Me enamoré, del despiadado CEO
Capítulo uno
La iglesia era enorme, estaba decorada con flores y muchos adornos que decían aquí estamos, mírenos. Incluso estaba llena de reporteros, de personas famosas y de una cantidad enorme de familiares de ambos novios. Aun así, era la primera vez que estos se tomaban de la mano. Él usando sus característicos guantes que ahora eran blancos por la ocasión y ella unos muy bellos que, aunque le daban calor, le llegaban hasta arriba del codo. Eran algunas de las especificaciones que el novio había pedido cuando mandaron a hacer el vestido para su futura esposa.
—Marco. ¿Aceptas a Emilia Miles como tu esposa, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe? —preguntó el sacerdote al hombre de porte macizo, ceño fruncido, ojos furiosos y boca tensa. Estaba claro que no deseaba estar ahí. Sin embargo, solo quien estuviera a la altura del sacerdote o Emilia podría darse cuenta de ello.
—Aceptó —dijo él sin titubear, lo que sorprendió al religioso. Este pensaba que por la cantidad de dinero que la familia del muchacho le habían entregado se resistiría un poco más. Pero la realidad era que lo único que Marco pretendía con esa respuesta era terminar su tormento. El cual era causado por la presencia de tantas personas. Incluso la que estaba a su lado sonriendo y sujetando su mano.
—Emilia. ¿Aceptas a Marco Echeverría como tu esposo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe? —preguntó el sacerdote a la muchacha que no dejaba de temblar.
—Acepto —dijo está con un hilo de voz.
El hombre frente a ella era imponente. Media por lo menos dos cabezas más que ella. De cabello claro, ojos azul claro y tez dorada. Todo un don juan, y ahora se había vuelto su esposo.
—Si no hay nadie que se oponga, los declaro marido y mujer —dijo el sacerdote feliz de poder llegar a esa parte de su discurso sin sentido, lo había repetido tantas veces que ya no lo conmovía—. Puede besar a la novia.
Marco se acercó a ella, menuda, pequeña y delicada, Emilia parecía una muñequita. Su esposo le dio un beso tan rápido que ni siquiera lo sintió. ¿Se lo había dado en verdad? Ella había cerrado los ojos, por lo que no podía confirmar si en verdad lo había recibido. Sin embargo, no le importaba. Ella también estaba muy nerviosa delante de toda esa gente. El corazón de la muchacha se aceleró aún más al abrir los ojos y encontrarse con la mirada de su, al fin, esposo. No podía imaginar que el hombre con el que había soñado toda su vida se había vuelto al fin su compañero incondicional. Por lo menos era lo que ella esperaba. Dos puntos completamente opuestos en la mirada de la misma situación. Pero, ¿por qué? Que pasaba por la cabeza de estas dos personas que una podía amar tanto y la otra odiar más aún.
Todo comenzó semanas atrás cuando el padre de Marco le invitó a la empresa para que tomara un par de decisiones. Este quería que su hijo entendiera que no podía seguir escondiéndose detrás de su oficina. Pro que al fin y al cabo uno trabajaba para tener tiempo para pasar con sus seres querido. Algo que Marco no hacía seguido.
—Encontré a la mujer ideal para ti. Incluso la conoces de cuando ustedes eran chicos —dijo su padre esperando que su hijo se sintiera feliz.
—¿Es Margarita? —preguntó este abriendo los ojos llenos de ilusión.
—Cuantas veces debo decirte que esa mujer nunca va a ser parte de esta familia. Te usó hijo, ¿por qué no puedes verlo? —su padre estaba furioso de solo escuchar el nombre de esa chica.
—Si no es ella no quiero casarme con nadie —inquirió el heredero.
—No estoy preguntándote. Te casarás y tendrás un heredero. Después, si quieres puedes divorciarte. Pero hasta que yo no tenga un nieto a quien heredar mi empresa y tú seas el único hijo que tengo harás lo que diga —el hombre no deseaba ser tan severo con su hijo después de todas las cosas horribles que había pasado. Es más, estaba seguro de que esta chica lo haría feliz. Sin embargo, su hijo no se daba tiempo de olvidar a esa horrible mujer.
Por otro lado, Emilia había estado trabajando como cadete para la empresa de su padre. Ya que debía terminar de pagar sus estudios para poder inscribirse en la facultad. El hombre le había hecho devolverle cada centavo que había gastado por ella cuando la tuvo. Y aún le quedaba bastante. Sin embargo, cuando llevó un paquete a empresas, Echeverría se topó con un hombre que se quedó viéndola cuando ella subía en el ascensor.
—¿Trabaja aquí, señorita? —preguntó el hombre mayor.
—No, solo he venido a traer un paquete. Me parece que son unos documentos importantes que el CEO debe firmar —dijo la muchacha de manera amable.
—No sé por qué, su rostro me parece conocido —dijo el hombre tratando de saber más de la muchacha.
—Supongo que lo recordaría, de todas maneras, es un gusto conocerlo. Mi nombre es Emilia Miles —dijo la joven y el hombre casi salta de la sorpresa.
—¿Emilia Miles, hija del empresario Ricardo Miles? —preguntó el hombre confundido.
—Sí, ese es mi padre. Aunque no soy muy reconocida en su empresa. Solo me pide que lleve documentos —dijo la muchacha y le mostró su gafete, que decía repartidora.
—Pensé que habías fallecido —reconoció el hombre sin tacto.
—No, la que murió fue mi mamá, también se llamaba Emilia —indicó ella.
Él la invitó a su oficina y después de hacerle las preguntas adecuadas se dio cuenta de que ella era la chica que había estado buscando por tantos años. Por lo que se alegró de saber que su hijo no se había casado con esa muchacha que solo era una farsante.
—Zorro viejo, pero con mañas —se dijo a sí mismo después de dejar ir a la muchacha.
Inmediatamente, llamó a su padre y tras aceptar un contrato que ni siquiera había visto y que era de unas propiedades que lo tenían sin cuidado, le preguntó al pequeño empresario si este tenía una hija que pudiera presentarle a su hijo, el cual quería casar. Algo que al hombre le pareció una buena idea.
Autora: Osaku
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Updated 80 Episodes
Comments
Zuleima Carolina Estrada Delgado
excelente tema desarrollado muy claramente y comprensible
2024-05-04
2
Izy Maldonado
hay, esos padres ambiciosos, de todo quieren sacar ganancia 😠
2024-04-21
1
Λlι Cαя∂ιηαlι✨ ♥️
Hay pobre Emilia , porqué siempre deben pagar los platos rotos las personas inocentes 🥺🥺🥺🥺🥺
2024-02-10
4