho para él! Yo que tú lo dejaba, pero es tu decisión, tú sabrás.

Pensaba en las palabras de Evelyn, de nuevo me había fallado y sus promesas ya no tenían valor para mí. Constantemente me desilusiona y se estaba convirtiendo rutina todos sus desplantes.

No puedo dejar de pensar que yo también le fallé, y de la forma más cruel. Reflexionar en lo que hice por alguna extraña razón me da un cosquilleo en la entre pierna.

- Dios mío, aleja esos malos pensamientos de mi cabeza! Digo en voz alta en mi escritorio.

- Yo estoy incluido en esos pensamientos? No lo había escuchado acercarse y di un pequeño brinco desde mi silla.

- Que haces aquí! ¡Aléjate, nos miran! Trato de correrlo en silencio mientras le tuerzo los ojos.

- No tomaste el dinero! Miró que toma una silla y la pone justo a un lado mío. -Te haré un cheque, no me gusta cuando rechazan mi generosidad.

- Largo! ¡Ya te dije que no soy una prostituta! Has de cuenta que jamás pasó lo de anoche, pero ya vete, mi amiga y mis compañeros son muy chismosos, no paran de vernos.

- Me iré, pero primero acepta mi dinero. Tómalo como obsequio de cumpleaños.

- No lo haré! Mire el cheque y tenía una absurda cantidad grande. - A noche solo te utilicé, no debería tomar tu dinero.

Noah se sorprende al escuchar que fue usado, arquea la ceja y la mira disgustado.

- Estás muy platicador a comparación de a noche.

- Y tu más negada a hablar. ¡Que! ¿Tienes miedo de que tu novio te descubra?

- Habla más bajo! ¡Podrían oírte! Lo que hice no tiene justificación. A un así es posible que hoy lo termine. Mientras no lo sepa es como si no hubiera hecho nada, no es como que afecte, de todas formas ya no seremos nada en unas horas.

Toma una hoja de mi escritorio, comienza a escribir unos números y pone su nombre en él.

-Este es mi número y también mi nombre. De todas formas lo ibas a saber. Espero tu mensaje. Te dejo trabajar. ¡Eva! Dice mi nombre en mi oído y una descarga de escalofríos recorre mi cuerpo.

Trato de mantener la compostura pero Evelyn había visto todo y mis nervios estaban a flor de Piel.

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